La Festuca alta, es una gramínea perenne de crecimiento otoño-invierno-primavera, de gran valor forrajero por su gran plasticidad, producción y persistencia.
La festuca puede estar infectada por el hongo endófito Epichloë coenophiala, formando una asociación mutualista con beneficios para ambos. El hongo completa su ciclo biológico dentro de la planta infectando la semilla (vía de diseminación). Mientras que la planta incrementa su tolerancia a estrés abiótico y presenta mayor resistencia a enfermedades y al ataque de vertebrados e invertebrados.
Sin embrago, desde el punto de vista de la utilización como pastura es negativo, debido a que el endófito produce ergoalcaloides (toxinas) dentro de la planta provocando la intoxicación del ganado, con importantes pérdidas productivas según el grado de infección de la pastura.
La concentración de ergoalcaloides en festucas infectadas puede variar según la estación del año, la fenología o la fracción de la planta; incrementándose con la fertilización nitrogenada y las sequías.
La ergovalina es la principal toxina entre los ergoalcaloides presentes en la festuca infectada. Las concentraciones de ergovalina aumentan notablemente durante el desarrollo reproductivo de la festuca, multiplicándose hasta 10 veces en las inflorescencias y semilla, comparada con el resto de la planta. Mientras que en las láminas foliares se reportan las menores concentraciones de ergovalina.
El manejo podría jugar un rol importante para variar la concentración de ergovalina si logramos eliminar la formación de macollos reproductivos.
Explorando alternativas de manejo:
Las recomendaciones de “Buenas Prácticas de Manejo de Pasturas” indican que lo ideal para mantener productiva y con alta calidad una pastura de festuca, hay que utilizarla cada vez que el macollo que rebrota desarrolle su 3ra hoja (máxima acumulación de hojas vivas del macollo), pastoreando láminas y dejando remanente verde. Mientras que en agosto, momento de inicio de formación floral para festuca, hay que realizar un “control temprano de la floración”, mediante un pastoreo intenso para eliminar el ápice del tallo que se transformará en la inflorescencia y aún no ha elongado.
Fundamentado en los conceptos antes mencionados, es que se está realizando a nivel experimental un ensayo para evaluar la concentración de ergovalina en plantas de festuca infectada (coleccionadas en la Cuenca del Salado), sometidas a 2 frecuencias de cortes: estacionales y cada 3 hojas.
En los resultados preliminares analizados, se puede observar que entre fines de otoño hasta inicio de verano, la producción de forraje fue similar entre ambos cortes, sin embrago la floración se redujo una tercera parte en los tratamiento con cortes cada 3 hojas (Figura 1).
Las muestras de forraje cosechado fueron enviadas al Laboratorio de contaminantes químicos del Instituto Tecnología de Alimentos, CIA-INTA Castelar, donde se realizaron las determinaciones de la concentración de ergovalina.
La concentración de ergovalina resulto mínima durante el invierno, incrementándose en la primavera en ambos tipos de corte. Sin embrago, durante la primavera la ergovalina se redujo más de la mitad con el manejo con corte cada 3 hojas comparado con los cortes estacionales (Figura 2). Esa reducción se estima que estuvo asociada a la disminución en el porcentaje de floración de la festuca (presentada en la Figura 1).
Los resultados son alentadores para continuar desarrollando investigación que valide la posibilidad de utilizar las “buenas prácticas de manejo de pasturas” en festucas infectadas, con la finalidad de minimizar la ingesta de toxina por parte del animal, reduciendo la floración, y la dispersión de semilla infectada (Foto).