Abundando en los comentarios de Juan Ignacio y Néstor, coincido en que tanto los diferentes métodos de detección como el tipo de muestra a analizar tienen aplicaciones diferentes para lograr fines igualmente diferentes y que al final se complementan para establecer programas integrales de control del impacto de las micotoxinas en las poblaciones humanas y animales.
En el control de contaminación de alimentos es importante el análisis rápido de materias primas que puedan generar resultados inmediatos en el sitio de acopio para tomar las previsiones adecuadas en cuanto a uso y almacenamiento. El mismo caso sucede en la gestión de lotes de materias primas para producción. En estos puntos de la cadena de producción es imposible esperar horas, días o, semanas para obtener resultados que tengan relevancia. Esto no es diagnóstico, esto es control de calidad.
Caso diferente es el diagnóstico, donde el daño o impacto negativo en el consumidor, humano o animal ya a sucedido por falta de control y aseguramiento de calidad. Ahí si existe la posibilidad de esperar por resultados tanto de presencia de micotoxinas en el alimento terminado como de sus biomarcadores orgánicos como evidencia de exposición al tóxico.
Y, para no hacer mas extenso mi comentario y tratando de ilustrar de manera rápida los puntos anteriores, utilizaré un concepto muy popular en la tauromaquia: "Cada toro tiene su lidia".
Saludos a esta excelente comunidad de técnicos.