Introducción
Los Mycoplasmas son bacterias de muy pequeño tamaño, caracterizadas por carecer de pared celular y por tener una limitada capacidad biosintética, lo cual hace necesaria una íntima asociación con las células de los animales que parasitan, para favorecer su supervivencia. Los Mycoplasmas habitan típicamente las superficies de las mucosas respiratoria, urogenital, conjuntival, el tracto gastrointestinal y glándula mamaria de los bovinos, pudiendo causar mastitis, enfermedad respiratoria, otitis, artritis, trastornos reproductivos, meningitis y conjuntivitis. Si bien el aislamiento de Mycoplasma dispar a partir de casos de neumonías de terneros en la provincia de Buenos Aires fue informado por primera vez hace 30 años, más recientemente se centró el interés sobre casos de mastitis bovina, aislándose Mycoplasma bovis a partir de un brote de mastitis que no respondía a la terapia antibiótica en un tambo de la provincia de Buenos Aires. Solo recientemente se ha comenzado a realizar diagnóstico de esta infección en forma rutinaria en Argentina. Existen más de once especies de Mycoplasma que se han aislado de bovinos, entre ellas, M. bovis se considera la más prevalente en los EE.UU. y en algunos países de Europa. Por lo tanto, la mayoría de la información actual proviene de reportes de casos y trabajos de investigación realizados sobre esta especie. Sin embargo, solamente alrededor del 30% de los aislamientos que se han obtenido en los últimos tres años en nuestro país pertenecen a esta especie.
Cuadros de enfermedad principales causados por Mycoplasma
Mastitis. Es uno de los cuadros más frecuentes y en general, el que alerta sobre la presencia de Mycoplasma en el rodeo lechero. Pueden presentarse casos clínicos agudos que no responden a los tratamientos usuales con antibióticos y pueden afectar más de un cuarto mamario. La leche puede estar descolorida, aguachenta, con color pardo y grumos, presentándose muchos casos en poco tiempo. Sin embargo, los síntomas típicos no se observan en todos los casos, ya que pueden darse también casos subclínicos y crónicos. La falta de respuesta al tratamiento antibiótico se debe en parte a que estos organismos, al carecer de pared celular, no son afectados por los antibióticos beta lactámicos (penicilinas y derivados) usados con frecuencia para tratar la mastitis; aunque otros grupos de antibióticos con distinto mecanismos de acción, también se han mostrado ineficaces al tratar mastitis por Mycoplasmas.
Cuadros reproductivos. Puede observarse vulvovaginitis con granulaciones o pápulas en la mucosa vaginal y descarga que puede ser hasta purulenta en vacas adultas. Algunas especies de Mycoplasma se han asociado con abortos que se producirían tras la infección de la placenta y del aparato respiratorio del feto. Los Mycoplasmas pueden causar infecciones de los órganos reproductivos del toro y aislarse del semen en forma intermitente. Esta característica posibilitaría la transmisión venérea. Sin embargo, los cuadros reproductivos parecen ser los menos frecuentes.
Cuadros en terneros. Estos organismos causan cuadros de artritis que puede afectar una sola articulación o varias. Los animales afectados muestran dificultad para levantarse y caminar. Las articulaciones afectadas muestras los signos de inflamación: hinchazón, dolor y aumento de la temperatura. Debe tenerse en cuenta que las artritis también pueden observarse en animales adultos. También pueden colonizar, tanto las vías respiratorias superiores como el pulmón y dar casos de neumonía, generalmente asociados con otras bacterias y virus, que son parte del complejo respiratorio bovino. Se han descripto asimismo casos de meningitis, observándose a los terneros echados, aletargados y renuentes a alimentarse. Más comúnmente se presenta otitis, observándose la cabeza inclinada y orejas caídas, dependiendo de la ubicación de la inflamación. Por último, se han informado casos de abscesos superficiales en la zona del pecho y los flancos, así como conjuntivitis. Por lo mencionado, las pérdidas pueden ser cuantiosas y darse en todas las categorías de animales.
Transmisión
El reservorio de Mycoplasma es el animal infectado, ya sea en forma aparente como inaparente. Los Mycoplasmas pueden aislarse del tracto respiratorio y reproductivo de vacas y terneros aparentemente sanos. Se considera que un bajo porcentaje de animales pueden tener infecciones mamarias y respiratorias crónicas inaparentes y que actuarían como potenciales reservorios con el consiguiente riesgo para otros animales dentro del rodeo lechero. En el caso de mastitis, si bien se considera en forma clásica que Mycoplasma es un organismo patógeno contagioso y se transmite entre las vacas durante el ordeño a partir de la leche de vacas infectadas, existen otras formas de trasmisión. La compra de animales con infección crónica inaparente es una fuente potencial de ingreso de este organismo a un rodeo lechero. A partir de un órgano infectado, estos organismos pueden diseminarse a otros órganos, incluyendo glándula mamaria. Asimismo, también puede ocurrir el proceso inverso: de la glándula mamaria puede diseminarse hacia las articulaciones y aparatos urogenital y respiratorio. Los terneros se pueden infectar a partir de sus madres o de otras hembras que estén eliminando Mycoplasma en el calostro y/o secreciones vaginales o respiratorias en el corral de maternidad; aunque el mayor medio de transmisión se considera que es la ingestión de leche de vacas que eliminan Mycoplasma a través de la glándula mamaria. Cabe agregar, que estos microorganismos pueden sobrevivir en el ambiente cuando las condiciones de humedad y temperatura son favorables. La sobrevivencia es buena en ambientes contaminados con leche y fluidos uterinos.
Diagnóstico
El diagnóstico de las infecciones causadas por Mycoplasma es dificultoso para la mayoría de los laboratorios de análisis microbiológicos de rutina, ya que desarrollan lentamente, requieren medios de cultivo complejos y su identificación por métodos clásicos es muy laboriosa. El diagnóstico presuntivo de la presencia de Mycoplasma en un rodeo lechero se realiza a partir de los signos clínicos mencionados anteriormente, sobretodo si se manifiestan en forma de brote. En principio se debe prestar atención a signos clínicos en terneros que involucren problemas en las articulaciones, oídos, ojos, aparato respiratorio y presencia de abscesos superficiales. En adultos, en principio casos de mastitis con leche alterada, aguachenta y/o parda, que no responden al tratamiento antibiótico y que frecuentemente toman más de un cuarto mamario. También debe tenerse en cuenta que los casos subclínicos cursan con elevados recuentos de células somáticas. La presencia de Mycoplasma en el rodeo debe confirmarse por medio de cultivo. Las muestras pueden tomarse a partir de terneros con signos clínicos (artritis, otitis, etc.). En estos casos se debe ser muy cuidadoso con la toma y conservación de la muestra hasta su llegada al laboratorio. Si los problemas principales son de mastitis, se puede tomar en principio una muestra de leche de tanque, ya que las vacas infectadas tienden a eliminar Mycoplasma en grandes cantidades, favoreciendo su detección. Además, se indica tomar muestras de casos de mastitis clínica y de vacas con altos recuentos de células somáticas. Cabe agregar que la sola detección de Mycoplasma por métodos de cultivo clásico no se considera definitiva para confirmar el diagnóstico, ya que hay microorganismos no patógenos que desarrollan en los medios para Mycoplasma. Por lo tanto, es necesario complementar el diagnóstico clásico por métodos de identificación molecular para confirmar género y en lo posible especie de Mycoplasma involucrada en el cuadro
Control de enfermedades causadas por Mycoplasma
En principio es de suma importancia enfatizar que los riesgos de exposición a estos organismos se dan a partir de animales enfermos, animales portadores y del ambiente. De esta forma, se debe elaborar una estrategia de control que apunte a interrumpir la posible difusión de los organismos dentro del rodeo. En el caso de mastitis, los programas se basan en la identificación de animales infectados y su aislamiento, a través de la segregación, en áreas que aseguren que se reduzca al mínimo la exposición de los animales sanos. Estos procedimientos deben realizarse dentro del marco de la aplicación de los programas clásicos de control de mastitis que incluyen extremar la higiene durante el ordeño y utilizar un antiséptico para pezones post ordeño de probada eficacia. En el caso de los terneros, se deben maximizar las medidas de higiene y alimentar con leche pasteurizada para eliminar los Mycoplasmas. Antes de iniciar un programa de control, se deben revisar las prácticas de manejo, ya sea del ordeño, cría o mantenimiento de los animales, para detectar las prácticas que permitieron la difusión de la enfermedad a los efectos de lograr una alta eficacia al instrumentar las medidas correctivas correspondientes.
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