Signos para reconocer una vaca al parto
Si bien algunos signos como el desarrollo de la ubre, o una incomodidad de la vaca para caminar pueden observarse algunos días antes del parto, los signos más claros aparecen cuando el parto está cercano. Estos comienzan con la aparición de calostro, edema (hinchazón) de la vulva; puede verse fluido saliendo de la vulva. El animal se separa del grupo, no come, se echa y levanta con frecuencia y manifiesta una incomodidad muy notoria. Las primeras contracciones se notan por el arqueo del lomo del animal parturiento.
Importancia del lugar del parto
Este lugar debe ser limpio y tener una ubicación que sea cómoda para hacer un seguimiento del parto. Es muy importante que las vacas tengan acceso a sombra, agua y comida de calidad, como así también una cantidad suficiente de comederos. Es reco-mendable que las vaquillonas y las vacas tengan prepartos separados.
Los terneros deben nacer en un lugar limpio, cubierto de pasto, con poca o nada materia fecal, sin barro ni agua estancada.
Si el lugar del parto está muy sucio o con barro, se recomienda pasar las vacas que están por parir a otro corral o piquete limpio para que el ternero y la vaca se encuentren en un ambiente saludable. El espacio debe ser lo suficientemente grande para que los animales se puedan echar y, de ser necesario, que puedan trabajar los asistentes del parto. Es recomendable una cama de paja o arena que pueda cambiarse entre partos.
Idealmente en el mismo lugar o muy cerca debe existir una instalación donde se pue-da atender el parto en caso de ser necesario. Un lugar protegido del clima y que cuente con un espacio para guardar los elementos para asistir un parto. Este lugar es ideal para realizar el ordeñe del calostro, ya sea manual o mediante una pequeña máquina de ordeñar, la cual puede ser portátil.
El ternero nace sin defensas y con una gran capacidad para “absorber” todo lo que encuentre, ya sea por la boca, nariz o por el ombligo. Por eso, si un ternero nace en un lugar muy contaminado, tendrá muchas chances de enfermarse y sufrir diarreas u otras enfermedades durante la crianza.
Atención del parto: ¿Cuándo y cómo intervenimos?
Los corrales de preparto, se deben recorrer con cierta frecuencia y sobre todo si hay vacas próximas a parir. En este caso se deberían realizar las recorridas con intervalos de media hora. De esta manera podremos identificar las vacas que necesitarán asisten-cia.
La intervención por parte del operario solo se realiza si es necesario, de lo contrario es preferible no intervenir. Nunca apurarse porque se puede lesionar a la vaca.
Si después de una hora de la aparición de la bolsa por la vulva y/o las manos del ter-nero y la expulsión del mismo no se realizó, se debe revisar la vaca y, de ser necesario, intervenir. En el caso de vaquillonas de primer parto se las debe intervenir luego de dos horas.
Si en la recorrida del corral se ve una vaca, y por su vulva asoman las manos de un ternero o la bolsa se deben esperar 30 minutos para ver si el ternero nace o hay pro-greso del parto. Si no hay progreso se debe intervenir.
En caso que el ternero esté naciendo con las patas traseras primero, esperar treinta minutos puede ser demasiado, por lo que ese parto debe considerarse dificultoso e in-tervenir antes.
Elementos para la atención o asistencia de un parto
Se debe contar con agua limpia, baldes, jabón neutro (blanco), esponja, buena ilumi-nación y si es posible una luz frontal para los partos nocturnos. También desinfectante, dos cadenas obstétricas y lubricante (vaselina o similar; NO deben utilizarse detergen-tes para lubricar). Todo esto debe estar en perfecto estado de limpieza.
Se debe contar además con elementos de protección per-sonal como guantes largos y cortos, delantal de plástico o nylon, overol, botas y antiparras.
Atención de un parto dificultoso
El parto debe ser asistido con paciencia y por personal capacitado para tal fin. Quién esté a cargo de la atención de los partos debe conocer las principales maniobras para asistir al parto. Ante la imposibilidad de solucionarlo, o dudas, se debe solicitar asisten-cia veterinaria.
En primer lugar se debe atar la cola hacia un costado y limpiar la vulva y zonas cer-canas con agua y jabón. La cola puede colocarse dentro de un guante de tacto. Quien va a revisar debe lavarse y colocarse guantes largos.
Se deben evaluar la vaca y al ternero para determinar cómo esta acomodado y si el mismo se encuentra vivo. Para saber si está vivo se puede apretar el espacio entre las dos pezuñas, un ternero vivo retirara la pata ante este estímulo. También se puede eva-luar si el ternero tiene reflejo de succión introduciendo un dedo en la boca.
Luego de asegurarse tener todos los elementos necesarios en ópti-mas condiciones, higienizar la vulva y periné y evaluar a la madre y al ternero se puede proceder de la siguiente manera:
1. Introducir la mano para determinar si hay espacio entre la es-tructura ósea del canal del parto y el ternero, lo cuál nos dará un indicio si el ternero puede avanzar. Si es factible su extracción, se debe continuar con las maniobras para sacarlo.
2. Se deben colocar las cadenas obstétricas por detrás de las cuar-tillas y luego enlazando por delante de las mismas. Esta maniobra se realiza en ambos miembros del ternero.
3. La tracción se debe realizar de una cadena a la vez y en forma alternada hacia abajo, paralelo a las piernas de la vaca. Nunca se deben traccionar de los dos miembros juntos porque en estos casos el ternero se ajusta en el canal del parto. Otra opción es tomar el ternero e in-tentar hacerlo girar un cuarto de vuelta y luego traccionar con una cadena. Si el ternero está naciendo con las patas primero, se deben tomar ambas y hacerlo girar (un cuarto de vuelta) y luego realizar la tracción.
4. La fuerza máxima de tracción es la que pueden ejercer dos per-sonas. Si después de esta tracción no se logra extraer al ternero se debe llamar al veterinario.
5. Siempre después de la extracción del ternero hay que revisar que el parto no sea de mellizos y aún reste la atención de otro ternero.
Procedimientos en el ternero recién nacido
El tiempo que el ternero demore en pasar por el canal del parto, como así también los restos de placenta y fluidos en los ollares pueden comprometer su respiración.
Es importante limpiar las vías respiratorias de restos de placenta y fluidos. Para esto se puede levantar el ternero por sus patas y dejarlo suspendido con su cabeza hacia abajo por 30 segundos, no más. Secar al ternero es una medida que lo protege en caso de bajas temperaturas estimulando además su respiración. Otra manera de estimular su respiración es pasando una paja por el orificio nasal, rascando la parrilla costal o arrojando un poco de agua fría sobre la cabeza u orejas.
Una vez que estamos seguros de la supervivencia del ternero debemos desinfectar el cordón umbilical con tintura de iodo al 7%. Esto es fundamental para evitar enferme-dades. Este procedimiento debe repetirse cuando el ternero arribe a la guachera.
Quien evalúe al ternero debe saber reconocer los signos que indican vitalidad o vigor del mismo. A partir del momento del parto el ternero debería:
Entre 2 a 5 minutos debe adoptar la posición decúbito esternal
A los 3 minutos debe mantener la cabeza levantada por sus propios medios Entre 15 - 45 minutos debe ponerse de pie
No debemos olvidar que el ternero es un recién nacido y es extremadamente sensible al medio ambiente que lo rodea; el frío, calor, mala higiene o estrés pueden comprometer su supervivencia.
Separación del ternero de su madre
Se debe tener en claro que no existe ningún motivo por el cual el ternero deba permanecer con su madre más allá de las 24 horas de nacido. La separación de la madre y el ternero será menos contraproducente para ambos mientras más rápidamente se haga.
Es importante que el transporte de los terneros no afecte su salud y bienestar. No deben golpearse ni maltratarse durante el traslado. SI el transporte se realiza en un carro o algo similar, sería preferible que la superficie sea acolchada, al menos con paja.
Capítulo del libro: “Crianza artificial de terneros. Guía de buenas prácticas para operarios lecheros”
Nicolás Sambuceti, Georgina Frossasco, Fernando Orías, Mónica Moretto, José Giraudo y José María Raviolo
ISBN 978-987-688-432-7
La crianza artificial de terneros en nuestro país y en nuestra provincia presenta algunos problemas que son transversales a todos los sistemas lecheros. Esta actividad, además de contar con tecnologías de insumos y de procesos para su eficiente funcionamiento, debe disponer de personal idóneo, altamente calificado y que sea capaz de tomar decisiones que se basen en la comprensión de las tareas que se realizan.
El presente trabajo es el resultado de una labor conjunta entre docentes e investigadores de la Universidad Nacional de Río Cuarto y otras instituciones, realizado con el fin de facilitar una guía de buenas prácticas a productores, técnicos y operarios de los sistemas lecheros. En este sentido, el material se presenta como una herramienta, cuyo objetivo es el de ayudar a mejorar la eficiencia de las crianzas artificiales de terneros y, con ello, la de cada establecimiento, lo que mejorará la red económica tejida alrededor de la producción lechera en la provincia y la región.