El primer problema suele ser la comunicación. Un equipo que no se comunica bien es como un coche con las ruedas desinfladas: no va a ninguna parte. Cuando no hay comunicación clara, la información se pierde, las tareas se duplican o se olvidan, y los errores empiezan a acumularse. Y claro, esos errores nos cuestan tiempo, dinero, y, sobre todo, la confianza del cliente. Porque ...