Mastitis por Escherichia coli y otros patógenos ambientales. Mastitis hiperaguda.
Publicado:31 de octubre de 2012
Por:Alex Carcamo
En las mastitis causadas por Gram negativos se ha demostrado la poca o nula utilidad del
uso de antimicrobianos . Existen explicaciones farmacocinéticas que explican porqué los aminoglicósidos (quizá exceptuando la kanamicina) no tienen utilidad en la terapia de la mastitis en general cuando se aplican por vía parenteral, dado que no alcanzan concentraciones terapéuticas en el tejido problema. Muchos otros fármacos como la oxitetraciclina, el tianfenicol deben aplicarse por via IV para que alcancen concentraciones
terapéuticas en dicho tejido que son de al menos 2.5 µg/ml, como valor de CMI de referencia para E. coli no resistente. No debe perderse la perspectiva de que las causas tanto los éxitos, como las fallas en el
tratamiento vs. la mastitis por enterobacterias, no están bien definidas. Esto se debe
principalmente al hecho de que es muy difícil asegurar hasta qué punto fue efectivo el
tratamiento, pues las curaciones espontáneas llegan a ser hasta del 70%. Por ejemplo, la
simple maniobra de ordeñar a una vaca afectada cada 4 horas resulta más eficaz que la
aplicación de muchos tratamientos antimicrobianos (11). El mayor reto en las mastitis
causadas por E. coli es tener una adecuada terapia de soporte. Se reconoce que el efecto de
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las toxinas liberadas por la E. Coli es potencialmente letal. El veterinario debe mantener en
perspectiva que se esta desarrollando un choque endotóxico generado por las toxinas de las
enterobacterias, principalmente Escherichia coli y que el problema no es una bacteremia.
Por ende, la aplicación de una gentamicina no resolverá el problema sistémico ya que,
aunque llegue a tener cierto efecto bactericida en sangre, no llegará al sitio problema, y de
hacerlo, su acción se verá drásticamente anulada por la presencia misma de leche y quizá
otras secreciones. Así, la terapia se debe dirigir hacia el control de choque
endotóxico. No obstante, cuando se presenta una mastitis hiperaguda, es muy probable que
conlleve un cuadro septicémico. En esos casos, resulta justificada la aplicación de
antimicrobianos, en particular la gentamicina, que en particular es el antibacteriano con
mayor velocidad de destrucción bacteriana y por ello ideal para el cuadro septicémico,
aunque las cefalosporinas de tercera generación tienen la ventaja añadida de casi nula
toxicidad, igual potencia antibacteriana vs. Gram negativos y mejor penetración al tejido
mamario. En el Cuadro 3 se listan algunas opciones para tratar las mastitis hiperagudas,
considerando principalmente microorganismos Gram negativos como etiología. En el
Cuadro 4 se muestran los principales fármacos recomendados para la mal llamada terapia
de soporte para mastitis por Escherichia coli y enterobacterias, dado que esta es la primera
línea de tratamiento. Aunque resulte de primera instancia poco usual para la mayoría de los
veterinarios, vale la pena proveer al animal de medios de sostén para sus funciones
fisiológicas normales. La mastitis causada por Mycoplasma spp, Serratia sp, Pseudomonas sp, Actinomyces sp, Prototheca sp, Mycobacterium sp, incluso Nocardia spp, levaduras, hongos y otros
patógenos poco comunes, es refractaria a todas las terapias que se conocen y de
presentarse y lograrse el diagnóstico pueden ser indicativas tanto de un problema infeccioso
per se, como una grave deficiencia de la respuesta inmune del hato. A menudo, el
veterinario menosprecia el impacto de la condición corporal de las vacas, la alimentación y
nutrición, la suplementación de minerales traza y vitaminas, la existencia de estrés calórico,
la asociación con cuadros virales, etc. En esas condiciones la aplicación de fármacos resulta
tan solo paliativa.
Caso clínico : Vaca caída por mastitis séptica, a pesar de la terapia con antibioticos ( previo antibiograma) , anti-inflamatorios por vía IV, oxitocina, anti-histamínicos, sueroterapia inicial con CFM, Glucosa al 50 % y aplicación de 3 litros de sueropolielectrolítico, el paciente murío a los cinco días post- tratamiento. Al respecto, es necesario intercambiar apreciaciones conducentes a encontrar un protocolo que beneficie al ganadero para no descartar vacas de genética superior, recién paridas, además del perjuicio económico para medicinas y asistencia técnica.