El negocio de la cría se basa en la obtención de un ternero por vaca y por año, destetado exitosamente. Dentro de las causas que afectan la eficiencia productiva y económica del sistema, figuran la mortandad perinatal y posnatal de terneros.
En muchas ocasiones, el personal afectado al manejo de las vacas durante la parición, actúa por instinto, sin saber para qué sirve la tarea que realiza, porque nadie se lo explicó.
Ante la ocurrencia de un parto distócico, el problema puede ser solucionado en la medida en que los operatorios actúen oportunamente, sabiendo que hacer, cuando actuar, comprenda la utilidad de su accionar y cuál es su contribución en beneficio de la vaca y de la empresa.
Quienes, a diario, están al pie de las vacas son los deben tomar decisiones y ejecutar acciones que lleven a evitar mermas innecesarias, las que en su mayoría pueden evitarse, minimizando así las pérdidas durante el parto y el posparto, posibilitando la mejora de los índices reproductivos de los rodeos.
Por tal motivo, para poder decidir cuándo y cómo ayudar, es muy importante que conozcan el mecanismo del proceso de cada una de las etapas del parto.
En ese sentido, la capacitación pasa a ser una herramienta superadora, que permite el correcto manejo de los partos y la atención eficiente de los terneros recién nacidos. Esto posibilita a las empresas mejorar su eficiencia, minimizando una de las pérdidas que disminuyen los índices reproductivos de los rodeos.
Así, para mejorar los resultados, con la profesionalización del personal de campo, los veterinarios asesores de las empresas de cría, cuentan con asistentes idóneos a la hora de enfrentar los partos.
Para ello, el personal entrenado debe realizar previamente un diagnóstico de la situación, para tener la certeza que, de no poder corregir el problema, debe solicitar inmediatamente ayuda profesional.
Si luego de 1 a 2 horas de pujos, el parto no progresa y la madre muestra signos de cansancio, hay que llamar inmediatamente al veterinario, sin intentar ejecutar ninguna maniobra que no esté supervisada por un veterinario.
Durante la ayuda al nacimiento del ternero, no utilizar una fuerza de tracción que supere la que puedan hacer dos personas. Si no hay certeza de poder corregir el problema, solicitar inmediatamente ayuda profesional.
Muchas veces, la inversión en genética y alimentación se malogra por no contar con recursos humanos (humanos con recursos) preparados para enfrentar las contingencias de los partos.
Por tal motivo el adiestramiento del personal deberá ser tenido en cuenta por las gerencias de las empresas ganaderas, ya que la capacitación es una herramienta que debe ser considerada una inversión.
El veterinario, durante las visitas de rutina a los establecimientos, interactúa con los dueños / encargados y operarios, por lo que ese, es el momento en el cual debe trabajar activamente en la capacitación, específicamente, en este caso, en el manejo y atención del parto y el recién nacido, como un instrumento clave para abordar un proceso de intensificación de la producción.
Con el personal adiestrado, los veterinarios cuentan con profesionales que saben cuándo y cómo hacer las cosas, porque saben lo que tienen que hacer para atender cualquier parto.
Algunas de las premisas que el veterinario debe infundir:
1. Recorrer las vacas próximas a parir dos veces al día, para poder actuar lo antes posible ante la ocurrencia de una distocia
2. Recorrer las vaquillonas de primer servicio por lo menos 4 veces al día, de manera tal de poder observarlas permanentemente.
3. Ser paciente, pero estar preparado para llamar al veterinario cuando se presenten problemas.
4. Darle a la vaca el tiempo necesario para prepararse para el pato.
5. Adoptar siempre las buenas prácticas de manejo y las pautas de bienestar animal, durante las maniobras obstétricas, para minimizar el sufrimiento de la madre y del ternero durante el alumbramiento.
6. Contar con los elementos necesarios para hacer frente a la atención de un parto: 1. Guantes largos descartables
2. Balde y cepillo
3. Cadenas obstétricas
4. Lubricante
5. Jeringas y agujas descartables
6. Desinfectante – povidona yodo
7.Tintura de yodo para la desinfección del ombligo
8. Clenbuterol: supresor de las contracciones uterinas
9. Antibióticos
8.- Ante un parto demorado, averiguar la causa, haciendo un correcto diagnóstico de la situación, para saber lo que está ocurriendo.
9. En el caso de encontrar una vaca con el trabajo de parto iniciado, no romper las bolsas fetales saliendo por la vulva, para no interrumpir el proceso de dilatación.
10. Determinar si el ternero está vivo o muerto.
11. No introducir la vaca en la manga, ya que en caso de que se caiga, se van a tener serias dificultades para levantarla.
12. Entrenar al personal, para que, frente a una distocia, cuyo diagnóstico indica que hay que hacer corrección de actitudes, demore el parto, para dar tiempo a la llegada del veterinario.
13. Utilizar cadenas obstétricas para traccionar al ternero durante la ayuda en el parto.
14. La fuerza de tracción no debe superar la que puedan realizar como máximo dos personas. Si con esa fuerza, luego de tres intentos, el ternero no sale, llamar al veterinario para realice una cesárea.
Los RRHH capacitados representan una diferencia cualitativa y competitiva dentro de las empresas pecuarias, que demandan personas que se integren y compartan los objetivos fijados. La diferencia radica en aquellos que saben por qué se hacen las cosas.