De los más de cinco millones de vacunos o bovinos de nuestro Perú, el 63,9 % son animales “criollos” o “chuscos” o de “baja producción”. El plan ganadero 2017-2021 reporta que la crianza de al menos un bovino se registra en aproximadamente 824 mil productores agropecuarios, de los cuales el 31% se encuentra en pobreza y el 13% en extrema pobreza. Más del 50% de bovinos se crían en unidades agropecuarias menores a 5 hectáreas. Además, señala que La leche fresca de vaca viene presentando una producción levemente creciente con 1.90 millones de t en el año 2015, con un rendimiento de 5.85 kg/vaca ordeño/día. Dentro de los factores críticos para el desarrollo de la ganadería bovina están: la implementación de un programa de pastos y sistemas de pastoreo, mejoramiento genético, capacitación para el manejo sanitario y transformación de la leche, infraestructura y un impulso a la comercialización mediante facilidades legislativas y promoción de la asociatividad (¿Con acompañamiento?).
Un excelente análisis vivencial lo expresa el Ing. Zoot. Edgar Delgado Barrios, Gerente General de la Granja Heidy (Puente Piedra, Lima) al capacitarse en transferencia de embriones (TE) en la Universidad de Louisiana State, de Estados Unidos y que indica que es cierto que la tecnología de TE ha tenido relativo éxito en algunos países como Australia, Nueva Zelandia, Israel, Uruguay, Aregentina y Colombia, pero han sido gracias a que hubieron grandes inversionistas privadas y no con inversiones públicas. Además de cuidar básicamente, la alimentación adecuada.
En nuestro país hubo inversión privada, pero sin éxito, el caso de un Laboratorio biotecnológico de una empresa ganadera en Cañete, Lima, igualmente Láctea de Trujillo, La Libertad que no opera a su capacidad. Lo mismo ocurre con el Centro de investigación en Transferencia de Embriones (CIETE) de la UNA La Molina, que se ha convertido en un “elefante blanco” (inoperativo por falta de recursos que no pueden generar) y que a nivel de Latinoamérica existen laboratorios paralizados. También Delgado, 2019 declara que la primera importación de embriones congelados que hizo el Ministerio de Agricultura por más de 250 mil dólares no generó más de cuatro toretes, de los cuales dos fueron sacrificados por pruebas sanitarias positivas cuando se destinaron al Banco Nacional de Semen.
Así, concluye con lo que siempre hemos expresado en diferentes exposiciones: “No es recomendable promover entre pequeños ganaderos y comunidades campesinas la TE y el uso de embriones congelados como método reproductivo para revolucionar la ´producción lechera en el Perú, hasta obtener promedios de de 25 litros de leche por vaca por día”. Evidentemente, lo primero es lo primero: alimentación-nutrición de nuestros animales y tampoco la siembra de pasturas o pastos cultivados bajo riego (compitiendo con la agricultura basada en cultivos alimenticios). Claro, a la falta de recursos los pequeños productores recurren a las municipalidades y gobiernos regionales para gestionar apoyo, repercutiendo en un despilfarro económico.
Por otro lado, tenemos los resultados del Censo Nacional Agropecuario 2012, donde nos muestran que la Región Natural de la Sierra posee el 57,5% de la superficie agropecuaria total, es decir de cada 100 hectáreas 57 están ubicadas en la Sierra, la Región de la Selva posee el 31,1% y en la Costa se ubica el 11,5% de la superficie agropecuaria. De las 22 269 271 hectáreas de superficie agropecuaria que se ubican en la Sierra, la superficie agrícola productiva es el 15%, los pastos naturales representan el 70% y los montes y bosques el 7%. Solución urgente en este tiempo el manejo o monitoreo o atención debida, como el mejoramiento de los pastizales o pastos naturales.