ALGO DE GEOGRAFÍA.
Colombia está ubicada en el norte de la América del sur. Cuenta con la cadena montañosa de los andes, en la cual y en buena parte ha tenido su asiento nuestra capricultura. Colombia posee todos los climas, toda la topografía a imaginar y toda clase de suelos.
ALGO DE HISTORIA CAPRINA.
Quedan muy pocos personajes que puedan dar testimonio de la llegada de la cabra a Colombia. Sencillamente nos remontamos a un 27 de julio del año 1.524, cuando don Rodrigo de Bastidas llegó a Santa Marta, contando en su gran cargamento con unas cuantas cabras de razas diferentes como la malagueña, la serrana, la andaluza, la canaria, la murciana y la granadina. Este rebaño no vino directamente de España, sino de las islas de Centroamérica, a donde habían llegado, allí sí de España. Arribó el rebaño caprino, con el propósito simple de acabar con los cultivos adelantados por nuestros aborígenes, conducta que concluyó en su desplazamiento forzado hacia la península de la Guajira, terreno aislado y representado en un semidesierto. Allí hizo su asiento la cabra; allí ya no continuó en su racha de dañar todo, por una simple razón: allí no hay nada que dañar.
Poco tiempo después los españoles remontaron el país, aguas arriba del río Magdalena, teniendo a su fiel compañera, la cabra, que les proporcionaba leche, carne y uno que otro daño. Llegaron por el río Magdalena al sitio que llamaron Barrancabermeja, por el color bermejo se sus tierras. La belleza del paisaje y el mismo cansancio obligaron a hacer un alto en el camino y en ese sitio quedó otro rebaño, sucediendo algo similar a lo de Santa Marta, pero en este caso el rebaño terminó en el Cañón del Chicamocha, donde tampoco la cabrita hace daños.
Los españoles traían cabras de razas diferentes y esas razas se llevaron a los sitios antes mencionados, y en cada lugar, las condiciones medioambientales formaron las razas enunciadas. Hasta hace unos quince años se hablaba de la cabra criolla colombiana, cuando el autor propuso dividir este abanico racial, teniendo en cuenta las diferencias corporales de cada rebaño; se establecieron así la Guajira, la sabanera y la santandereana, todas ellas con características especiales.
LAS RAZAS FORMADAS.
La sabanera se ha formado en las sabanas de la costa norte, posiblemente de animales que logaron fugarse de los rebaños grandes. Son ejemplares de buen tamaño (75-80 cm), buen peso (60-70 kilos), de todos los colores, predominando los oscuros. Hay abundancia de topos, con oreja larga y perfil convexo, estas dos últimas características originadas en la serrana andaluza de España y no tanto en la nubiana de Äfrica. La producción de leche es bien aceptable (1.5-2 litros día).
La santandereana se ha formado en el gran Cañón del Chicamocha, que se inicia en el departamento de Boyacá y atraviesa el departamento de Santander para morir en las vegas del río Magdalena. Ese inmenso espacio, es de suelos semidesérticos, de topografía muy quebrada, alta temperatura, humedad relativa muy baja y abundante presencia de material rocoso. La vegetación es propia de desierto, con mucha espina. En este medio se ha formado la santandereana con ejemplares pequeños (60-65 cm), de peso bajo (35-40 kilos). Colores claros que se mimetizan con los del suelo, pocos ejemplares topos, baja producción lechera ya que la espina impide la presencia de ubres generosas; gran sentido de reproducción y ejemplares totalmente adaptados a la zona. Es la única de nuestras cabras nativas en tener la oreja en sentido horizontal, para defenderse de las espinas. Intente coger una naranja en un árbol espinoso, con la mano dirigida hacia arriba (oreja de saanen, toggen etc) o hacia abajo (oreja de sabanera, guajira, nubiana) y tendrá la espina como recompensa; la mano debe ir horizontal porque algo hay que aprender de la cabra santandereana.
La guajira es un intermedio entre las dos anteriores, con sus orejas largas y un perfil algo convexo. Visto este panorama, estamos ante dos situaciones: los españoles seleccionaron determinadas razas y las dejaron en cada sitio, o dejaron núcleos muy similares con diferentes razas y las condiciones medio-ambientales se han encargado de dar las características a cada raza. Nos inclinamos por este último criterio. Así que el empeño en acabar con cualquiera de estas razas es necio, ya que el medio hará que en unos cuantos años, las razas introducidas volverán a las características de algunas de esta tres razas, dependiendo de en dónde estén.
En estas condiciones la cabra tiene su principal presencia en la Guajira con un rebaño estimado en 1.200.000 ejemplares. La santandereana con 260.000 y otras 20.000 distribuídas en el resto del país. Últimamente la cabra ha hecho presencia, prácticamente por toda la nación, en intentos débiles de muchos capricultores, pero en la esperanza de que los beneficios caprinos sean una realidad nacional.
Se trabaja con razas importadas para producción de leche y carne. Se ha traído boer, alpina, saanen, toggenburg, la mancha, nubiana pero sus altos precios dificulta su presencia en muchas partes. Con la boer se da el peligro mirado en dos factores: la desaparición de la raza santandereana y la dificultad que van a tener estos animales pesados en topografías tan agrestes.
Casi la misma naturaleza ha hecho su selección y tenemos la producción de carne en la Guajira y el Chicamocha junto con la de ovinos en la zona plana - cálida y la lechera en áreas de cultivo con la presencia y el manejo de razas especializadas acompañadas de cultivos especializados, muy abundantes en toda el área.
Así las situaciones, la capricultura se abre como un gran panorama nacional, ante la apertura de mercados mundiales que solicitan insistentemente carnes limpias y nada más limpia que la caprina. En la parte láctea se presenta situación similar, con el inconveniente de no tener la cantidad suficiente del producto para atender la demanda presente y futura.
Es estimulante poder apreciar, no solo la cantidad creciente de capricultores, sino el aumento significativo del personal técnico para atender las necesidades, gracias al esfuerzo realizado a nivel de los planteles educativos.