Ante la severa sequía que azota a todo el país, y en especial a Camagüey y a otras provincias orientales, los ganaderos camagüeyanos multiplican sus esfuerzos para proteger la masa ganadera del territorio, decisiva en los planes alimentarios y económicos nacionales.
En los fuertes polos vacunos de Guáimaro, Sibanicú, Najasa, Camagüey y Florida se trabaja intensamente para reducir las afectaciones que la ausencia de lluvias provoca en un sector tan sensible.
El municipio de Sibanicú se destaca porque, a pesar que estar ubicado en la región más seca de la provincia, mantiene el trabajo cohesionado, la coordinación e integración entre entidades productivas para ubicar el ganado en los puntos menos vulnerables a dicha adversidad y proporcionarle opciones alimenticias acordes con la coyuntura.
Najasa, el segundo municipio con mayor carencia de agua, ha realizado un notorio esfuerzo para trasladar más de 20 mil cabezas de ganado a sitios favorables, con alguna humedad y algo de alimentación. En particular, en este territorio se ha aprovechado el cordón húmedo que corre a lo largo del río de igual nombre. Vaquerías completas han sido movidas para evitar muertes de tan preciados animales.
En Guáimaro también se acusa una favorable disminución de muertes vacunas asociadas a la sequía que, en los momentos más adversos, totalizaban el centenar por día en toda la provincia. Gracias a las medidas emergentes de los agropecuarios camagüeyanos, esta tendencia se revierte y en unidades importantes para la exportación se gana en el peso promedio de los animales.
Los ganaderos de El Camagüey acuden a medidas como el aprovechamiento de caña y hierba en zonas desechadas para la producción azucarera, el uso dirigido de piensos especiales y el rescate de pozos y otras fuentes tradicionales de agua en las zonas ganaderas. Con esas miras se adentran en la etapa más intensa de la sequía, que tiene entre marzo y mayo sus meses más difíciles del año.