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La ventaja de festuca es que al ser una especie perenne, la sembramos y logramos persistencias productivas por 5 años o mas, dependiendo del manejo. Pero además, tenemos todo el año cubriendo el suelo (minimizando erosión hídrica y eólica), generando biomasa de raíces y enriqueciendo el suelo de carbono.
Mientras que el raigras, avena, cebada, triticale, trigo son especies anuales que deberíamos sembrar o promocionar cada año, siendo esto una riesgo y un costo. Además, estas forrajeras anuales dejan el suelo descubierto en los meses de verano, posibilitando la erosión e incluso salinizando los suelos (por asenso de sales de horizontes inferiores) e incrementando la mineralización del la materia orgánica y la perdida de carbono del suelo. Sin olvidar que al dejar el suelo descubierto, la posibilidad de enmalezado es mayor.
Una posible alternativa para evitar la festucosis seria el raigras perenne, pero en la Cuenca del Salado no tiene una buena persistencia en el verano.