Cuando las plantas de maíz pasan mucho tiempo en la tierra una vez que ha terminado su crecimiento, se exponen a la rotura de las cañas debido, por ejemplo, al viento o al exceso de humedad, es lo que se conoce como 'encamado' y que causa importantes pérdidas para los productores. Conseguir variedades de maíz resistentes a esta rotura es el objetivo del proyecto'Ensayo de líneas puras de variedades de maíz para la obtención de híbridos con resistencia al encamado' que realizan la Universidad de León y el Centro de Investigación en Agrogenómica de Barcelona y en el que participan las estaciones experimentales de Agrovet, en León, Mas Badía, en Gerona y la Misión Biológica de Galicia, en Vigo.
Actualmente, al centro de tecnológico agrario y ganadero de Agrovet han llegado varias especies ya seleccionadas por su resistencia al encamado y también al fusarium, en total se han seleccionado 8 de un total de 25 variedades. Además, se están analizando distintos marcadores genéticos y bioquímicos dentro de estas líneas.
Según explica el director gerente de Agrovet, Pablo Flórez, “los investigadores les han hecho llegar las líneas en las que ya tienen localizados los genes que controlan la pared celular porque su debilidad es lo que produce el encamado”. Se trata, a su juicio, de una investigación importante, en zonas, como León, donde el maíz queda mucho tiempo en la tierra (especialmente este año debido a la problemática ocasionada por el exceso de lluvias), en lugar de una recogida temprana y la pared celular se degrada”. Teniendo en cuenta que la producción de maíz es híbrida, conseguir una “línea con resistencia al encamado y al fusarium hace que la semilla sea más productiva y que ocasione muchas menos pérdidas al agricultor”.
Las variedades se están probando ahora dentro de un proyecto que comenzó a principio del año pasado, en ese momento se emplearon 25 líneas puras de maíz con distinta resistencia de caña a la rotura, posteriormente, “de acuerdo con marcadores morfológicos, estructurales y con una mayor o menor resistencia a un hongo patógeno (de tipo Fusarium)”, se seleccionaron 12 líneas -seis muy resistentes y seis poco resistentes-, en ellas se están analizando distintos marcadores moleculares. Estas 12 líneas se ensayarán nuevamente en la campaña 2016 comprobando además la resistencia a estrés hídrico.
Los datos obtenidos hasta el momento muestran que las variedades más resistentes a la rotura de caña son también las más resistentes a Fusarium y parecen indicar que ambas resistencias están relacionadas con la estructura y composición de la pared celular.
El objetivo del proyecto es, partiendo de las líneas puras seleccionadas, realizar distintos cruzamientos para obtener líneas híbridas comerciales con resistencia a la rotura de caña, mayor resistencia a fusarium y con mayor tolerancia al déficit hídrico. Estas líneas, explica el Agrovet, serán analizadas desde un punto de vista tanto molecular como estructural. En definitiva, se trata de llegar a unos resultados que permitan aprovechar mejor las plantas de maíz tanto, para su uso directo, como para forraje o producción de bioetanol.
Más ensayos
En las instalaciones de Agrovet también se están llevando a cabo otros ensayos relacionados con investigaciones del sector rprmiario, entre ellas, nuevas variedades de maíz para la zona norte de España y su comportamiento frente a abonos de nuevas tecnologías e inductores o aceleradores, por ejemplo de la germinación. Estos estudios permitirán controlar las dosis de abonado nitrogenado con marcadores como niveles de clorofila dentro de la planta y relacionarlos con la capacidad de medición mediante drones, lo que permitirá ajustar el abonado a las necesidades del cultivo.