eduardo velez zambrano
22 de junio de 2005
Reproducción
Técnicas de palpación
Usted puede utilizar ambas manos para la palpación. Con una mano puede sujetar la cola de la vaca como si fuera un mango mientras palpa con la otra. La mano que use para la palpación debe estar bien lubricada, ponerla en forma de cuña, apretando los dedos lo más posible.
El recto
Empuje por el ano hasta el recto con un movimiento continuo. Según penetra la mano por el recto, cierre los dedos para formar un puño modificado metiendo hacia dentro las puntas de los dedos.
En esta posición, la mano apartará a un lado la materia fecal y endereza el recto. Los pliegues del recto no se estiran tan fácilmente si los dedos se mantienen en posición de punta. El puño modificado también elimina el riesgo de perforar la pared del recto con los dedos en punta. Pero, las perforaciones son raras, pues las paredes del recto son gruesas y resistentes.
Generalmente no es necesario limpiar el recto de la vaca de materia fecal, pero, en las primeras etapas del aprendizaje, la limpieza del recto aumentará su habilidad para sentir otras estructuras.
El recto puede reaccionar en respuesta a la entrada de la mano. Este es un reflejo respuesta de la vaca. La reacción puede aliviarse simplemente moviendo la mano hacia adelante y atrás, en un masaje suave. Si vuelve a producirse la reacción, masajee de nuevo las paredes del recto
.
Cuanto más largo sea el examen, mayor reacción encontrará. No se preocupe si hay un pequeño sangramiento esto ocurre ocasionalmente y no es necesariamente un signo de daños al recto. Una indicación de que si se produjeron daños es una sensación áspera, de papel de lija, que indica que se ha raspado la mucosa del recto durante el proceso. Si esto ocurre, es mejor abandonar inmediatamente la palpación.
La sensación que se tiene de la pared del recto se parece a la de frotar una o dos capas de goma delgada. La mayoría de los animales se muestran cooperadores. Debe ser posible detectar y distinguir los órganos reproductivos sin mucha dificultad.
Los expertos en palpación siguen generalmente una rutina, que debe ser adoptada en el proceso de aprendizaje. Con la entrada inicial por el recto, introduzca el brazo hasta más allá del codo y bien adentro de la cavidad abdominal. Palpe hacia abajo, en dirección a la ubre. Los fetos a término deben estar en esa región. Por esta razón, la palpación inicial profunda permite que el palpador determine rápidamente si hay preñez y reduce el tiempo dedicado a la vaca. Si no se encuentra el feto u otras indicaciones de preñez en la cavidad abdominal, el palpador debe retroceder hacia la cavidad pelviana. La mayoría de los tractos abiertos y preñeces iniciales están localizadas aquí. Mientras palpa en o cerca de la cavidad pelviana, localice el borde de la pelvis. Este es un buen punto de orientación. Y lo más importante, localice el cérvix y muévase hacia adelante, hasta el útero, para determinar la preñez. Siguiendo esta sencilla rutina se pueden evitar muchos errores de palpación.
El rumen
Al entrar en el recto y justo después de pasar el borde de la pelvis, se puede encontrar el rumen, que es el primer y mayor estómago de los cuatro que tiene la vaca. Tiene dos sacos, uno dorsal y otro ventral. El saco dorsal está delante del borde de la pelvis y hacia la izquierda. Puede sentirse como el extremo de una pelota de fútbol americano, blando o granuloso. Este extremo saliente del saco dorsal puede llegar hasta la cavidad pelviana. En ese caso puede confundirlo con un útero dilatado o con un feto a término. Oprimiendo el rumen sentirá una indentación que gradualmente vuelve a alisarse y tomar su forma original, indicando que el rumen está lleno de alimento. El rumen no tiene el tacto acuoso que tiene el útero preñado.
El saco ventral del rumen está bien adentro de la cavidad del cuerpo, situado hacia la región de la ubre. Puede estar a la izquierda o a la derecha, dependiendo de cómo esté lleno. Tiene el mismo tacto blando o granuloso del saco dorsal y también se intenta si se le oprime con la mano.
El tracto reproductivo
El tracto reproductivo abierto se apoya normalmente sobre el piso de la pelvis o contra alguna de las dos paredes. Los cuernos de este aparato suelen estar enrollados en su frente, y en las vacas más viejas, pueden colgar ligeramente dentro de la cavidad abdominal. Cuando se palpa, ambos cuernos uterinos de la vaca abierta tienen un tacto de paredes gruesas y textura carnosa. No habrá presencia de fluido en los cuernos, y esas dos características confirman la ausencia de preñez. En esta etapa, se puede mantener en la mano todo el útero y palparlo desde abajo o desde un lado. Pero, durante el aprendizaje, lo más fácil es sentir la superficie superior.
El tono, o firmeza, de los cuernos abiertos, varía con el ciclo del estro. Poco antes y después del estro (bajo la influencia del estrógeno), el útero estará túrgido y firme al tacto. Durante el período del cuerpo luteo (influencia de la progesterona), se sentirán los cuernos del útero flácido o blando. Una ligera presión con el dedo medio separará los cuernos y permitirá la palpación de cada uno. Hay que palpar ambos cuernos porque la preñez puede ocurrir en cualquiera de ellos. Los palpadores inexpertos tienen a veces dificultad en agarrar los cuernos uterinos. Para vencer esta dificultad, mueva el útero hacia abajo, contra el piso de la pelvis o contra una de las paredes. Aplane la mano y aplique una suave presión contra el útero para separar los cuernos.
Los ovarios están situados en el ancho ligamento al final de los cuernos uterinos o a sus costados, pero no es necesario palparlos cuando se está determinando la preñez. El paso más importante es sentir la textura y contenido del útero.
cualquier cosa responda el mensaje haciendo clik sobre mi nombre, soy estudiante de la Escuela Superior Politecnica Agropecuaria de Manabi.