17 de mayo de 2004
Dr. Alfredo Delgado, un cordial saludo. Como usted, dice los puntos de vista y los pareceres no son buenos consejeros. Los puntos de vista son valiosos dependiendo del nivel de preparación y documentación de los profesionales que los emiten. Trabajos científicos que usted solicita para nuestros medios son escasos, partiendo de la base que en su país como en el nuestro, la investigación tiene altos costos, lo que nos obliga a extrapolar de trabajos realizados en países como USA, UK, Alemania, etc. Medline, NAP, FEDNA, y bibliotecas de Universidades como Wisconsin, Cornell, Padova y de Valdivia en Chile, poseen algo de información al respecto. Existen evidencias y recomendaciones (INRA, 1988; NRC, 1989) de la necesidad de suplementar ciertas vitaminas (B1, B12, Niacina y Colina) en algunas condiciones particulares, tales como: rumiantes jóvenes o sometidos a dietas lácteas, situaciones de deficiencia en Co, raciones ricas en alimentos muy fermentescibles (melazas, tubérculos y raíces, cereales, especialmente cuando han sido finamente molidos o tratados al calor), o ricas en sulfatos (Ej. pulpas de remolacha muy sulfatadas), intoxicaciones o empleo de alimentos enmohecidos y,
especialmente, cuando se adicionan productos conservantes antimicrobianos o antibióticos. ¿Usted inyectaría vitaminas?
Por otro lado, Zinn et al. (1987) indican que, en el caso de terneros de cebo (feed-lot) al inicio del período de engorde, el ác. pantoténico y el ác. fólico pueden también ser limitantes en el crecimiento. No obstante, señalan igualmente que no deben esperarse respuestas a la suplementación oral de estas vitaminas, dada su elevada degradabilidad en el rumen. La alta degradabilidad ruminal de las vitaminas es un fenómeno que acompaña a estos nutrientes y más en cambios de pH, en atonia y enfermedad. La vitamina B1, degradación es consecuencia de la acción de tiaminasas (Helecho macho, etc) y factores tiaminolíticos no enzimáticos como recccion de Maylard. Las raciones que provocan acidosis ruminal, favorecen la proliferación de bacterias que pueden sintetizar ambos compuestos y desencadenar así la aparición de la enfermedad nerviosa (Bieber-Wlaschny, 1988). Bieber-Wlasschny (1988), a partir de la revisión realizada, concluye en la necesidad de suplementar con B1 las raciones de vacas lecheras de alta producción. En condiciones normales, Tiamina (B1), la degradabilidad se ha calculado en un 48%, y la Síntesis es de 8.3 mg/kg de Materia Orgánica Digestible. La ultima edición de NRC cita que la suplementación parenteral de Tiamina a dosis de 2.2 mg/kg diarios, es adecuada para reversar síntomas nerviosos por deficiencia de esta vitamina. La Cianocobalamina (B12 ) se produce en altas cantidades, se aumentan los niveles de ácido metilmalónico por deficiencia de Cobalto en vacas, por bajos niveles sanguíneos de B12. La degradabilidad ruminal es del 90%, y su Síntesis es de 4.1 mg/kg de materia orgánica digestible.
Por otro lado, Girard et al. (1995), al aplicar inyecciones intramusculares de ácido fólico a vacas lecheras desde el día 45 de gestación hasta 180 días después del parto, observaron aumentos no significativos del contenido en folatos de la leche, la producción de leche y el porcentaje de proteína de la leche a partir de los 180 días, pero no antes de la lactación.
Ahora, la FDA y la Agencia Europea del Medicamento, con asesoría de comités cientificos internacionales conformados por investigadores, con estructura de doctorado y postdoctorado, han aprobado fuentes orgánicas de P como la Fosforilcolamina, el Butafosfán, en complejo amoniacalfosfato, metilfenilfosfinatosódico entre otros, como “Suplemento” parenteral en bovinos, productos que junto a suplementos parenterales de Complejo B, se ven en países desarrollados. ¿Estarán equivocados estos comités? Podrá consultar algunas de sus dudas en Medline, una buena página y de alto nivel
http://www.ncbi.nlm.nih.gov/entrez/query.fcgi.