Cuando nos referimos a animales rumiantes (bovinos, bufalinos, caprinos y ovinos), estamos considerando un gran grupo de mamíferos, que poseen tres grandes particularidades; la primera, su estómago esta compartido en cuatro espacios más o menos bien definidos (retículo-rumen, omaso y abomaso); segunda, la base fundamental de su alimentación es el forraje (gramíneas, leguminosas y otras especies vegetales herbáceas, arbustivas y arbóreas); y tercera, son capaces de regurgitar (devolver los alimentos ingeridos a la boca, en un fenómeno parecido al vomito) para culminar el proceso de masticación y molido fino de los forrajes conocido como rumia, paralelamente a este fenómeno son capaces de eliminar los gases producidos por la fermentación en el retículo-rumen (panza, primeros dos compartimientos del estomago) mediante el eructo.
Como podemos apreciar inmediatamente, estamos ante la presencia de animales que se han adaptados durante miles de años al consumo de materiales fibrosos de muy diversa calidad, el principal componente de los forrajes es la pared celular (esqueleto de las plantas) que les ofrece sostén y protección a los vegetales, pero que puede aportar hasta un poco más del 70% de la energía de los rumiantes. ¿Cómo ocurre esto? Los rumiantes han hipertrofiado la parte inicial de su estómago, dividiéndola en dos compartimientos que conforman una cámara fermentativa (retículo-rumen); en la cual, en condiciones de muy poca o nula presencia de aire u oxígeno (anaerobiosis), crecen de manera simbiótica una gran diversidad de microorganismos (bacterias, hongos y protozoos) que se encargan de degradar los componentes de la pared celular y del contenidos de las células vegetales (protoplasma) para crecer y multiplicarse.
Este proceso fermentativo deja como desechos, de los microbios, gran cantidad de ácidos grasos volátiles (de bajo peso molecular, ácidos acético, propiónico y butírico principalmente), vitaminas del complejo B (tiamina, niacina, ácido fólico, biotina, riboflavina, piridoxina, cianocobalamina), y vitamina K que son absorbidos por el animal en el retículo-rumen, en el omaso y en el intestino delgado; todos los ácidos grasos volátiles son fuentes de energía que pasan al torrente sanguíneo para sintetizar grasas o para ser usados directamente como combustible la gran diversidad de funciones fisiológicas que ocurren en el animal.
La biomasa de los microorganismos que crecen de manera simbiótica en el retículo-rumen, pasa hacia el resto del tracto gastrointestinal del animal, para convertirse en parte del alimento del rumiante, proveyéndole de abundante cantidad de proteínas con un excelente balance de aminoácidos de gran utilidad para el rumiante. Por cada kilogramo de materia orgánica (la materia seca menos la ceniza) de forraje ingerido por un rumiante pueden ser generados de 75 a 243 gramos biomasa microbiana (una vaca de 550 kgs puede producir cerca de 2 kg de biomasa microbiana por día y una cabra de 55 kgs unos 300 gramos de biomasa por día en su rumen), que puede contener cerca de 625 gramos de proteína cruda por kg de materia seca de biomasa, de la cual un 80% es proteína verdadera y un 20% ácidos nucleicos, de modo que dicha biomasa tiene cerca de un 50% de proteínas con un perfil de aminoácidos muy similar al requerido para la síntesis de carne, leche, lana y/o piel, con cantidades especialmente alta de los aminoácidos esenciales lisina y metionina .
Para que esta asociación simbiótica ocurra de la manera más eficiente, cada socio debe aportar lo mejor de si, a fin de crear las condiciones ideales de funcionamiento.
En el caso del animal, ofrece a los microbios:
un sustrato o alimento en forma continua para garantizar el crecimiento y multiplicación de los mismos, con todos los nutrimentos necesarios para su crecimiento
una temperatura ideal para que todas las funciones metabólicas ocurran perfectamente
(38 a 42 ºC) condiciones de anaerobiosis, al eliminar el oxigeno toxico a los microorganismos absorbiéndolo por las paredes del retículo-rumen
una presión osmótica que favorezca el intercambio de sustancia desde y hacia las células de los microorganismos, lo cual eliminando las sales de los ácidos por las paredes del rumen o agregando agua desde las mismas o en su saliva
acidez estable, lo cual se logra agregando saliva en forma abundante con alto contenido de sales tampón (ricas en iones fosfato y bicarbonato), que mantienen el pH en condiciones ideales
de 6,1 a 6,3 mantiene
un diferencial de flujo entre líquidos y sólidos, que permite actuar al los microorganismos sobre las paredes celulares y eliminar sus desechos en el fluido rumjnal hacia el omaso
un
proceso de rumia que permite reducir al máximo las partículas para que puedan ser ampliamente colonizadas por los microbios
eliminación de los gases producto de la fermentación (metano, CO
2, H
2) mediante le proceso del
eructo
Por su parte los microorganismos proveen al animal de:
todas las enzimas capaces de degradar la fibra en compuestos simples asimilables por los microorganismos y el animal(este no digiere fibra vegetal)
aprovechan minerales y nitrógeno de naturaleza no proteica (amonio, urea, ácido úrico, biuret) parta sintetizar aminoácidos esenciales
eliminan toxinas o neutralizan materiales potencialmente tóxicos como los polifenoles y taninos presentes en leguminosas y otras plantas
sintetizan vitaminas del complejo B y K
su propia biomasa rica en aminoácidos balanceado para alimentar al animal
De forma que si deseamos optimizar las funciones del rumen, para alcanzar su máxima eficiencia debemos actuar sobre las condiciones que ofrece cada quien para materializar altos niveles de producción a bajo costo; dado que potenciar la condición de herbívoro del rumiante es lo que permite producir leche, carne, fibras y pieles en forma económica y en armonía con el ambiente. Entonces surge como necesidad ofrecer una suplementación estratégica o catalítica a los rumiantes que reciben forrajes de mediana a baja calidad en zonas tropicales, preferiblemente con la incorporación de subproductos o materias primas de origen local en su fabricación, con el fin de:
Optimización de la actividad en el rumen:
Mantener > 200 mg/l de N amoniacal en el licor ruminal, usando:
urea-melaza o
bloques multinutricionales (ver Figura de composición, promedio),
amonificación de subproductos de cosecha).
Suplir todos los minerales en el cual es forraje es deficiente (P, S, Co, Na y Ca), con:
bloques multinutricionales,
suplementos minerales,
follaje de leguminosas o proteína de baja degradabilidad.
Adecuada proporción entre forraje de alta y baja calidad, para promover la colonización de la fibra.
Libertad para seleccionar en el forraje de baja calidad ofrecido, oferta mayor del 50% de los requerimientos del animal.
Alimentando al animal:
Optimizar el suministro de forrajes, con el manejo de:
capacidad de carga
rotación de potreros
conservación (heno y silos)
diferir potreros
fertilización (NPK, materia orgánica.-estiércol procesado en compost o por lombrices.-)
riego (pastos de alto rendimiento.-variedades de Elefante, de Guineas,
Brachiaria brizantha.-)
bancos de proteína (leguminosas .-herbáceas, arbustivas o arbóreas.-)
Uso de proteína que escapa del rumen, como:
harina de carne y/o de pescado
tortas de coco y/o de algodón
Uso de carbohidratos que escapan del rumen (granos partidos o machucados).
Incremento de la proporción de propionato en los ácidos grasos volátiles producidos en el rumen, sincronización del suministro de energía fácilmente digestible y nitrógeno con las disponibilidad de forraje (manejo del pastoreo restringido y/u oferta de suplementos entre pastoreos, nunca antes de existir forraje en el rumen).
Nunca debemos perder de vista que alimentar a los rumiantes como los herbívoros que son es la forma más económica de producir carne y leche; pero no podemos exigirle a un forraje mal manejado, desde el punto de vista agronómico, que provea al animal de todos los nutrientes para que los microorganismos hagan el trabajo. De modo que debemos actuar para minimizar la cantidad de lignina asociada a los carbohidratos estructurales de las paredes celulares (celulosa y hemicelulosa), a fin de incrementar la degradabilidad del pasto, ya que a mayor cantidad de lignina menor producción de energía de fermentación por los microbios.
¿Cómo lograr minimizar la lignina asociada a la pared celular?
Usar forrajes adaptados a las condiciones agro ecológicas predominantes en la finca
Pastorear en el momento oportuno (altura y madurez) y con la capacidad de carga que soporta el pasto en función de su producción
Irrigar y fertilizar para compensar las deficiencias del suelo, nunca con formulas sencillas en forma continua, se deben usar mezclas que aporten no solo NPK , deben aportar además enmiendas, micro nutrimentos y materia orgánica si es el caso
Conservar los excedentes de la época de lluvia, ensilando o henificando (si el tiempo lo permite) para no dejar pasar el pasto
Tratar de evitar usar materiales en floración o con semillas (muy lignificados), preferiblemente en prefloración
Cuando el material ya posee lignina, se puede recurrir a la practica de amonificar (ver Figura de Proceso), para romper los enlaces entre la lignina y los carbohidratos estructurales (2 kg de urea por cada 100 kg de materia seca de forraje alto en lignina)
Usar variedades de pasto que posean una mayor proporción de hojas que de tallos
Artículo publicado en la Revista Agroservicios en el N° 14 del año 2005