I. La cadena de valor lechera
La producción de leche nacional en el pasado año 2018 estuvo en unos 870 millones de litros, con la existencia de unas 520 mil vacas en ordeño, y un promedio que oscila en los 4 litros diarios por vaca. El consumo per cápita es ligeramente superior a 100 litros por persona, pero muy lejos de lo recomendado por la FAO. La cadena productiva de la leche es un hecho pues existen todos los elementos que componen sus eslabones desde los productores hasta el consumidor final, aunque en términos de cadena de valor, es decir de generación de un ambiente económico y competitivo equilibrado para todos sus actores está muy fragmentada en niveles, tamaño, acceso, precios, costos y otros indicadores. Lo que se expresa en este artículo de opinión no agrega nada nuevo a los múltiples estudios y opiniones que existen en el país. Solo sigue la lógica del análisis en todas sus partes, señalando solo aquellas que en opinión del autor son las más relevantes. Los datos utilizados (incluidos o no) en el artículo pueden ser limitados y hasta cuestionable, pero no cambiarían la esencia del enfoque.
II. Mejorar el nivel productivo y las buenas prácticas de producción
La productividad promedio por vaca en ordeño, con independencia del tipo o nivel es muy baja y más aún si se calcula sobre del total de animales, de vacas o sobre el área de las fincas. Existe pequeño número de productores con muy buenas fincas y prácticas de producción exitosas, pero para este análisis, un grupo de golondrinas no hace verano. Por ello, un primer aspecto seria incrementar la productividad de las fincas al menos en 6 litros por vaca en ordeño como promedio nacional (en ausencia de otros indicadores más robustos). Se requiere ampliar las mejoras de las instalaciones de ordeño, el menos con techo y piso de cualquier naturaleza, en función de la capacidad de cada uno, incrementar el ordeño mecánico ordeño mecánico en aquellas fincas que lo ameritan, entre otras
III. Reducir el impacto del fantasma del periodo de seca
Que la seca, con todos sus efectos adversos, es el elemento que más limita el desarrollo de la producción primaria no es nada nuevo. Desde el 12 de Octubre de 1492 e incluso antes ya existía un periodo de lluvia y otro de seca, y aunque aún no se hablaba del cambio climático, hay que preguntar a los abuelos si la queja de la falta de alimentos y agua no es la misma que cien años atrás. Actualmente hay más posibilidades de contar con un programa que posibilite a cada finca, grupo de productores o asociaciones garantizar una estrategia para enfrentar la sequía. El desarrollo de nuevos forrajes para corte, la preparación de silos, áreas para henificación, áreas de caña de azúcar para forrajes, uso de los productos y residuos de la industria azucarera como la melaza y el bagacillo, residuos de cosechas de plátanos, habichuelas, arroz y otros que pueden ser mejorados, uso de afrechillos de la industria del arroz y el trigo, residuos de la industria cervecera, palma aceitera, leguminosas leñosas y rastreras, palma forrajera, entre otros. En fin, que existe una amplia gama de alimentos que pueden ser producidos y/o almacenados para enfrentar el periodo de sequía, cada cual según sus posibilidades. Si se resolviera la carencia de alimentos para la seca con una estrategia incluso asociativa entre productores, el problema básico inicial estaría resuelto y ya se podría hablar con más propiedad de alimentar mejor el rebaño, que es la base de mejorar la productividad. El problema del agua es igual o más importante que la alimentación y debe repensarse explotar bovinos en aquellas áreas donde es imposible garantizar la misma en seca.
IV. Mejorar la natalidad es tan o más importante que la producción por vaca
Algunos datos refieren que la natalidad del rebaño nacional bovino está en el entorno del 40%. Un simple cálculo, indica que solo un incremento del 10% en este índice adiciona unas 50 mil vacas más en ordeño, con un innegable impacto en la productividad y rendimiento de cada finca. Es quizás el factor de mejora más impactante que puede ser obtenido sin grandes cambios en el manejo del rebaño. Por ejemplo, la evaluación y cambio del semental o padrote cuando se demuestra que no tiene condiciones para cubrir el número suficiente de hembras, la detección del celo y uso combinado con la Inseminación artificial, el uso de sales minerales y bloques multinutricionales, el secado a tiempo de las vacas, el manejo adecuado de la novilla para lograr que se geste al menos antes de los 28 meses de edad. Lograr buen índice de pariciones es mas importante que cuanto produce una vaca.
V. Mejorar la sanidad es un problema de productividad, de salud y de competitividad
No todos los problemas de sanidad del rebaño bovino nacional se pueden resolver de un día para otro, pero tampoco pueden demorar mas de un cuarto de siglo, al menos para hablar de rebaños controlados y saneados en el caso de brúcela y tuberculosis. No existen datos precisos de cuál es la prevalencia para cada enfermedad, ni tampoco cual es el impacto sobre la salud humana, pero no es necesario ser profesional para concluir que debe ser considerable, teniendo en cuenta el volumen de productos lácteos sin pasteurizar que se consumen diariamente y por años. Por otra parte, en un ambiente tan competitivo como el actual y mas aun en el futuro, a efectos del mercado potencial de exportación de carnes y lácteos, presentar al país como libre (o mas realista controlado) en cuanto a BT, es una carta de triunfo. No se puede dejar de lado la necesidad de un programa más abarcador en cuanto a la prevención y control de la mastitis bovina. No solo se trata de un problema de calidad de leche, sino y por encima de todo de reducir pérdidas y mejorar rendimiento. Lamentablemente la mastitis subclínica (y hasta la clínica cuando se ordeña con ternero) no se ve, pero es por mucho la enfermedad que mas afecta a cualquier rebaño lechero en cualquier parte del mundo. Aunque no se tengan datos suficientes para evaluar el problema y su impacto, seguramente no seremos la excepción.
VI. La mejora de la calidad de la leche puede incrementar los ingresos por el precio de venta
El margen entre el precio de una leche de mala calidad y otra excelente puede ser tan amplia como diez pesos dependiendo de la época del año, lo cual ha sido ya una realidad en tiempos recientes. Por ello, en la aplicación de las buenas prácticas de higiene durante el ordeño y de manipulación posterior existe un enorme potencial de mejora. Para ello se requiere no solo de voluntad, sino también de la implementación de un sistema de pago de leche obligatorio para todo el país y para todos los estratos. No existe ningún país del mundo, donde se han logrado avances concretos en el sector, sino ha estado acompañado de un sistema de pago de la leche por calidad para todos. Pero para eso se requiere de una unidad o laboratorio de análisis de referencia nacional y la organización de una red de laboratorios regionales para asumir ese trabajo, garantizando confiabilidad y transparencia. Otros lo han hecho ¿Por qué no en RD?.
VII. Reducir el número de queseros y la producción informal puede incrementar la competitividad
El país que más procesadores de quesos tiene por habitantes sin duda es República Dominicana. Que sean 500 o 700 no varia para nada la situación. La estrategia debía estar encaminada a disminuir este número a partir de asociarse, fundirse, ampliarse, modernizarse, sin dejar a nadie sin trabajo. Hay buenos ejemplos y realmente se ha avanzado, pero aún falta mucho por disminuir la informalidad, y mejorar la calidad y la competitividad. Se sabe que es muy difícil a los queseros competir en precios con la importación de productos auténticos y/o imitaciones e incluso subsidiados, y se comienza a producir una tendencia a utilizar leche en polvo para poder disminuir costos y subsistir y por supuesto comprar la leche de mas mala calidad del país. No es en todo ni con todos, pero abunda. Por otra parte, capacidad instalada sobra y de seguro se ampliará en los próximos años con las nuevas plantas que se construyen, ¿pero de donde saldrá la leche para tanta demanda y para tanta capacidad de procesamiento? La respuesta es obvia, la solución confusa.
VIII. Mejorar la relación entre el precio de compra de la leche en finca y el precio final del producto.
Es necesario buscar un equilibrio entre la producción primaria y el mercado interno, lo cual se considera adecuado cuando se mueve entre un 50 al 60 por ciento entre el precio pagado al productor y el precio de venta. Ello sería el factor más importante en la búsqueda de un precio nacional equilibrado, lo cual se logra con una información transparente y fiable de la dinámica de costos y precios de toda la cadena. Muchos países ajustan el precio pagado al productor a través de una fórmula de consenso, que puede y de hecho cambia en función de dicha relación. La existencia de una ley y un organismo como CONALECHE, supone la articulación y regulación de toda la cadena de valor y como tal pudiera ser una vía para comenzar al menos a realizar análisis básicos de donde salgan las mejores propuestas para precios equilibrados tanto al consumidor final como al productor.
IX. Controlar mejor las importaciones e incrementar la producción nacional son actividades compatibles
Al igual que las cifras anteriores, no existe un dato preciso de cuanto es el volumen de leche que importa anualmente el país (convirtiendo todos los productos a leche fluida), pero si parece estar por encima de los 350 millones de litros. Decir que se debe impedir la importación, creo que no es posible ni deseable en un mundo totalmente globalizado, con acuerdos firmados y con una producción que no cubre toda la demanda. Pero eso tampoco exime la necesidad de vigilar ese mercado y regularlo en aquellos productos que si lo requieren, lo que es una práctica mundial. Por ejemplo, revisar a fondo aquellas partidas que ingresan con un alto porciento de subsidios, (no hay que ser experto en mercados) y que son el sobrante de la Unión Europea y los Estados Unidos, exigir el cumplimiento del etiquetado, controlar o evitar la entrada de productos de imitación, poner limites a los productos realizados con leche en polvo importada, favoreciendo el uso de leche nacional, tal como ocurre con los lácteos del desayuno escolar, incrementar las compras públicas de leche nacional a otros programas y organismos. Todo esto se puede ordenar, aunque el discurso tiene que estar en línea con la acción de producir más y mejor y a menos costos.
X. Se requiere de una estrategia de desarrollo de la cadena de valor y un enfoque de negocio
En una reciente visita de mi nieto de ocho años al país me expresó con vehemencia lo siguiente: Abu, lo que yo no quiero nunca es ser presidente, pues le echan todas las culpas de lo malo que pasa en el país. Respetando opiniones incluso las de mi nieto, el sector es mirarse hacia adentro y establecer una ruta dejando claro dónde quiere llegar, en que tiempo, que necesita para lo que sea realmente alcanzable, y que acciones debe tomar, con independencia de gobierno, partido, intereses personales, gremiales y empresariales etc etc. Es decir trazar una hoja de ruta a corto, mediano y largo plazo. Para ello se requieren dos condiciones: Participación de todos los eslabones y compromisos reales de empujar el programa hacia adelante. Otro aspecto esencial en avanzar en implementar una plataforma sencilla para el cálculo de costos en cada eslabón de la cadena con énfasis en las fincas y en las queseras. Sin este instrumento es muy difícil gestionar o administrar cualquier negocio y la lechería no es la excepción.
XI. Es necesario completar y hacer cumplir el marco regulatorio en toda la cadena lechera
Si para iniciar una finca, ordeñar vacas, acopiar leche, procesar la materia prima, comercializar los productos, importar sin cumplir reglas de etiquetado, nadie pone freno y no existe régimen de consecuencias, entonces se hace lo que más conviene, que es ser informal. Ni pago impuestos ni nadie me exige requisitos y allá ellos los que cumplen. Pero entonces, para que tanto esfuerzo y años perdidos en discutir y preparar leyes, reglamentos, normas y decretos?. Para que ministerios, comisiones, grupos de análisis, proyectos de desarrollo, investigaciones, ¿para que una hoja de ruta o estrategia de desarrollo? Por ello, en el programa hay que poner en primer lugar el cumplimiento estricto del marco regulatorio. Esto es un asunto de zanahoria y martillo. Con esta combinación los países desarrollados han alcanzado ese estatus, y no por que sean rubios de ojos azules o amarillos con ojos rasgados.
XII. Estimular el consumo de leche con énfasis en los productos con leche nacional
El final si no hay consumidores no hay mercado y sin mercado la cadena no funciona. Tanto en el orden económico como nutricional, consumir más lácteos sería beneficioso para todos. Una campaña para estimular el consumo de lácteos, con énfasis en los de origen nacional, sería una buena opción para comenzar, tal como lo hace FEPALE y lo han hecho muchos países en otras partes del mundo