La harina integral de soya se obtiene a partir del grano de soya mediante un proceso que puede incluir solo la reducción del tamaño de partícula mediante la molienda o adicionalmente procesamiento con calor. El uso del producto procesado con calor en la alimentación del ganado lechero, se ha ido incrementado en años recientes por ser un insumo de alta calidad nutricional.
Dicho tratamiento térmico (tostado o extrusión) tiene beneficio por mejorar la estabilidad de la grasa, reduciendo riesgo de enranciamiento, así como por reducir la solubilidad de la proteína incrementando el grado de sobre paso a nivel de rumen. Asimismo, si bien los rumiantes tienen capacidad de inactivar los componentes antinutricionales (factores antitripsicos) presentes en la soya pudiendo ser suministrados al animal sin tener efectos adversos, esto no logra la calidad nutricional de la harina integral de soya procesada con calor. Por tanto, la inclusión de niveles apropiados de harina integral de soya en la alimentación de vacunos requiere ser evaluada en términos de los nutrientes que aporta y su costo para obtener una ración correctamente balanceada.
Contenido Nutricional de la Harina Integral de Soya e implicancias en la alimentación :
La alta densidad energética de la harina integral de soya (2.58 Mcal/Kg base seca) es debida al nivel de grasa presente en el grano de soya (16 - 18%) que supera los niveles de alimentos como la torta de soya (1 - 2%) o el maíz (3 - 4%). Así, su alta concentración energética es útil para formular raciones de alta densidad nutricional en grupos de vacas que lo requieren. Sin embargo, debe tenerse en consideración que en una ración apropiadamente balanceada el contenido de grasa con efecto ruminal en el total del alimento no debería superar el 5 – 6% en base seca, pues podría afectar negativamente la actividad de los microorganismos en la degradación de la fibra.
Si bien existen fuentes de grasa libre añadida (sebos y aceites) que tienen alto valor energético, estás solo se impregnan superficialmente en los demás insumos de la ración, pudiendo crear ciertas limitaciones en el proceso de mezclado del alimento y en su estabilidad. Contrariamente, la grasa presente en la harina integral se encuentra impregnada naturalmente dentro de las partículas de soya. Además, el tratamiento térmico reduce la actividad enzimática, mejorando su estabilidad, mientras que en el grano crudo y más aún en grasas añadidas la susceptibilidad al enranciamiento es más riesgosa. En este sentido los niveles de grasa deben ser menores cuando el aporte proviene de grasas libres que de la harina integral de soya.
El contenido de proteína de la harina integral de soya es inferior (37 – 39%) al de la torta de soya (45 - 48%) pero superior al de la pasta de algodón producida en el país (23 - 35%). Adicionalmente, el procesamiento con calor provee ventajas sobre la utilización de la proteína al incrementar el nivel de proteína no degradable en rumen (RUP). Así, el grano crudo de soya tiene un RUP de 20 – 25% mientras que la harina integral de soya procesada con calor puede llegar a obtener valores tan altos como 45 – 55 % de RUP. Además, la inactivación de factores inhibidores de tripsina del RUP mejora su digestibilidad a nivel intestinal.
Otra importante ventaja del procesamiento térmico relacionada también con la calidad de la proteína es la provisión de dos aminoácidos (lisina y metionina) de forma sobrepasante, con frecuencia limitantes en la producción de leche. Por lo tanto es necesario considerarlos para un optimo desempeño productivo en vacas de alto merito genético.
COMPOSICION HARINA INTEGRAL DE SOYA (base seca) | |||
Grasa |
18 – 20 % |
Fósforo |
0.64% |
Proteína total |
40 – 43 % |
Proteína degradable |
55% |
Humedad |
8% |
Proteína no degradable |
45% |
Fibra cruda |
5% |
Lisina |
2.57% |
Fibra detergente neutro |
22% |
Metionina |
0.60% |
Fibra detergente ácido |
14.5% |
Nut. Digestibles totales |
98.8% |
Calcio |
0.26% |
E. Neta de Lactación |
2.58 Mcal/Kg |
Adicionalmente al tratamiento térmico, una molienda apropiada del grano de soya permitirá una mejor respuesta en cuanto a degradabilidad y digestibilidad de la proteína total. Diversos estudios han encontrado que granos groseramente molidos (1/2 a 1/4 de grano) son los más idóneos para lograr un balance entre nivel de sobre paso del rumen y grado de digestión a nivel de intestino.
Utilización en vacunos lecheros :
Vacas de Alta producción :
Las vacas recién paridas con alta capacidad de producción de leche son el grupo alimentario más crítico de las vacas en producción. En este sentido, se debe formular raciones apropiadas para lograr incrementar paulatinamente el consumo de materia seca y mantener una eficiente producción de leche. Así, el lento incremento en consumo los días posteriores al parto comparado a la capacidad de alta producción lechera, conlleva a la necesidad de formular dietas con alta densidad de nutrientes. Además, en este grupo de vacas recién paridas la energía se convierte generalmente en el nutriente más limitante por lo tanto su apropiado aporte llevará a reducir los riesgos de perdida excesiva de condición corporal con efectos desfavorables sobre la fertilidad.
Así también, en este grupo de vacas de alta producción su alimento debe tener un adecuado porcentaje de RUP (40 – 45% respecto a la proteína total), mientras que en vacas de menor producción el requerimiento no supera el 30% de RUP. Por lo tanto, la inclusión de harina integral en niveles de 10 a 20% en el concentrado son los más apropiados.
El estrés calórico es un evento condicionado por las altas temperaturas y/o humedades relativas en el medio ambiente, siendo los vacas de alta producción los animales más susceptibles. En este grupo el alto consumo de materia seca lleva a una mayor generación de calor metabólico, pudiendo llegar a reducir drásticamente el consumo de alimento. Por lo tanto, la estrategia debe ser incrementar la densidad energética de la ración buscando que el animal tenga semejante ingesta de nutrientes con menor consumo de materia seca. Para ello, la harina integral de soya por su alto valor energético y buen nivel de proteína es un insumo estratégico en las raciones de vacas bajo estrés calórico.
Terneros lactantes y recría:
En este grupo de animales el uso de la harina integral de soya procesada térmicamente puede contribuir a la provisión de un concentrado que asegure la cobertura de los niveles de nutrientes críticos (energía y proteína) para lograr pesos y talla adecuados para iniciar reproducción a la menor edad posible. Así, el uso de harina integral en niveles de 10 a 15% en el concentrado aseguraran provisión importante de estos nutrientes críticos.
Bibliografía:
Barrantes B. C. 2000. Influencia de la forma de presentación física del alimento y el uso de insumos grasos sobre la performance de terneros Holstein en crianza intensiva. Tesis Escuela de Post-Grado. Especialidad en Nutrición, UNA la Molina.
Borucki S., Phillip L. Lapierre H. Jarson P. y Berthiaume R. 2007. Ruminal degradability and intestinal digestibility of protein and amino acids in treated soybean meal products. J. Dairy Sci. 90: 810 – 822.
De Blas C., Mateos G.G. y Rebollar P.G. 2003. Tablas FEDNA de composición y valor nutritivo de alimentos para la fabricación de piensos compuestos. Fundación Española para el desarrollo de la nutrición animal. 2da edición, Madrid – España.
National Research Council. 2001. Nutrient requirement of Dairy Cattle. Seventh revised edition. National Academy press. Washington D. C. – USA.
Tice E., Eastridge M y Firkins J. 1993. Raw Soybean and Roasted Soybeans of Different particle sizes 1. Digestibility and utilization by lactating cows. J. dairy Sci. 76: 224 – 235.