Introducción
En zonas subhúmedas, el avance de la agricultura implicó la concentración de la ganadería en ambientes marginales como los bajos salinos-sódicos con especies de escaso nivel de producción. Este fenómeno derivó en la incorporación de especies tolerantes a condiciones de anegamiento como agropiro (Thinopyrum ponticum) para poder intensificar la ganadería con mejores niveles productivos y de calidad de forraje (Casas, 2013). En las zonas semiáridas donde el avance de la agricultura no es el problema principal, sino los factores edafo-climáticos y de cobertura, se utilizó la misma estrategia de siembra en bajos, pero como reservorio seguro de agua. En función de lo anterior, el objetivo de este trabajo fue evaluar una experiencia de implantación de agropiro, en un bajo anegable con cuatro sub-ambientes bajo diferentes condiciones de suelo y malezas en el Sudoeste Bonaerense.
Materiales y Métodos
La experiencia se llevó a cabo en el Partido de Bahía Blanca (Pcia. de Buenos Aires). El lote se caracterizó por ser anegable y sin historial de agricultura o utilización de herramientas. El tipo de suelo era haplustol y el clima semiárido. Presentaba cuatro diferentes sub-ambientes dados por la presencia o ausencia de cobertura con variadas especies. El 15-2-12 se realizó un control químico con 3 lts.ha-1 de sulfosato (60%), con una presión de trabajo de 3 bares, caudal de 50 L ha-1 y un número de impactos mayor de 100 gotas cm-2 , logrando un control general superior al 70%. La implantación se realizó el 17-2-12 en siembra directa en todo el lote a densidad de 30 kg ha -1 , sin fertilización. Los subambientes definidos fueron denominados: A=agropiro, AG=agropiro+gramilla, AP=agropiro+pastos salados, P=peladal (suelo desnudo). La unidad experimental fue una parcela de un 1 m-2 , incluyendo cuatro surcos a una distancia entre hileras de 0,25 m. Se utilizó un diseño en bloques completos aleatorizados con tres repeticiones. Se realizaron dos cortes, el primero 23-10- 12 y el segundo el 25-03-13, previo al pastoreo. En ambos, se evaluó producción de materia seca (MS), calidad de forraje, cobertura verde (agropiro+maleza) y número de matas de agropiro para cada subambiente. Además, se muestreó el suelo para cada situación al momento de siembra (Tabla 1). La PMS se evaluó mediante corte con tijera a 0,07 m de altura, las muestras fueron secadas en estufa a 60ºC durante 72hs hasta peso constante. El porcentaje de cobertura verde se estimó mediante fotografías con App libre “Canopeo” (© Univ. Oklahoma State), con tres repeticiones en cada corte por ambiente. Las variables se presentan con análisis descriptivo.
Resultados y discusión
En la Tabla 1, se observan los resultados de los análisis de suelo: pH (dilución 1:1), conductividad eléctrica (CE dilusión 1:1, dS.m-1 ), Pext (ppm) y MO (%). Los mayores valores se dieron en P (suelo desnudo), con excepción de la MO. Los valores de MO se incrementan a medida que se transita desde suelo desnudo (P) hacia el ambiente de agropiro puro (A).
Tabla 1. Parámetros químicos de suelo.
Tabla 2. Parámetros evaluados del forraje (Media ±Desvío Estándar)
En la Tabla 2, se observa que el número de matas logradas se mantuvo por encima de las 24 matas m-2 excepto en el ambiente más hostil (P) donde se redujo a solo 4. El índice verde fue mayor en el sub-ambiente A respecto a AG y AP, mientras que en P fue prácticamente nula. La producción de forraje fue mayor en al ambiente A. La calidad entre tratamientos y cortes no presentó un comportamiento definido.
Conclusión
Las características edáficas y la cobertura diferencial de suelo en cada sub-ambiente afectó la implantación de la pastura de agropiro (número de matas, PMS y cobertura), siendo condiciones óptimas para el sub-ambiente A, medias AG y AP y hostiles para el sub-ambiente P.