1.- Toxina HT-2 y micotoxinas tricotecenos
La toxina HT-2 pertenece al grupo A de las llamadas toxinas tricotecenos. Estas micotoxinas son producidas por mohos del genero Fusarium, tales como, Fusarium tricinctum, F.nivale, F.roseum, F.graminearum, F.solani, F.oxysporum, F.lateritium, F.sporotrichioides, F.rigidiusculum, F.episphaeria y F.poae. Otros mohos también pueden producir toxinas tricotecenos, a saber, Cephalosporium crotocigenum, Myrotecium verrucaria, Stachybotrys atra, Calonectria nivalis, Trichoderma viride, Tricotecium roseum y Gibberella saubinetti.
El Fusarium es un género de moho que forma parte de la flora de campo (sustratos fitopatógenos, plantas vivas) y de la flora intermedia (sustratos de cereales recién recogidos y aun húmedos). Este moho vegeta entre 6 y 40º C con un óptimo entre 18 y 30ºC. Es aerobio y necesita en general, de una actividad de agua, aw, superior a 0,88 para crecer y proliferar y superior a 0,91 para producir micotoxinas.
Existen más de 40 derivados de tricotecenos, sin embargo los que se han encontrado mas significativamente como contaminantes naturales, por el momento, y se consideran más importantes por los problemas de micotoxicosis en los animales son: toxina T‑2 (T-2) y diacetoxiscirpenol (DAS), pertenecientes también al grupo A, y la vomitoxina o deoxinivalenol (DON) que pertenece al grupo B de la susodicha familia de micotoxinas tricotecenos.
Los tricotecenos reciben este nombre por poseer en su molécula el esqueleto tetracíclico, 12,13-epoxitricotec-9-eno.
Las micotoxinas tricotecenos pueden encontrarse como contaminantes naturales en los cereales (maíz ,cebada, sorgo, avena, trigo, arroz, centeno y mijo) y sus subproductos.
El principal síndrome que provocan es el gastroentérico, los sistemas y órganos afectados son, el sistema digestivo, nervioso, circulatorio y la piel. Es característico de la vomitoxina el provocar vómitos y rechazo del alimento. Las micotoxinas tricotecenos tienen una potente actividad inmunosupresora. Las características toxicológicas generales de estas micotoxinas, a depender de la especie animal afectada, son:
1.‑ Vómitos, taquicardia, diarrea.
2.‑ Hemorragias, edemas, necrosis de los tejidos cutáneos.
3.‑ Hemorragias de la mucosa epitelial del estómago e intestino.
4.‑ Destrucción de tejidos hematopoyéticos.
5.‑ Disminución de los glóbulos blancos y plaquetas circulantes.
6.‑ Meninges hemorrágicas (cerebro).
7.‑ Alteración del sistema nervioso.
8.‑ Rechazo del alimento.
9.‑ Lesiones necróticas en diferentes partes de la boca y degeneración patológica de las células de la médula ósea, nódulos linfáticos, e intestino.
Fundamentalmente y a nivel celular, el principal efecto tóxico de las micotoxinas tricotecenos consiste en la inhibición de la síntesis proteica seguida de una interrupción secundaria de la síntesis del ADN y ARN. Se produce también una división de células tales como en aquellas que forman parte de la membrana del tracto gastrointestinal, piel y células linfoides y eritrocíticas. La acción tóxica de las micotoxinas tricotecenos consiste en una necrosis extensiva de la mucosa de la piel y de la boca cuando hay contacto con la micotoxina. Se producen problemas agudos a nivel del tracto gastrointestinal, degeneración de la medula ósea y una inhibición muy significativa del sistema inmunitario. Se dan lugar a hemorragias de la mucosa epitelial del estómago e intestino con una destrucción de los tejidos hematopoyéticos.
Teniendo en consideración que las micotoxinas tricotecenos son de una alcalinidad elevada, en especial la T-2 y el DAS, se atribuye el problema de las lesiones orales a que el animal al ingerir el alimento contaminado, éste se adhiere más en la región bucal debido a una mayor humedad ejerciendo pues el efecto agresivo como consecuencia de esta elevada alcalinidad.
En las aves, las típicas lesiones orales consisten en una proliferación de placas amarillas caseosas (sustancia albuminoidea) que tienen lugar en la parte superior e inferior del pico, mucosa del paladar, boca y lengua. Las erosiones bucales son patentes. Evidentemente que la gravedad de las lesiones se incrementa con el tiempo de exposición a la micotoxina.
Los pollos afectados pueden tener problemas de atraso en el crecimiento, plumaje anormal, regresión de la bolsa de Fabricio y anemia. En gallinas ponedoras se producen lesiones orales y una disminución de la ingesta y de la producción de huevos, y deficiencias en la calidad de la cáscara con un significativo aparecimiento de huevos blandos.
En lo que se refiere a los problemas de emplume provocados por estas micotoxinas, se argumentan como causas, la necrosis provocada en la epidermis y el folículo de la pluma así como la inhibición de la síntesis proteica.
Dentro de las micotoxinas tricotecenos del grupo A, muchos y variados son los estudios de toxicidad realizados hasta ahora para T-2 y DAS en especies animales tales como aves y cerdos, algunos de ellos indicados y referenciados como revisión bibliografica (Mirocha, 1979; Leeson et al, 1995; Gimeno, 2003; Gimeno y Martins, 2003; Gimeno and Martins, 2006), sin embargo son muy pocos los estudios científicos publicados, hasta el momento, sobre la toxicidad de la toxina HT-2 (HT-2) en esas especies animales.
2.- Micotoxicosis de la toxina HT-2 en pollos
2.1.- Podriamos referir la toxicidad aguda de la HT-2 en cuanto a la mortalidad en pollitos de 1 día de vida (peso medio de 40 ± 3 g) y a los efectos sobre la ganancia de peso vivo y el consumo de pienso, correspondiente a una intoxicación aguda, por el suministro de una dosis única de micotoxina (mg/Kg de peso vivo). Las muertes empezaron dentro de las 8 a 60 h después de la administración de la micotoxina. Creemos que será importante comparar los resultados con los obtenidos de la misma forma para T-2 y DAS (Chi et al, 1978)
Tabla 1. Mortalidad, ganancia de peso vivo y consumo de pienso en pollitos de 1 día de vida a los que se les administra una dosis oral unica de toxina HT-2, toxina T-2 y diacetoxiscirpenol *.
* Adaptado de Chi et al, 1978
** Mortalidad durante los 7 días después de la administración de la micotoxina.
*** Ganancia de peso vivo y consumo de pienso de los pollitos sobrevivientes. durante el periodo de 7 días después de la administración de la micotoxina.
Dentro de las 4 a 10 horas después de la administración de la micotoxina, los pollitos empezaron a tener problemas de inapetencia, astenia, diarrea y coma (Chi et al, 1978).
Se ve claramente que T-2 y DAS fueron más toxicas que HT-2, visto que unas dosis de T-2 y DAS de 8,7 y 6,8 mg/Kg peso vivo, respectivamente, provocaron un 100% de muertes y en cambio para provocar el mismo porcentaje de muertes fue necesario una dosis de HT-2 de 11,9 mg/Kg de peso vivo.
2.2.- Sin embargo lo que más nos interesa es la toxicidad crónica provocada por contaminaciones del pienso con esta micotoxina, así pues, tenemos un dato al respecto que por cierto es muy reciente (Weber et al, 2010), sin embargo el estudio fue realizado con contaminación conjunta de T-2 y HT-2 en pollos.
Pienso de pollos starter (0-21 días de edad) fue contaminado con 1040 ppb (microgramos/Kg) de T-2 y 490 ppb de HT-2 y pienso de pollos finalizador (22-39 días de edad) fue contaminado con 120 ppb de T-2 y 20 ppb HT-2, para cada grupo de aves había un grupo control y el total de pollos utilizado en el ensayo fue de 40.
Los síntomas patológicos de toxicidad fueron investigados a los 21 y 39 días después del ensayo. Cinco pollos de cada grupo fueron sacrificados a los 21 y 39 días de tratamiento. Con respecto a los signos patológicos fueron encontradas lesiones en la lengua y la cavidad oral a la vez que inflamación en el intestino delgado, el peso vivo fue significativamente más bajo para los pollos que consumieron dietas contaminadas, todo ello comparado con el grupo control.
A los pollos sacrificados se les tomaron muestras de sangre, hígado y riñones, comprobando posteriormente que la contaminación con estas micotoxinas no causo un significativos incremento del malondialdeido (importante biomarcador utilizado para evaluar el proceso de peroxidación lipídica). En el hígado de los pollos sacrificados a los 39 días, el contenido de glutatión reducido (GSH) fue significativamente más bajo que en el hígado de los pollos del grupo control. La actividad de la enzima glutatión peroxidasa fue significativamente más alta en el hígado de los pollos que consumieron el pienso contaminado que en el de los pollos del grupo control (Weber et al, 2010).
Recordemos que, el glutatión reducido (GSH) es un tripéptido que se encuentra presente en elevadas concentraciones dentro del eritrocito. Él protege a la célula contra la acción de agentes oxidantes endógenos y exógenos y mantiene la membrana estable, participa en el mantenimiento de la estructura de la hemoglobina, en la síntesis de proteínas en los reticulocitos y preserva la integridad de algunas enzimas y proteínas de la membrana.
No sabemos lo que habría ocurrido actuando la HT-2 individualmente. Si sabemos lo que ocurre con la T-2 actuando individualmente con esas concentraciones, siendo los efectos iguales a los anteriormente citados (Mirocha, 1979; Leeson et al, 1995; Gimeno, 2003; Gimeno y Martins, 2003; Gimeno and Martins, 2006).
3.- LD50 (mg/Kg de peso vivo) comparativa entre T-2, DAS y HT-2 en pollitos de 1 día de vida después de una dosis única.
Para T-2 es de: 4,97-5,25; para DAS (4,15-DAS) es de: 3,82 y para HT-2 es de: 7,22. (Leeson et al, 1995)
4.- Micotoxicosis de la toxina HT-2 en otras aves y especies animales
No hemos encontrado, por el momento, datos de estudios científicos sobre la toxicidad crónica de la HT-2 en otras aves y/o especies animales.
5.- COMENTARIOS
En agosto de 2006, fueron publicados en el Diario Oficial de la Unión Europea (ver bibliografía), unos valores orientativos de concentraciones máximas de contaminación con vomitoxina o deoxinivalenol, zearalenona, ocratoxina A y fumonisinas B1+B2 en productos destinados a la alimentación animal. Con respecto a la HT-2 y T-2, el documento dice textualmente:
“Los datos sobre la presencia de las toxinas T-2 y HT-2 en productos destinados a la alimentación animal son por ahora muy limitados. Existe, por otro lado, una necesidad urgente de desarrollar y validar un método de análisis sensible. No obstante, hay indicios de que la presencia de T-2 y HT-2 en productos destinados a la alimentación animal podría ser motivo de preocupación. Por lo tanto, es necesario desarrollar un método de análisis sensible, recoger más datos sobre la aparición de estas toxinas y llevar a cabo estudios e investigaciones acerca de los factores determinantes de la presencia de T-2 y HT-2 en los cereales y los productos a base de cereales, en particular la avena y los productos a base de avena.
Teniendo en cuenta las conclusiones de los dictámenes científicos mencionados en el considerando 1 y la falta de datos fiables sobre las toxinas T-2 y HT-2, así como la amplia variación en su aparición de un año a otro, procede recoger más datos sobre la presencia de estas micotoxinas en los diversos piensos y alimentos para animales, además de los ya disponibles a raíz de los programas de control coordinados para 2002, 2004 y 2005”.
Todo esto me parece muy bien, lo que no se entiende es como y por el mismo orden de ideas, no se tiene en consideración al DAS que es tanto o más toxico y agresivo que la T-2 (Mirocha, 1979; Leeson et al, 1995; Gimeno, 2003; Gimeno y Martins, 2003; Gimeno and Martins, 2006) y por supuesto más que la HT-2.
Vemos también como de entre T-2, DAS y HT-2, la que tiene la LD50 más alta en las condiciones antes citadas, es la HT-2.
Frente a los datos expuestos y por lo que se deduce y comentamos ya anteriormente, nos queda la duda de si realmente valdrá la pena tener en consideración a la HT-2.
Gimeno, A. y Martins, M.L. (2003). Micotoxinas de Fusarium en varias especies animales. Albeitar, 63. pp. 42-44.
Gimeno, A. and Martins, M.L. (2006). Mycotoxins and Mycotoxicosis in Animals and Humans. Special Nutrients, Inc. USA (Ed.). Victor Mireles Communications, Mexico City (Mexico). pp. 1-127.
Leeson,S., Diaz,G.J and Summers, J.D. (1995). Poultry Metabolic Disorders and Mycotoxins. University Books (Ed.), P.O. Box 1326, Guelph, Ontario (Canada) N1H 6N8. pp.1-351.
Mirocha, C.J. (1979). "Trichotecene Toxins Produced by Fusarium" in Conference on Mycotoxins in Animal Feeds Grains Related to Animal Health. W.Shimoda (Ed.). PB-300 300. Food Drug Administration, Rockville,MD,June8, report FDA/BVM-79/139, pp.288-373.
Chi, M.S; Robison, T.S; Mirocha, C.J and Reddy, K.R. (1978). “Acute Toxicity os 12-13-Epoxytrichothecenes in One-Day-Old Broiler Chicks”. Applied and Environmental Microbiology. Vol.35, pp.636-640.
Weber, M; Balogh, K; Fodor, J; Erdélyi, M; Ancsin, Z; Mézes,M. (2010) “Effect of T-2 and HT-2 Toxin during the Growing Period on Body Weight,Lipid Peroxide and Glutathione Redox Status of Broiler Chickens”. ACTA VET. BRNO 2010, 79: 27–31; doi:10.2754/avb201079010027.
Diario Oficial de la Unión Europea (2006). Recomendación de la Comisión de 17 de Agosto de 2006 sobre la presencia de deoxinivalenol, zearalenona, ochratoxina A, toxinas T-2 y HT-2 y fumonisinas en productos destinados a la alimentación animal. L229, 2006/576/EC, publicado 23-08-2006.