Una de las características de la AFB1 es su alta solubilidad lipídica por lo que una vez ingerida por el ganado lechero es absorbida por el intestino y llega al hígado en donde pasa por un proceso de biotransformación en Aflatoxina M1 (AFM1), un metabolito altamente carcinogénico, teratogénico y mutagénico que luego es 2 segregado a la orina, heces y leche de la vaca (Puga-Torres, Salazar, Cachiguango, Cisneros, & Gómez-Bravo, 2020).
En los últimos años se ha evidenciado una creciente demanda de alimentos agrícolas debido al incremento poblacional y bovino a nivel mundial, y como consecuencia un aumento en la producción del sector agrícola para cumplir con dicha demanda; siendo el sector ganadero el principal consumidor de alimentos balanceados con una aportación del 40% del valor de la producción mundial del sector agrícola. De acuerdo con datos estadísticos la producción de alimento balanceado, esta ha presentado un aumento del 2.3% en el último trimestre del 2021 con 1.235 millones de toneladas métricas (MTM) (Alltech, 2022). Los principales ingredientes del balanceado son el salvado de maíz y de arroz que aportan un alto contenido vitamínico y proteico al ganado bovino y a su vez un incremento en la producción de leche, por lo que el uso de este alimento es cada vez más acogido por los productores lecheros. Sin embargo, la elaboración de balanceado a partir de cereales contaminados con aflatoxinas es el principal problema de los productores a nivel mundial, especialmente de aquellos en vías de desarrollo (Nishimwe, et al., 2022; Gutiérrez, et al., 2018).
Debido al alto grado de toxicidad que poseen las aflatoxinas sobre la salud humana y animal, y a su estabilidad química ante los diferentes tratamientos físicos, químicos o biológicos durante los procesamientos alimentarios, la Administración de Drogas y
Alimentos (FDA) de los EE. UU. ha fijado límites permisibles de aflatoxinas totales (AFB1, AFB2, AFG1, AFG2) de 20 µg/kg en granos y cereales de consumo humano y animal al igual que la Oficina de Normas Indias (BIS por sus siglas en inglés) en India; mientras que la Unión Europea (UE) presenta valores más estrictos al respecto con 5 µg/kg para balanceado bovino y 20 µg/kg en piensos (FDA, 2019; Thakur, Singh, De, & Dey, 2022). Por otro lado, la leche al ser una de las principales fuentes de nutrientes en la dieta de personas y animales, también puede convertirse en un vehículo para contaminantes como la AFM1, que es el principal contaminante con efecto toxicológico presente en la leche y se forma por medio del metabolismo hidroxilado de la AFB1 ingerida en el balanceado por el ganado lechero.
Como antecedente se conoce que los niveles de AFM1 que se transfieren a la leche oscilan entre el 0.5 y 3% del contenido inicial de AFB1, este remanente puede variar según el animal, el día de ordeño de leche, entre otros factores y en casos de ganado de alto rendimiento estos niveles pueden llegar hasta un 6,2% (Sumon, et al., 2021; Reyna & Arteaga, 2022). Ante ello, legislaciones como la UE ha decretado un Límite Máximo de Residuos (LMR) de 0.05 µg/kg de AFM1 en leche cruda, leche pasteurizada, leche ultra pasteurizada y leche fluida, mientras que en leches de fórmula infantil el LMR se ha establecido un valor inferior de 0.025 µg/kg puestos que los recién nacidos y niños son la población más susceptible a la exposición de alimentos contaminados; por otra parte, la FDA indica LMR hasta 0.5 µg/kg en leche y otros productos lácteos (Nishimwe, et al., 2022; Quevedo, Cantú, & Trujillo, 2020).
En Ecuador el LMR de AFM1 de acuerdo con la Normativa Técnica Ecuatoriana (NTE) INEN 009:2015, basada en el Codex Alimentarius, establece un valor de 0.5 µg/kg solo en leches crudas, al igual que el LMR permitido en países como Estados Unidos, Australia, México, Brasil (Quevedo, Cantú, & Trujillo, 2020; Puga Torres, 2022). Pese a que la AFM1 tiene regulaciones en alrededor de más de 80 países, dichos valores no ofrecen una armonización internacional (Puga Torres, 2022; Quevedo, Cantú, & Trujillo, 2020). Por lo que es necesario realizar estudios más a fondo sobre la influencia del procesamiento térmico de la leche para la elaboración de derivados lácteos de primera necesidad que, en el tiempo actual, no cuentan con una regulación de límites permisibles de AFM1.
Objetivo
El presente trabajo de investigación tiene como objetivo evaluar el efecto del procesamiento en la obtención de productos derivados de la leche, tales como queso, yogurt, leche en polvo, mantequilla, leche condensada y manjar de leche, sobre la cinética de la AFM1 presente en la leche inicial. De esta manera se marcaría un punto de partida para que la industria láctea pueda evidenciar los efectos del procesamiento sobre la AFM1 y tomar acciones innovadoras sobre el manejo de la leche contaminada, así como el desarrollo de estrategias de control por parte de legislaciones nacionales e internacionales para estos productos.
Conclusiones
- Fueron procesados seis productos lácteos (manjar de leche, leche condensada, leche en polvo, queso, yogurt y mantequilla) en el laboratorio de Desarrollo y Proceso de Alimentos de la ESPOL y se confirmó en los mismos que había contaminación inicial de AFM1 en el rango de 0.05 a 0.1 ppb con excepción de la mantequilla cuya contaminación inicial estuvo por debajo de los límites de detección (0.05 ppb).
- Se evidenció que el procesamiento tiene un efecto de reducción significativo en la actividad de la AFM1, obteniéndose una reducción del 87% para el yogurt, 60% para la leche en polvo, 43% para la mantequilla, 30% para el manjar, 24% para la leche condensada y 23% para el queso.
- De acuerdo con la prueba de rangos múltiples se demostró que todos los procesos difieren entre sí, es decir que cada condición especifica de procesamiento tuvo un efecto único sobre la cinética de AFM1.
- Finalmente, se verificó que ninguno de los productos procesados superó los límites establecidos por las normativas nacionales de la INEN 009:2015 que es de 0.5 ppb, sin embargo, los resultados obtenidos desde el inicio del proceso si superan los límites establecidos por las normativas internacionales de la Unión Europea que es de 0.05 ppb.
Recomendaciones
Es necesario validar métodos analíticos como el HPLC que permita tener información precisa de los cambios en la cinética de la AFM1 durante los procesos tecnológicos empleados para la fabricación de productos lácteos en el país.
Invertir en investigación para poder estandarizar los valores de AFM1 en los derivados lácteos de tal manera que se pueda establecer límites máximos permitidos 28 más estrictos en la materia prima a fin de asegurar la calidad de los productos y confianza del consumidor.
Se deben hacer otros estudios procesando otros productos lácteos acidificados para confirmar si el pH es realmente un factor determinante en la reducción de AFM1.