Una vez más Brasil ha establecido un ejemplo de liderazgo para el mundo. Hace 25 años decidieron disminuir su dependencia del petróleo y comenzaron a producir etanol usando caña de azúcar; un proceso 5 veces más eficiente que producirlo del maíz, sin afectar los precios de las materias primas ni de los alimentos en el mundo. Esta vez el liderazgo se refiere a la manera de enfrentar el problema de micotoxinas.
Brasil es uno de los productores de granos y exportadores de carne de aves y cerdos más grandes del mundo. Por muchos años, estos productores tuvieron la suerte de sólo tener que lidiar con la aflatoxina. En los últimos cuatro años esta situación ha cambiado drásticamente ya que la fumonisina, zearalenona y vomitoxina comenzaron a ser detectadas en altas concentraciones en maíz, trigo y soja, afectando la producción animal.
Consecuentemente, apareció en el mercado una enorme cantidad de secuestrantes de micotoxinas, ofreciendo soluciones que no estaban basadas en pruebas científicas, sino más bien exclusivamente en mercadeo. Ante la indiscriminada oferta de productos y la continua presencia del problema de micotoxinas, el gobierno decidió tomar medidas para dar soluciones reales a este problema.
Brasil se ha enfrentado al problema de micotoxinas de una manera práctica y eficiente. A diferencia de Estados Unidos, donde los secuestrantes de micotoxinas no están aprobados ya que compuestos carcinogénicos como algunas micotoxinas no están permitidos en el alimento, y la Unión Europea, donde las micotoxinas están reguladas a niveles bajos pensando en salud humana y no en el daño al animal; el gobierno de Brasil reconoció el problema y patrocinó la formación de un comité de expertos que desarrollaran las metodologías y regulaciones para la aprobación de los aditivos anti-micotoxinas (adsorbentes, secuestrantes o detoxificantes).
La recomendación del comité fue implementar un programa de tres fases para la aprobación de los secuestrantes en una universidad brasileña reconocida por su liderazgo en este campo. Esta distinción fue otorgada a la Universidade Federal de Santa Maria, Departamento de Medicina Veterinaria Preventiva, Laboratorio de Análises Micotoxicológicas – LAMIC, bajo la dirección del Dr. Carlos Mallmann.
LAMIC fue creada hace 15 años y actualmente es uno de los cinco mejores laboratorios independientes especializados en micotoxinas del mundo. Este laboratorio cuenta con 9 equipos HPLC y un espectrómetro de masas dedicados exclusivamente a analizar micotoxinas. Además cuenta con facilidades para realizar investigación in vivo en cerdos y aves. LAMIC es económicamente autosuficiente y su principal función es proveer servicios a los productores; no a los fabricantes de adsorbentes.
Estudio in vitroEl proceso de aprobación comienza con una prueba in vitro donde se utilizan diferentes pHs y dosis del producto. El nivel de micotoxina depende de la micotoxina estudiada, variando de 1000 a 2500 ppb. Si el producto tiene una eficacia mayor de 80%, puede entrar en la segunda fase.
Estudio in vivo
La segunda fase es una prueba in vivo por especie animal en una etapa productiva determinada, usando una micotoxina a la vez, a niveles entre 1000 y 50000 ppb según la micotoxina y especie en estudio.
Órgano susceptible
Lo más importante del estudio in vivo es que el secuestrante tenga un efecto estadísticamente beneficioso en el órgano susceptible a la micotoxina. Por ejemplo, en el caso de aflatoxina se evalúa el hígado, para fumonisina los pulmones, para zearalenona los órganos reproductivos y para toxina T-2/DAS las lesiones orales. La aprobación no depende de una recuperación del sistema inmune o de una enzima afectada por la micotoxina, sino que debe observarse un efecto beneficioso en el órgano susceptible. En el caso de aflatoxina y fumonisina, también debe mostrar beneficios significativos en peso vivo y consumo de alimento para no dudar de su eficacia.
Estudio Confirmativo
En la tercera fase del proceso, el secuestrante de micotoxinas es sometido a pruebas in vitro cada 6 meses e in vivo cada 2 años para asegurar que el producto siempre sea el mismo que originalmente fue aprobado.
Pocos productos aprobados
Sólo unos pocos productos, todos a base de arcillas, han sido aprobados desde que se implementó este programa hace un año. Se han aprobado 15 productos para aflatoxina, 3 para zearalenona y 1 para fumonisina.
Destrucción de mitos
Este proceso ha destruido dos mitos:
1. Las arcillas sólo capturan aflatoxina.
2. Todas las arcillas son iguales.
Los resultados de LAMIC, así como recientes presentaciones en el World Mycotoxin Forum (2006) y en reuniones del Poultry Science y del Animal Science, confirman que no todas las arcillas (HSCAS) son iguales y que unas pocas si son efectivas contra varias micotoxinas, incluyendo zearalenona y fumonisina.
Los productores brasileños deben estar muy orgullosos del trabajo profesional que está realizando LAMIC y agradecidos por la decisión del gobierno de implementar este programa, para que así, el mercado brasileño disponga de productos basados en una rigurosa evaluación científica.
Los productores del resto del mundo, donde los gobiernos no han tomado medidas para la aprobación científica de los secuestrantes, podran protegerse contra el mercadeo de productos ineficaces comprobando si han sido estudiados y aprobados por LAMIC.