Factores varios, han propiciado que los perfiles de contaminación por micotoxinas en los alimentos, hayan cambiado e incrementado su presencia prácticamente en forma global.
Las micotoxinas son moléculas químicas toxicas producidas por hongos. Son capaces de resistir altas temperaturas y tratamientos anti fúngicos. Estas se encuentran en todos los cereales, pastas de oleaginosas y forrajes, siendo muy común encontrar poli contaminación, esto es la presencia de más de 5 de estas moléculas toxicas.
Hoy en día lo que mayormente encontramos en las analíticas de los alimentos son micotoxinas del género Fusarium, en particular micotoxinas como FUMONISINA y DEOXINIVALENOL (DON/Vomitoxina), encontrándose con una dominancia entre las dos cercana al 90% de los valores promedio (Estudio de Poli- contaminación en México con más de 11 mil determinaciones/2017).
Esta situación afecta la productividad en las explotaciones pecuarias, por ser toxinas de mayor tamaño, estructura compleja y menor polaridad las cuales no son adsorbidas por los capturantes de micotoxinas comunes.
El cambio en los perfiles de contaminación, viene a confundir las estrategias de protección, ocasionado por cuadros diferenciados a los que comúnmente estamos acostumbrados a observar.
El consumo de DON en la ración de las aves, puede ocasionar el crecimiento de la aparición de cuadros de Enteritis Necrótica (NE), por el efecto de barrido y falla en la función de barrera del epitelio intestinal, ocasionando mayormente aparición de proteína libre y que es disponible para el crecimiento bacteriano (Abstract International poultry Scientific fórum/2013)
Entre otras patologías que están documentadas y descritas a nivel intestinal, así como el efecto negativo en el metabolismo de las proteínas y lípidos.
También es del conocimiento que las micotoxinas son el factor más inmunosupresor que proviene del alimento afectando severamente al órgano inmune más grande del organismo que es el Intestino.
En la problemática de las micotoxicosis, las presentaciones agudas son las que nos dan una sintomatología clínica, es la parte visible del problema, pero representa un porcentaje menor de los desafíos, la parte oculta o sub aguda es el mayor porcentaje del problema y es lo que preocupa por ser el mayor impacto, reflejado en altos costos dentro de la producción de proteína de origen animal.