El Fundo Queque Norte - El Rosario está conformado hoy en día por un manejo productivo fuera de lo tradicional, trabajado a lo largo del tiempo de manera bien organizada y tecnificada, representando incluso para ganaderías de la costa, un ejemplo de perseverancia y eficiencia reproductiva, pese a las adversidades propias de la zona.
En nuestras andanzas por el Perú profundo, pocas cosas nos sorprenden de manera grata como lo puede hacer un establecimiento ganadero afincado sobre los 4200 msnm., concretamente en las cercanías al distrito de Santa Rosa - Melgar (Puno), teniendo como fondo el nevado Kunurana con sus imponentes 6420 msnm. Allí se encuentra el Fundo Queque Norte - El Rosario, que en sus cerca de 300 ha., ha podido desarrollar una ganadería floreciente teniendo como adversarios las inclemencias del frío y la altura, dos elementos muy ligados a una de las limitantes al desarrollo de la ganadería alto-andina, como es el temido ‘mal de altura’, la que anualmente es causal de pérdidas de animales, especialmente en animales mejorados.
Esta ganadería de propiedad del Sr. Jorge Bellido Lopera, viene a ser una clara demostración de la labor del hombre bien dirigida, donde la persistencia logra resultados francamente espectaculares.
Es verdad que estamos acostumbrados a ver ganadería en zonas alto-andinas, que con mucho esfuerzo llevan adelante la actividad, lo cual merece toda nuestra atención y admiración; pero cuando hablamos del Fundo Queque Norte - El Rosario, lo estamos haciendo de una ganadería con un nivel tecnológico que bien muchos de los establos, incluidos los de la costa, desearían tenerlo.
Ubicado a un costado de la carretera que va de Ayaviri a Cusco, es un establecimiento que cuenta con las pasturas necesarias para sus cerca de 70 vacas y la recría correspondiente, con sembríos de forraje donde prevalece la avena, la que se conserva como ensilado y heno; también donde el propietario -un acucioso observador de la conducta ganadera- mantiene las vacas de lactación temprana en corrales de explotación intensiva en horas del día, y en las noches pasan a un sistema de echaderos o ‘free stall’ en un galpón que brinda mucho confort a las vacas, y donde reciben alimentación balanceada y de acuerdo al nivel de producción.
Los corrales no son sofisticadas construcciones, pues cuentan con lo suficiente, postes y alambres de púa que limitan la estancia de animales; los comederos son mantas de caucho dobladas en ‘u’ y fijadas con un sistema de pernos, lo que le da solidez y seguridad a éstos. En ellos se suministra el forraje y la suplementación de alimento concentrado, de manera que las vacas están bien alimentadas y tienen cubiertas sus necesidades nutricionales. Cuatro corrales frente a frente y de a dos, hacen un pasadizo que tiene techo y por donde circula el personal y vehículos encargados de la provisión de alimento.
Una vez que las vacas han llegado a un nivel de producción donde su permanencia en los corrales no se justifica, van a los campos de pastoreo donde encuentran lo necesario para seguir manteniendo la producción y cubrir sus necesidades nutricionales. Esto es producto de la preocupación constante del ganadero, que trata de dejar lo menos posible al azar. Los animales jóvenes a partir de cierta edad, que tiene que ver más con su desarrollo y fortaleza, también van a potreros destinados a este fin, de manera que el ganadero tiene claro que las terneras y vaquillas son el futuro de su ganadería: no pueden pestañear en este sentido.
El manejo reproductivo se aleja de lo tradicional; es decir, del uso de monta natural con toros criados en el establo -costumbre aún arraigada en la ganadería de la zona-; por el contrario, se están extremando las medidas a fin de alcanzar niveles de eficiencia reproductiva en las condiciones adversas propias de la zona, por lo tanto la situación ha obligado a trabajar con los sistemas de sincronización e inseminación a tiempo fijo en el 95% del ganado, con esto –si bien es cierto que no se logra tasas de concepción altas- han logrado reducir la observación del celo y las complicaciones que ella trae, en el camino a la obtención de más vacas preñadas. El ganadero ya se proyecta a sistemas de manejo reproductivo que a la vez le permitan avanzar en la mejora genética de sus animales, como la transferencia de embriones, incluso la fertilización in vitro, pero teniendo presente siempre los retos que le plantea el estar sobre los 4200 msnm.
En cuanto a la calidad de ganado, no hay lugar a dudas que se trata de una ganadería trabajada en el tiempo y que sus inicios se remontan hacia 1917, habiéndose iniciado como hacienda de explotación ovina e incursionando como empresa ganadera vacuna; y que en el tiempo ha sido preocupación constante del ganadero el tratar de buscar el formato de vaca que a él le gustaba, ganando pronto popularidad en las exposiciones y ferias ganaderas de la zona. Por lo mismo, ha comercializado ganado en la zona y zonas aledañas como Cusco y otros departamentos, donde compiten con éxito en los diferentes eventos ganaderos, contribuyendo de esta manera a la diseminación del buen material genético en provecho de la comunidad ganadera.
El ordeño es mecánico, con dos ordeños al día y en donde el elemento femenino es importante y a decir del ganadero, son más responsables para el trabajo delicado que significa lidiar con ubres de vacas dos veces al día.
La leche fluye por un sistema cerrado de tuberías y se maneja con mucha pulcritud, dado que de esta leche saldrán los quesos de diferentes sabores que produce Fundo Queque Norte - El Rosario; y que gracias a ella también ha ganado popularidad en la mesa de los peruanos de diferentes regiones, y de quienes tenemos la oportunidad de visitarlo y saborear las variedades de queso que se elabora en esta buena ganadería del señor Jorge Bellido.
El Fundo Queque Norte - El Rosario, también es parada obligada de turistas que visitan la zona, porque también funciona como: lodge, camping & paradero agroturístico, cuya información se encuentra en www. tamboquequenorte.com, pero ese es otro tema. Lo que se quiere resaltar en esta experiencia de campo es lo referente a lo que un visitante llamó como: “la ganadería tecnificada más alta del mundo”.