8 de agosto de 2014
Chuni,
Muchas gracias por tus comentarios, que me ofrecen otra perspectiva sobre el tema. Siempre es bueno tener la posibilidad de contar con más de un punto de vista en la vida. Aunque uno siga pensando lo mismo, sabrá que no es la única idea que hay dando vueltas. En el caso tuyo, con la experiencia que tenés, más ponderación hay que darle a tu idea.
No veo en tus palabras, sin embargo, ninguna objeción de fondo a lo que se plantea en la nota. Ya sé que la vaca no sufre con el tacto en sí mismo, y lo digo en todas mis presentaciones. A nosotros nos duelen el tacto, las inyecciones, la castración, etc. Al vacuno le duelen el cepo, la volteada, la embretada, los gritos, los perros, los empujones, etc. Por eso creo que todo lo que podamos evitarle al vacuno en el contexto de los tratamientos es beneficioso, empezando por el propio trabajador (desde el dueño al peón, pasando por el veterinario).
En mi opinión, todo lo que nos permita evitar el cepo debe ser bienvenido. Por ejemplo, recomiendo la casilla de inseminación para ahorrarle el cepo a la vaca, aunque nadie me haya seguido el consejo. Además de dejar el cepo para lo indispensable, y usar otras alternativas de sujeción, creo que todo lo que acorte el tiempo de encierro del vacuno, sea en el cepo, la casilla, la manga, etc., es beneficioso. Por eso sigo pensando que lo que propone esta nota es recomendable, para leerlo primero y para eventualmente ponerlo en práctica, sobre todo en empresas con grandes rodeos. Verás que no dije cualquier cosa, dije tres cosas bastante precisas. No creo que esta práctica sea interesante para rodeos de 1000 vacas o menos, porque bien decís que se tactan en un día, a lo sumo uno y medio, y eso no va a mejorar mucho si lo hacemos en medio día o tres cuartos de día. Pero las estancias que tienen varios miles de vacas, que además las tienen bastante dispersas, y hay que moverlas, en su mayoría con ternero al pie, cada vez más de cruzas índicas, se pueden beneficiar con un diagnóstico que exija menos manejos aversivos, menos tiempo de trabajo, menos esfuerzo y menos personal. Creo, o mejor dicho, veo, que vamos hacia eso, no es cuestión de que me guste o me disguste.
De todos modos, es un placer dialogar con vos sobre estos asuntos, más allá de que no nos pongamos de acuerdo.
Un abrazo,
Marcos