30 de agosto de 2007
Espero que esto les ayude, lo baje de la web:
El diseño de una sala de ordeño.
Fuente: Departamento de Ingeniería Agrícola de la Universidad de Arizona
Las vacas lecheras se crían para obtener leche, lo cual se realiza en el galpón de ordeño, centro de toda la operación lechera, representa una parte significativa de la inversión total en instalaciones. Se trata de una estructura relativamente fija y difícil de remodelar, así que es imperativo que se le proyecte correctamente antes de construirlo.
Como se trata del centro alrededor del cual gira toda la operación lechera, algunas mejoras, aun cuando sean relativamente pequeñas, en la eficiencia de su funcionamiento debidas a un diseño mejorado, pueden producir ahorros considerables en la operación general a largo plazo.
El sistema de la sala de ordeño está situado en la parte central, cerca de los corrales que albergan a las vacas lactantes. Consta de tres áreas generales: el corral de espera, la sala de ordeño y el área de servicio. El corral de espera está formado por una hilera de corrales, desde los que se lleva a los animales, individualmente o en grupos pequeños, a la sala de ordeño. Puede servir también como zona para lavar previamente a las vacas y, en tiempo de calor, para refrescarlas. En las salas modernas, las vacas se colocan a ambos lados de los fosos de los ordeñadores. El personal encargado del ordeño trabaja desde allí y tiene cómodo acceso a las ubres de las vacas que están de pie, en un nivel más elevado. El resto del complejo contiene las instalaciones para enfriar y almacenar la leche, los depósitos de materiales, las oficinas para la gerencia y administración y las salas de máquinas para los equipos mecánicos de refrigeración.
El diseño del corral de espera y la sala de ordeño puede afectar seriamente a los factores tiempo y fatiga, implicados en el proceso, la colocación de los animales en sus puestos, la limpieza y los cambios de corral. Estos locales, así como los fosos de ordeño, las entradas a los puestos de operación y las vías de regreso, deben ser proyectadas para que, tanto los trabajadores como las vacas, puedan moverse con en seguridad y eficiencia. La capacidad de la sala, en términos de vacas ordeñadas por hora, puede ser mejorada por la automatización o mecanización de algunas de las operaciones pero ello aumenta la complejidad y los requerimientos de mantenimiento del sistema total.
Existen varios tipos de salas de ordeño, basándose la selección en el tamaño, la inversión, el lapso dedicado al diseño, la disponibilidad de mano de obra, etc. La mayor parte de las primeras salas de ordeño eran de apertura lateral, que ofrecían a la vaca movimiento y atención individuales, Proporcionaban buen acceso a todo el costado del animal para que pudiera ser observado y atendido, y siguen siendo todavía muy utilizados en vaqueras pequeñas. Sin embargo, son de capacidad limitada y mueven pocas vacas al día.
La más empleada hoy día es en espina de pescado. en donde las vacas entran en grupos y se paran ligeramente en ángulo, de manera que solamente su parte posterior queda expuesta al ordeñador, que está en el foso Esto acorta la distancia entre las ubres y reduce el tiempo de traslado de los ordeñadores. El manejo en grupos facilita el movimiento de las vacas, pero una sola vaca que sea ordeñada lentamente retrasará a todo el grupo. Esto es particularmente perjudicial cuando se trata de espinas de pescado de gran tamaño, de 10 o más vacas por lado. El tiempo de salida de un grupo grande, consume también mucho tiempo.
Para conservar las ventajas de la espina, se introdujo un sistema aun más grande, la sala poligonal, que proporciona mayor capacidad con buen movimiento de los animales. En una sala poligonal hay cuatro líneas, con un foso expandido en el centro. De esta manera se pueden acomodar cuatro grupos menores, de 4 a 10 vacas, con lo que se logra buen movimiento de los animales en una sala gran de. En las salas con diseño en espina, se ha mejorado el movimiento de las vacas y el número de ellas que se pueden ordenar por hora, con un sistema de salida rápida. Con este sistema las vacas entran en fila, como es corriente, pero se proporciona una salida individual para cada puesto de ordeño, de manera que todos los animales salen simultáneamente. Este sistema reduce sustancialmente el tiempo requerido para vaciar todos los puestos.
La salida rápida ha llevado a la sala paralela, en la que las vacas se colocan lado a lado. En la sala paralela, un grupo de vacas entra cada vez, como se hace en el sistema en espina, pero, en lugar de colocarse en ángulo con respecto al foso, giran 90 completos y quedan mirando para el otro lado del foso. Como están lado con lado, la distancia entre sus ubres es menos de tres cuartos de la que habría en un sistema en espina, con lo que se reduce la longitud del foso y la distancia que deben caminar los ordeñadores. Se necesita, naturalmente, que las máquinas de ordeñar se conecten introduciendo el brazo entre las patas de atrás del animal. La sala paralela está siendo cada vez más utilizada por su eficiencia, facilidad del ordeño y lo económico de su construcción. Hay otras variaciones del esquema en espina de pescado, como la sala triangular y las espinas con salida dividida. También hay salas de forma circular, en las que los puestos giran mecánicamente sobre rieles o flotando sobre un depósito de agua. Son bastante complejas, costosas en su construcción y no ofrecen ventajas significativas sobre las salas estacionarias.
Diseño del sistema. La capacidad de la sala de ordeno debiera ser suficiente para ordeñar un corral de vacas en una hora, o menos. La carga de trabajo de un ordeñador tiene mucha influencia sobre la capacidad de un tipo determinado de sala y sobre la mecanización que se necesita. Un ordeñador promedio se acerca al límite de su trabajo normal al final de un turno de ocho horas, después de lo cual tiende a perder concentración. Aunque algunos trabajadores son capaces de mejor rendimiento por cortos períodos de tiempo, no es buena práctica de diseño basar el rendimiento de un operador en esas excepciones.
Zona de retención. El espacio necesario para la zona de retención es de 1, a 1,6 metros cuadrados por vaca para las razas de mayor tamaño y de 1,3 metros cuadrados para razas menores. Las zonas de retención y las veredas de retorno están formadas por un pasillo continuo de concreto, con una pendiente de subida de 3 al 5% desde la vereda del corral a la sala. Las veredas de regreso se sitúan generalmente dentro de la cerca de la zona de retención, para facilitar la limpieza después del ordeño. El piso debe ser de concreto de buena calidad, con acabado a escoba fina o equivalente. Cinco kilogramos por metro cuadrado de agregadas antirresbalantes, de óxido de aluminio o férrico, como el que se emplea en las aceras, embebidos en la superficie del concreto, proporcionan una buena superficie para el caminar de los animales. A los tres a cinco años, se suele hacer un tratamiento con resina epóxica y un agregado antirresbalante.
Se construye una rampa de acceso para los ordeñadores, desde la sala de ordeno hasta la zona de retención, de por lo menos tres metros de longitud para que puedan ayudar en el movimiento de los animales. Para facilitar el movimiento de las vacas se utiliza una puerta de retención o, alternativamente, se puede instalar un sistema de puertas de entrenamiento en un lugar del área de retención, a un tercio de la distancia de la entrada a la sala de ordeño. Una puerta de acción vertical y puertas corredizas o abisagradas pueden usarse para separar las zonas de lavado y de secado de los animales.
La parte de la zona de retención más próxima a la vereda de¡ corral está equipada, generalmente, con un sistema de rociado para lavar las ubres. El otro tercio, cercano a la sala, sirve como zona para el secado por goteamiento. La capacidad de la bomba para el lavado de las ubres depende del diseño de los cabezales de los rociadores, de la presión necesaria para el sistema y del tamaño del local de lavado. Boquillas de aspersión circular, diseñadas para lava, vacas, se instalan en el piso de la sala de lavado, formando una cuadrícula de unos 1.60 metros, centro a centro. Como cada boquilla suministra de 0.3 a 0.4 litros / segundo a 375 kPa de presión, es importante que se calculen la capacidad de la bomba y el diámetro de la tuberías para satisfacer esta fuerte demanda. Un panel, montado entre las dos barras inferiores de la cerca de la vía de retorno, impide que las salpicaduras de los rociadores laven el tratamiento que se dio a las ubres mientras las vacas van saliendo.
Las paredes de la zona de retención tienen una altura de unos 2 metros, y la pared posterior está en el lado opuesto ala vereda de las vacas. Sobre toda esta zona se extiende un tinglado de sombra, y el área vertical entre la pared y el alero queda abierta para proporcionar ventilación. También resultan deseables la ventilación continua y el refrescamiento por evaporación.
Una vereda de tratamiento separa la vereda de retorno de la zona de tratamiento. Se instala una puerta interceptora, para separar las vacas que necesiten tratamiento cuando transitan por la vereda de retorno. Se debe prever la forma en que las vacas que están en la vereda de tratamiento, puedan ser dirigidas de nuevo a la zona de retención para ocupar los últimos puestos vacíos. La puertas de entrada en los corrales de la zona de retención deben abrir hacia la vereda del corral, para controlar la entrada desde cualquier dirección.
Una puerta unidireccional, en la vereda de retorno, impide que las vacas regresen a la vereda de salida. Puertas mecanizadas, operadas por medio de cilindros neumáticos, con los interruptores situados oportunamente dentro de los fosos de los ordeñadores, sirven para reducir la carga de trabajo de estos últimos.
La Sala de ordeño. Las salas de ordeño, en turnos de 6 a 8 horas, deben diseñarse para evitar que se produzcan dolores en la espalda y en las piernas de los ordeñadores.
Para comodidad de los ordeñadores, el piso de sus puestos de trabajo debe estar 96 cm (más o menos 5 cm) por debajo de la plataforma de las vacas. El centro del piso del foso debe estar curvado, drenando hacia el puesto de la vaca. Las rejillas de drenaje deben estar fuera de la zona de circulación del ordeñador.
La plataforma para las vacas, generalmente tiene pendiente similar a la pendiente general de la sala y alejada de los fosos. Una pendiente del 1,5% en ambas direcciones es apropiada, excepto cuando se desea escurrimiento hidráulico forzado. Entonces, la pendiente de la plataforma de las vacas es opuesta a la de la línea de la leche, y la plataforma está a nivel desde el bordillo del foso hasta la pared de la vereda de retorno.
Cuando la pendiente de la plataforma es contraria a la pendiente de la línea de la leche, es más difícil colocar favorablemente los receptáculos y la bomba de la ordeñadora. Para disponer de los residuos de los animales, se coloca una reja y un bordillo de acero inoxidable sobre un canal de concreto en la plataforma, adyacente al foso de los ordeñadores. La vereda de salida mide 85 cm (más o menos 5 cm) de ancho en los trayectos rectos, y 130 cm (aproximadamente 10 cm) en las zonas de giro. En las salas grandes, se puede acelerar el movimiento de los animales, con veredas dobles de salida.
Los carretes de las mangueras para la limpieza deben estar colocados donde se pueda llegar fácilmente a todas partes de la sala y del corral de retención. Los drenajes por gravedad deben tener una pendiente mínima de 1.5%, y tener bocas de limpieza cada 50 metros y en cada punto importante de giro.
Es esencial contar con plantas eléctricas de emergencia para poder continuar con las operaciones criticas durante fallas en el servicio eléctrico. El generador de emergencia debe estar conectado en forma de evitar la interconexión de dos fuentes diferentes de energía. El diseño debe estar a cargo de un electricista calificado.