Servicios Especializados En Reproducción Bovina
16 de julio de 2007
La meta de un programa reproductivo para ganado lechero es lograr que las vacas tengan un intervalo entre partos de 365 días (ideal), alcanzar este objetivo implica que la vaca debe de tener 90 días abiertos lo cual dependerá fundamentalmente del tiempo que le lleve la involución uterina, del reinicio de la actividad ovárica post-parto, de la observación de la conducta estral y de la fertilidad obtenida en cada servicio. (Studer y Morrow, 1978)
El útero después del parto sufre modificaciones en su estructura macro y microscópica, conocidos como involución uterina, es decir, este deberá de regresar a su tamaño pregravidico, condición que normalmente se alcanza entre 40 a 50 días postparto.
Durante el puerperio se presentan diversas anormalidades que retrasan la involución uterina entre las cuales destacan la retención placentaria y la metritis postparto, aunque esta ultima condición puede darse independientemente de la retención placentaria (Coleman et.al. 1985, Paisley et.al. 1986)
La presencia de estas afecciones en la vaca provoca retraso en la aparición del estro, disminución de la fertilidad, aumento de los días de parto a primer servicio, días de parto a servicio efectivo y servicios por concepción. El efecto de la retención placentaria sobre la eficiencia reproductiva, esta determinado por la severidad de la metritis.
Dentro de las causas, que pueden propiciar la retención placentaria, endometritis y metritis postparto, encontramos a las genéticas, manejo (Asistencia errónea a los partos, Stress en los potreros), inmunológicas (Stress pre y postparto), infecciosas (abortos), metabólicas (Hipocalcemia, Cetosis, Vacas Gordas) y nutricionales (Deficiencia de Selenio, Vitamina A, Cobre y Yodo) favorecen a la aparición de estas patologías reproductivas.
Si bien la patología de la retención placentaria o el no desprendimiento de las membranas fetales no tiene una etiología exclusiva que la propicia, sino que a saber es un proceso que se va sucediendo desde semanas anteriores al parto. Por lo que no deberá de considerarse como una patología per.se., sino como un signo clínico. La incidencia de la retención placentaria va desde un 5 a un 15 [percent], y su mortalidad no sobrepasa el 4 [percent]
Los factores más importantes con la falla en el desprendimiento de la placenta son:
- Inmadurez de los placentomas (partos prematuros, abortos)
- Edema de las vellosidades corionicas (cesáreas y torsión uterina)
- Áreas de necrosis placentaria entre vellosidades corionicas y criptas maternas (Problemas generalizados y reacciones alérgicas)
- Placentitis y cotiledonitis (infecciones y abortos)
- Avanzada involución de los placentomas (gestacion prolongada)
- Atonia uterina (distocia, partos gemelares, hipocalcemia)
La atención de la vaca postparto es una actividad rutinaria para los veterinarios que nos dedicamos a manejar reproductivamente hatos lecheros y son diversos los tratamientos que se implementan para el control de los problemas reproductivos, es frecuente la administración de antibióticos (bolos e infusiones) por vía intrauterina, sin embargo es cuestionable su efectividad de estos ya que su actividad antibacteriana, en muchos casos, esta disminuida debido a las condiciones en que se encuentra el útero postparto (gran cantidad de materia orgánica, pH uterino y presiones parciales de Oxigeno) y además existe evidencia de que los tratamientos intrauterinos afectan los mecanismos de defensa naturales del útero (Leucocitos y Células binucleadas del corion) (Bretzlaff, 1987)
Por otro lado el uso de fármacos que aumentan la motilidad uterina (Oxitocina, Ergotamina, Estrógenos, Prostaglandinas y Calcio), son de utilidad limitada, ya que la atonia uterina no es una causa importante de la retención placentaria, ya que el verdadero problema es en la unión del corion con las carúnculas.
Respecto a la aplicación de Prostaglandinas postparto para la disminución de la incidencia de la retención placentaria, se citan muchos trabajos, sin embargo en la practica, sus resultados no son consistentes.
La extracción manual de la placenta, puede provocar un trauma uterino (desde ligeras hemorragias, hematomas hasta trombosis vascular), disminución de la capacidad fagocitaría de los leucocitos uterinos y retrasar el retorno al estado reproductivo normal. Recomendándose dejar que esta caiga o se desprenda por si misma o retirarla con cuidado a los 7-10 días postparto. Esto se recomienda hacerlo siempre y cuando se le de a la vaca afectada un seguimiento clínico (Temperatura, Condición corporal y general, Producción, Estado anímico y Apetito), para determinar cualquier alteración y de ser así proceder a darle un tratamiento sintomatologico por vía parenteral (Antibióticos, Antiinflamatorios, Antipiréticos, Antihistamínicos, Soluciones hidratantes, etc...).
Para el caso de la endometritis y metritis postparto, habría que comentar que el útero es un órgano estéril aislado del medio externo por el cervix el cual permanece cerrado todo el tiempo, excepto en el estro y durante el parto. Durante los días siguientes al parto el cervix se va cerrando paulatinamente, lo que representa una vía abierta para la entrada de bacterias que se encuentran en el ambiente, proliferando en útero (Más aun si la vaca sufrió retención placentaria). Estas infecciones son mas comunes en el ganado lechero, ya que las condiciones sanitarias en sus parideros son muy pobres o nulas, en contraste con el ganado productor de carne donde sus partos son en los potreros y la contaminación es mucho menor.
Las infecciones puerperales generalmente son inespecíficas, por lo que pueden estar involucradas bacterias aeróbicas y anaeróbicas (Actinomyces pyogenes, Fusobacterium necrophorum, Bacteroides spp.), observándose entre ellas un sinergismo en su patogenicidad. Existen otras bacterias que frecuentemente se llegan a aislar del útero postparto, sin embargo su participación en el proceso infeccioso es baja aunque ocasionalmente afecta en los resultados de los tratamientos debido a que algunas infecciones uterinas raramente llegan a desarrollar problemas sistémicos como metritis séptica o toxemica en la mayoría no se afecta su estado general aunque algunas pueden presentar ligera fiebre, anorexia y disminución de la producción de leche.
Por otro lado, la involución uterina es un proceso séptico, donde se ha demostrado que cerca del 93 [percent] de las vacas examinadas en los primeros 15 días postparto tienen algún grado de infección uterina, entre los 16 y 30 días postparto solo un 78 [percent] de las vacas continúan con el problema y solamente 9[percent] presentan un cuadro infeccioso entre los 46 a los 60 días postparto. Por lo anteriormente expuesto el útero es capaz de controlar bajo condiciones normales, las infecciones puerperales, valiéndose únicamente de sus mecanismos de defensa (Contracciones uterinas, Actividad fagocitaria de leucocitos y Producción de substancias antibacterianas), siendo estos afectados por tratamientos intrauterinos, tales como infusiones y el uso de bolos de antibióticos y yodo.
Además vale la pena comentar de que en el caso de la resistencia uterina a las infecciones, el estado hormonal de este, influirá significativamente, por lo que un útero bajo el influjo de progesterona, será más susceptible a las infecciones (piometra) que uno bajo el influjo de estrógenos. La administración de estrógenos, en caso de endometritis, es una práctica frecuente en condiciones de campo, incrementando la actividad leucocitaria mejorando la respuesta del útero a las infecciones. Sin embargo, a dosis terapéuticas el efecto es negativo, debido a que contribuyen a que las infecciones del útero asciendan a los oviductos provocando problemas de salpingitis y adherencias ovaricas y consecuentemente infertilidad. Por lo que la recomendación en este renglón seria que indujéramos a la ciclicidad a la vaca lo más pronto posible, para así ayudar a que la vaca se restablezca más rápidamente, ya sea con el uso de prostaglandinas (actividad luteolitica) o bien proporcionándole a la vaca un adecuado balance nutricional (Energía) y/o haciendo un manejo adecuado del amamantamiento de la cría.
Los tratamientos para estas patologías, deberán de llenar los siguientes requisitos:
- Ser efectivo en la eliminación de los agentes infectantes (Cultivo bacteriano con antibiograma), cabe hacer mención que el uso de penicilinas vía infusión intrauterina, durante los primeros días del postparto, generalmente no sirve debido a que muchas bacterias son productoras de penicinilasa. La penicilina es efectiva para curar infecciones entre los 25 y 30 días postparto, es decir cuando el medio uterino lo dominan bacterias gram negativo, anaeróbicas, no productoras de penicinilasa. Por otro lado el uso de aminoglicosidos, tampoco son efectivos, ya que se ha observado que necesitan un medio aeróbico para ser efectivos y el útero postparto no lo es. Para el caso de la Sulfonamidas, el acumulo de material purulento y desechos de tejidos inhiben su actividad. Los Nitrofuranos son efectivos contra Actinomyces pyogenes, solo cuando se utilizan en altas concentraciones, además de ser inactivos en presencia de sangre y exudado purulento, son irritantes y se asocian con problemas de baja fertilidad.
Las tetraciclinas son un grupo de antibióticos a elegir en la terapia intrauterina
debido a su amplio espectro y a su aceptable actividad en presencia de exudado
purulento, baja tensión de oxigeno y baja absorción.
En lo particular, en la clínica reproductiva, procuro iniciar mis tratamientos con
antisépticos intrauterinos, mas que con antibióticos.
- No afectar los mecanismos de defensa del útero, particularmente la actividad fagocitaria. La mayoría de los antibióticos intrauterinos, afecta a la fagocitosis leucocitaria. En algunos casos, hemos empleado suero sanguíneo homologo y heterologo en vacas con endometritis seropurulenta a purulenta, con buenos resultados.
- No debe de representar un riesgo para la salud humana, vía adulteración de la leche. En el caso del uso de tetraciclinas, este se elimina por leche, por lo que las vacas tratadas, deberán de ser identificadas y eliminada su producción del tanque o bien destinar esta leche a la alimentación de becerros mamones.
Indudablemente el problema más importante en la terapia intrauterina no esta en la elección del mejor antibiótico, sino en fijar un CRITERIO de cuales animales necesitan verdaderamente el tratamiento (costo, manejo y leche desechada).
En espera de poderle ser útil, quedo a sus ordenes.