INTRODUCCIÓN.
Sin lugar a dudas, la mastitis bovina es la enfermedad que más incide en los costos dentro de las explotaciones lecheras y tiene varias consecuencias negativas, como disminución en la producción de leche, descarte de leche por residuos de antibióticos, reducción en la calidad del producto e incremento en los costos de producción por tratamientos y disminución de los ingresos por pérdida del producto.
A pesar de los avances que hay para su control, en las últimas décadas la mastitis continúa siendo la enfermedad de mayor prevalencia en los hatos lecheros del país, por lo que es necesario que los productores establezcan programas integrales para su prevención y control, los cuales deben incluir una rutina adecuada del ordeño observando normas estrictas de higiene e inocuidad, buen manejo y mantenimiento de equipos, diagnóstico y tratamiento oportuno y apropiado de los casos clínicos, el descarte de animales con infecciones crónicas, así como acciones de monitoreo de la salud de la glándula mamaria.
Factores que predisponen a infecciones de la glándula mamaria
Los factores que más predisponen a los animales para la infección de esta enfermedad, son la escasa higiene del operador que realiza el proceso de ordeño, la contaminación del área de ordeño, las heridas que frecuentemente existen en los pezones de la glándula mamaria, el manejo inadecuado de los animales durante las etapas de pre y postordeño, así como el uso de equipo y herramientas contaminadas en el ordeño manual o mecánico.
La mastitis es la inflamación de la glándula mamaria, cuyas causas pueden ser debido a infecciones provocadas principalmente por bacterias, por traumas como consecuencia de golpes sufridos en la glándula mamaria y por la liberación de toxinas producidas por algunas bacterias. Entre los principales microorganismos causantes de mastitis bovina en la mayoría de los hatos lecheros están el Streptococcus agalactiae, Streptococcus dysgalactiae, Streptococcus uberis y Staphylococcus aureus.
Las bacterias entran a la ubre principalmente por el orificio externo del pezón y ascienden por el conducto hasta llegar a la masa glandular. En la mastitis clínica se presentan síntomas tales como ubre aumentada de tamaño, caliente, enrojecida y con dolor; las bacterias irritan, inflaman y dañan los tejidos de los conductos y tejidos secretores, lo cual genera una disminución significativa en la producción láctea. Debido a la actividad de las bacterias, la leche muestra una apariencia anormal por la presencia de grumos.
En el caso de la mastitis subclínica, no es posible observar signos y síntomas, ya que solamente se puede detectarla con el uso de pruebas de campo tales como Californian Mastitis Test -CMT-; en este caso, hay un aumento bien marcado de las células somáticas en la leche dentro del tanque de almacenamiento y la calidad del producto es menor.
Pruebas de Tazón de fondo oscuro y de CMT para detección de Mastitis
MECANISMOS DE TRANSMISIÓN.
Las bacterias tienen diferentes formas de acceder a la ubre o glándula mamaria; una de las principales es mediante las manos sucias o contaminadas del ordeñador. Además de los cuatro agentes infecciosos mencionados al inicio, también producen mastitis clínica las Pseudomonas y Klebsiella, que se puede transmitir de vaca a vaca por las manos del operario, cuando se ordeña una vaca infectada y se pasa a otra sana. Es muy importante que los pezones de las vacas permanezcan libres de lesiones en la piel, para evitar focos de infección donde las bacterias proliferan e invaden la glándula mamaria.
Cuando existen lesiones en la piel de los pezones debido a resequedad por el contacto con pantano o con desinfectantes químicos inadecuados, se debe usar sustancias humectantes o emolientes para suavizar la piel del pezón y las manos del ordeñador con el fin de evitar el avance de las lesiones. Hay que suprimir la mala práctica que tienen algunos ordeñadores de lubricar las manos con leche, ya sea del balde o directamente del pezón, debido a que las manos se pueden contaminar con bacterias procedentes de un cuarto infectado, además al introducir las manos contaminadas en el balde de la leche, se pueden aumentar las Unidades Formadoras de Colonia -UFC- .
FORMAS COMUNES DE CONTAMINACIÓN.
Las bacterias también pueden ser trasmitidas a la ubre de las vacas a través de los elementos usados en el ordeño, tales como toallas, papel contaminado y las pezoneras del equipo de ordeño que se contaminan cuando son utilizadas en pezones infectados de otras vacas, por contacto con el suelo y las paredes del sitio donde se ordeña. La glándula mamaria también se puede contaminar por bacterias que viven en el ambiente como Escherichia coli y Enterobacter aerogenes, cuando las vacas se echan después del ordeño, sobre la materia fecal o en áreas pantanosas y no se utiliza la técnica de sellado de pezones. Las moscas también pueden transmitir otro tipo de bacterias, como las llamadas Actinomyces pyogenes o Corynebacterium pyogenes.
TRATAMIENTO.
La mastitis, puede estar presente en forma clínica o subclínica; la forma clínica es caracterizada por la presencia de aumento del volumen, enrojecimiento y dolor de la glándula mamaria, cuya característica es el aumento de la temperatura y que en ocasiones puede ir acompañada de algunos signos como falta de apetito, fiebre y decaimiento; esta forma de mastitis se caracteriza porque siempre está acompañada de cambios en la calidad de la leche, algunos pueden verse a simple vista y otros no, como la presencia de grumos y falta de coloración o el aumento en el Contenido de Células Somáticas -CCS-, contenido de bacterias, aumento de sal y plasmina, que es un enzima resistente a la pasteurización y destruye la proteína de la leche.
Tratamiento intramamario para control de Mastitis
La forma subclínica, se caracteriza por no presentarse cambios aparentes en la ubre y en la leche, pero sí existe disminución en la cantidad de leche producida; no se observan signos del padecimiento, pero los agentes patógenos pueden estar presentes en la leche producida, provocando una alteración en su composición, como un pequeño aumento en CCS. Los antibióticos intramamarios deben constituir el tratamiento de primera línea para las vacas con mastitis, siempre y cuando ésta sea leve y pueda tratarse sin complicaciones. Los antibióticos sistémicos se recomienda usarlos cuando la infección ha avanzado considerablemente y los cambios en la ubre son mucho más notorios.
IMPACTO ECONÓMICO
Esta enfermedad en el ganado bovino lechero es probablemente la que más costos económicos genera a las empresas; la mastitis subclínica reporta pérdidas económicas significativas por la baja producción de leche, por tener que descartar la que se obtiene de animales contaminados o en tratamiento porque contiene residuos de fármacos, además de la demanda de inversión en recursos enfocados en las medidas terapéuticas que se tienen que implementar.
El 70 por ciento del total de pérdidas económicas provocadas por mastitis se debe a la leche que se deja de producir a causa de la inflamación del tejido de la glándula mamaria; el 30 por ciento restante se debe al costo de las vacas que deben reemplazar a las que se descartan por problemas de mastitis crónica, a las pérdidas por el descarte de leche proveniente de vacas en tratamiento a base de antibióticos, la reducción del precio de la leche por la disminución de los porcentajes de grasa y proteína como por el aumento de células somáticas y Unidades Formadoras de Colonias; de último se señala como de menor importancia, los gastos en medicamentos y honorarios profesionales.