Hace unos meses, hicimos algunos comentarios sobre la presentación del verano y se recibieron muchos mensajes, todos jocosos, por estar en ese tiempo con el agua al cuello, gracias al fuerte invierno. Pero la situación ha cambiado y ahora debemos enfrentar el problema. Veamos algunos detalles que nos pueden ayudar a enfrentar la dificultad.
ABONOS FOLIARES. Toda planta recibe del suelo los nutrientes que necesita. Para ello requiere agua, que vaya a disolver estos nutrientes, para así poder ser absorbidos por la raíz. Nos ha dado buen resultado, emplear los fertilizantes foliares, que como su nombre lo indica, se emplean por aspersión. El resultado debe ser mejor cuando se aplica el fertilizante al suelo y allí mediante agua, baja a nivel de raíz para ser absorbido. Pero nos enfrentamos a la problemática del agua, por ser escasa. A la fecha hay Laboratorios que producen fertilizantes foliares, de muy buena calidad y absorción. Lleve su imaginación a los dos sistemas para que vea que con la fumigación se ahorra buena cantidad de agua. Pero también se incrementa el costo de la mano de obra, precisamente por la fumigación. Hemos procurado solucionar este problema, echando el fertilizante, que en este caso es úrea y uno completo, echándolo a la pila de donde se saca el agua para el riego. Tanto el uno como la otra se absorben bien a nivel de hoja, pero si caen al suelo, también allí se absorverán. Vemos buenos resultados con este método.
Algo que ha llamado la atención es el sistema de manejo que se ha denominado LA CABRA NOCTURNA. Se practica a nivel del Cañón del Chicamocha. Se trata básicamente de sacar a la cabra (o camura) en la noche. Iniciamos sacando el rebaño a las siete de la mañana en la primera semana, a la siguiente a las ocho y así se fue subiendo una hora, hasta llegar a sacar el rebaño hacia las cuatro de la tarde. Los animales salen, ramonean, y hacia las tres, cuatro de la mañana, regresan al corral. Esto nos representó, cero daños a los cultivos de fincas vecinas. Adiós problema del murciélago. Mejora física en los animales. Mejora sensible en las crías, ya que la energía ahorrada, se fue hacia la producción de leche; esto se da, porque ya no hay estrés calórico y lo que el animal gasta para defenderse del calor, lo va a emplear en producción. Pero parece que ya no hay tiempo de adaptar el rebaño al nuevo horario y tocará hacerlo de un golpe. Es decir, en vez de sacar el rebaño a las siete de la mañana al pastoreo, pues dejarlo en el corral y sacarlo hacia las cuatro de la tarde. Aquí viene muy bien la aplicación de Tiamina, como lucha contra el estrés, que necesariamente va a tener el rebaño. En el día de hoy oía información de temperatura de 51 grados a nivel de potrero...muy difícil la situación. Aquí vendría muy bien aplicar el sistema de cabra nocturna...o camura nocturna. El sistema puede no ser viable en muchas partes por razones de seguridad y otras...pero en algunas sí se podrá implementar el sistema.
Otro proceso interesante es el ahorro del forraje, allí donde se suministra picado en los corrales. Hay que ser muy exigente con el obrero, para que recoja el forraje que ha sobrado del día anterior, pues bien sabido es de lo exigente que es la cabra para la comida (ya la camura no lo hace mal). Un forraje ya un poco pasado no es de su agrado y no lo consume, pero tampoco consume el forraje que se le echa encima...total..pérdida de forraje, cuando más se está necesitando. Es preferible, echar menos cantidad de forraje por ración, pero dar más raciones al día, para evitar precisamente que coja mal olor y sabor y venga el desperdicio. En todo esto debe estar el ojo avisor del propietario.
Y entonces, si llegare a sobrar forraje en los comederos, se debe éste, echar en el corte, para que conserve un poco la humedad o simplemente para que dé algo de sombra a la pobre planta que quiere salir. Se nos está presentando secamiento de algunas hojas de plátano, debido tal vez a la temperatura muy alta...bien, esas hojas se cortan y se aplican, tapando el surco que se ha cortado, formando, si se quiere, algo así como una sombrilla sobre el cultivo, para defenderlo algo de la temperatura intensa. Parece juego, pero mire la temperatura a pleno sol y debajo de la hojita; la diferencia es grande.
Pero estamos atollados por la poca producción de forraje. Aquí bien vale la pena analizar a conciencia el manejo que se da en la alimentación del rebaño. Es posible que estemos desperdiciando forraje por ese mal manejo. Hay que calibrar cuánto tiempo debe estar el rebaño en busca de su alimento. Sencillamente se ha llegado a un estándar que casi nunca tiene como mira un comportamiento técnico. Se saca el rebaño a tal hora y se recoge a tal otra. Podemos, con mucho cuidado recortar algo ese tiempo, para ahorrar el forraje. Si el rebaño está suelto por cinco horas, en vez de ocho, tenemos un buen ahorro, que nos va a representar mayor cantidad de forraje para mayor tiempo. Pero se requiere el ojo avisor del propietario para hacer esta actividad, que es muy delicada. El mismo rebaño da la pauta; recorte y cuando vea que el rebaño se está viniendo un poco abajo, subirle y tomar ese punto. El mismo animal da la pauta. Ahora, si el alimento se lleva al corral, pues a jugar lo mismo...baje algo la cantidad hasta que el rebaño lo permita. Pero por ningún pretexto, que el rebaño se venga abajo, por falta de forraje. Recuerde de recoger el sobrante, para que no tome malos olores que van a afectar el forraje bueno, por el mal olor del forraje viejo. Son cosas de análisis, pero que se deben manejar con todo el criterio del caso.
Ojo con el agua que se dé al rebaño, pues aquí también hay desperdicio, ya que se echa al rebaño muy buena cantidad, que es derramada para perderse definitivamente. Debemos dar la cantidad necesaria y recordar que con estos calores tremendos las necesidades de agua van en aumento; pero dar la que realmente se requiera y no desperdiciar este definitivo tema.Ya es demasiado tarde, pero sí debimos aprontarnos con buena cantidad de heno, de excelente resultado en el rebaño. Luego haremos algunos comentarios de esta técnica. Recuerde los valores bromatológicos del heno que fácilmente llegan al 20% en proteína, cuando la gramínea escasamente arrima al 4-5 %. En matemática muy simple, un kilo de leguminosa equivale a cuatro kilos de gramínea. Es de observar que el heno depende da la planta a secar; si iniciamos el proceso con una planta deficiente, deficiente será el resultado total. Finalmente, preparémonos para estos eventos que tal vez se continúen reproduciendo y cada vez con mayor intensidad.
Bucaramanga, Colombia, Diciembre del 2009