Introducción
Importancia del tracto gastrointestinal en las aves (integridad intestinal)
Algunos investigadores señalan que en el tracto gastrointestinal de las aves se encuentran presentes más de 50 especies de bacterias, segrega más de 20 hormonas, digiere y absorbe los nutrientes, emplea un 20% del total de la energía, además de que constituye el mayor órgano del sistema inmune (Ortiz Garcia, 2010).
El epitelio intestinal cumple con funciones complejas, debe ser permeable para permitir el paso de nutrientes y al mismo tiempo debe actuar como barrera contra agentes patógenos, entre los componentes más singulares se encuentra la mucina, la cual es producida por las células caliciformes, este moco es capaz de evitar la adhesión de patógenos a los enterocitos (Grenier B, 2015).
La mayoría de las micotoxinas se absorben en el tracto gastrointestinal, principalmente en el duodeno y yeyuno; en las aves de producción el porcentaje de absorción es diferente para cada micotoxina, de esto deriva la toxicidad que pueden llegar a tener (Caballero, 2015):
- Aflatoxinas 80%
- Ocratoxina 60%
- Tricotecenos 60%
- Zearalenona 10%
- Fumonisina B1 < 5%
Fig 1. Efectos de las micotoxinas en el tracto gastrointestinal También es fundamental considerar que la toxicidad de las micotoxinas al mismo tiempo está relacionada con los niveles de contaminación presentes en alimento.Niveles de contaminación menoresNo todas las micotoxinas son capaces de producir micotoxicosis, esto es debido a que no todas tienen la capacidad de atravesar la barrera intestinal (Fig 1), hay que agregar otro factor, los niveles de contaminación, se considera que cuando existen niveles altos de contaminación estos son fácilmente absorbidos en el epitelio intestinal a diferencia de los bajos niveles de contaminación donde se cree que no son absorbidas y por lo tanto no existe un daño en los órganos blanco, sin embargo, sí existe un daño por las micotoxinas el cual se manifiesta de manera subclínica (Caballero, 2015).
Debe considerarse también, que las micotoxinas al no ser absorbidas en su totalidad por el lumen intestinal, un porcentaje queda libre dentro del tracto gastrointestinal, pudiendo ser transformadas en compuestos menos tóxicos por a la acción de bacterias de manera natural. El concepto de biotransformación, es aplicado por algunos productos antimicotoxinas, en donde se ha atribuido a las levaduras o a algunas bacterias vivas la capacidad de eliminar micotoxinas a través de este fenómeno o bien formar al menos 500 metabolitos menos tóxicos que la micotoxina original (Ajello L, 2016).
De manera reciente la Unión Europea avaló que un microorganismo (Genus Nov) es capaz de biotransformar el deoxinivalenol, (uno de los tricotecenos de mayor prevalencia en los granos), su importancia radica en que esta micotoxina es considerada difícil de eliminar; este estudio fue realizado en cerdos (Rychen G, et al., 2016).
Se ha comprobado que las aflatoxinas, DON, T-T2, fumonisina B1 y zearalenona aún a bajos niveles de contaminación interactúan con el sistema inmune intestinal, incrementando la susceptibilidad a infecciones virales y bacterianas. Este daño se deriva de la inhibición de la síntesis de proteínas, por lo que las vellosidades intestinales se ven afectadas y con esto la absorción de nutrientes, la inmunosupresión a causa de las micotoxinas es uno de los efectos mayormente estudiados, por lo que dentro de la prevención algunas veces es posible emplear compuestos probióticos o prebióticos, a los cuales se les atribuyen capacidades inmunoestimulantes (Caballero, 2015).
Hormesis
El termino hormesis, deriva del vocablo griego “horm” que significa estimular. Una respuesta hormética está dada por inhibición, reacción tóxica o muerte de un organismo frente a dosis altas de ciertas sustancias y una
estimulación de la actividad metabólica del mismo organismo cuando se encuentra bajo dosis inhibitorias de dicha sustancia, debido a esto se dice que este fenómeno tiene 2 vías de acción una directa o bien indirecta.
Hay micotoxinas de relevancia en las aves, una de ellas es la aflatoxina B1 debido a que su absorción es muy rápida en el intestino por lo que su susceptibilidad es muy alta; la hormesis es un concepto aplicable al consumo de esta micotoxina, ya que la intoxicación provocada tiene una respuesta bifásica, Fig 2. (Díaz et al., 2008).
Hay autores que han señalado que dosis bajas de aflatoxinas pueden llegar a estimular el peso corporal por lo que la necesidad del uso de adsorbentes puede ser reevaluada, sin embargo la dosis que los autores señalaron como baja fue de 1,370 ppb de aflatoxina B1. Este tipo de respuesta no ha sido observada en otra especie más que en el pollo de engorda (Díaz et al., 2008).
Fig 2. Respuesta hormética por consumo de aflatoxina B1¿Qué indica la hormesis?
- La estimulación con dosis bajas es diferente a la inhibición o toxicidad por dosis altas.
- La estimulación por dosis bajas es una respuesta del desempeño biológico no de toxicidad.
- Determina como puede responder un sistema.
El efecto benéfico que notaron los autores sobre el peso corporal asociado a dosis bajas de aflatoxina B1 (1,370 ppb), se debe a que es una forma en que el organismo compensa el desequilibrio de la homeostasis debido a estos niveles de contaminación (Díaz et al., 2008).
Las micotoxinas y su interacción con agentes infecciososAunque la fumonisina B1 no se considera de importancia en la industria avícola, esta micotoxina es capaz de alterar el metabolismo de esfingolípidos, esto provoca que se modifiquen los receptores bacterianos en la superficie de las células epiteliales, contribuyendo al aumento de bacterias patógenas, por ejemplo se ha estudiado que las infecciones con E. coli, suelen ser más prolongadas cuando existe un consumo de fumonisina B1 (aún con niveles bajos), (Caballero, 2015).
Otra enfermedad muy común es la enteritis necrótica, de manera subclínica existe un daño en el epitelio intestinal que disminuye la absorción de nutrientes por lo que el peso corporal se ve afectado, de tal manera que cualquier agente capaz de alterar el tracto gastrointestinal, como las micotoxinas, son capaces de contribuir con el desarrollo de enteritis necrótica. Se ha comprobado también que algunos prebióticos y probióticos son capaces de fijar bacterias patógenas a su superficie, reduciendo de manera indirecta los efectos de las micotoxinas generando incluso un efecto promotor de crecimiento (Caballero, 2015).
Endotoxinas
Las micotoxinas son capaces de alterar la microbiota intestinal, la consecuencia es un incremento en la cantidad de endotoxinas dentro del tracto gastrointestinal. Las endotoxinas son lipopolisacaridos que se encuentran en las membranas celulares de las bacterias gram negativas, organizando y estabilizando dichas membranas (Caballero, 2015).
Se ha estudiado la relación de las micotoxinas con las endotoxinas y se ha encontrado que bajas concentraciones de zearalenona promueven una respuesta alérgica inhibiendo linfocitos, que facilitan la entrada de virus. También el deoxinivalenol tiene sinergia con las endotoxinas. Estas interacciones deben tomarse en cuenta, aunque estas micotoxinas no son consideradas de importancia en las aves (Caballero, 2015).
Efecto de las endotoxinas
- Inducen a los macrófagos para producir citoquinas proinflamatorias, con esto se desencadena fiebre y una disminución en el consumo de alimento.
- De manera indirecta y para contrarestar los efectos es necesario incrementar el uso de antibióticos y antiinflamatorios.
- Son capaces de potenciar los efectos de las micotoxinas
Conclusiones:
Hay muchas variables que influyen en el grado del daño que pueden ocasionar las micotoxinas en las aves de producción, puesto que sus efectos no dependen solamente de su presencia en la materia prima o en el alimento, por lo que es fundamental utilizar productos con amplio espectro de adsorción hacia las micotoxinas de importancia.