Rentabilidad de un sistema intensivo de producción ovino En el trópico
Con el objetivo de determinar la rentabilidad de la cría y engorda intensiva de corderos se desarrolló un estudio en Colima, México. La rentabilidad se estimó por medio de la relación beneficio – costo, la cual se obtuvo dividiendo el valor total entre el costo de producción más el costo de financiamiento. El costo de la suplementación del vientre representó el 68% del costo total en la etapa de producción de cordero, mientras que la alimentación predestete del cordero, la mano de obra, el financiamiento y las prácticas sanitarias representaron el 12%, 11%, 7% y 2% respectivamente. En la etapa de engorda el costo del cordero representó a su vez el 50% de los costos totales, con un 43% por concepto de alimentación, 4% por mano de obra, 2% por sanidad y
[1]1% por financiamiento. La relación beneficio – costo para las etapas de producción y engorda de cordero fueron 1.35 y 1.32 respectivamente, por lo cual se establece la viabilidad económica del sistema intensivo de producción estudiado bajo condiciones tropicales.
Introducción
Se estima que en México existen alrededor de 4 millones de cabezas de ovinos de los cuales, una tercera parte se localiza en la zona centro del país, región en la que se concentran los principales centros de consumo. Los sistemas de producción predominantes son los de tipo semi-intensivo e intensivo, los cuales se encuentran entre los más tecnificados del país y están basados en la estabulación, el uso de grandes cantidades de grano así como el empleo de razas pesadas y su cruzas con razas de pelo. Estos sistemas se caracterizan por lograr una alta ganancia diaria de peso y conversión alimenticia con una viabilidad económica sujeta a un alto precio de venta así como al costo y disponibilidad del grano (Sánchez, 2001).
Por otra parte, en la región tropical del país se presenta una gran diversidad de sistemas de producción de ovinos los cuales, en su mayoría conforman un sub-sistema dentro de la unidad de producción, integrando elementos agrícolas y pecuarios. Se caracterizan en gran parte de los casos, por la ausencia de las prácticas de tipo sanitario, nutricionales y reproductivas más comunes. Asimismo, son generalmente manejados por productores de bajos ingresos y se consideran un elemento secundario utilizado como ahorro o para situaciones emergentes (Díaz,1999).
Pese a que estos factores han limitado tradicionalmente la transferencia de tecnología hacía la ganadería ovina tropical, en los últimos años han surgido en forma creciente explotaciones con un alto nivel tecnológico, las cuales combinan el uso de prácticas e instrumentos generados en otros ambientes con elementos propios de los sistemas tropicales con buenos resultados productivos. El objetivo del presente trabajo es determinar la rentabilidad de un sistema intensivo de producción de ovinos en el trópico seco.
Material y Métodos
Sitio experimental
El trabajo se realizó en el Módulo Ovino del CECAF, el cual se ubica en el municipio de Tecomán, Estado de Colima, en las coordenadas 18°58’43’’ N y 103°52’18’’ O, a una altitud de 33 msnm. Presenta un clima semicálido correspondiente a la fórmula BS1(h’)w(w)(i’), una temperatura media anual de 26 °C y 750 mm de precipitación promedio anual repartidos entre los meses de Junio a Octubre con una época seca de ocho meses (García, 1988).
Descripción del sistema de producción
El módulo ovino cuenta con un píe de cría de 50 hembras y 2 sementales ovinos de la raza Pelibuey canelo, con una edad y peso promedio de 57 meses y 50 kg respectivamente. Los animales se manejan en un sistema silvopastoril palma de coco-limón, en el cual la alimentación de los animales se basa en el pastoreo de vegetación nativa, hojas de limón mexicano y hojas secas de palma de coco, más un concentrado con un contenido de 18.80% de PC, 2.5% de EE, 60.20 de ELN, 7.20% de FC y 2.8 Mcal de EM/kg MS, elaborado con rastrojo de maíz, paja de chícharo, salvado de sorgo, pulido de arroz, pulido de maíz, maíz quebrado, sebo de res, harina de carne, melaza, carbonato de calcio, urea, sal común y minerales.
La alimentación de los vientres se ofreció de la siguiente manera: 1500 g/día durante la etapa de empadre y gestación temprana (35 días), 150 g/día durante la gestación intermedia (75 días), 250 g/día durante la gestación tardía (40 días), 2000 g/día en la lactancia temprana (30 días) y 550 g/días durante la lactancia tardía (54 días). El empadre se realizó Se manejo un sistema de empadre controlado formándose lotes de 15 hembras y 1 semental. Previo al momento del empadre los vientres fueron tratados con una dosis oral de 10 mg kg PV-1 de albendazol para el control de parásitos internos y 20 días antes del parto fueron vacunados para la prevención de neumonía (
Pausterella multocida y
P. haemolytica) y enterotoxemia (
Clostridium perfringens tipo D). El intervalo entre partos fue de 234 días con un índice de destete igual a 2.00 crías/parto.
En el caso de los corderos el peso promedio al nacimiento fue de 2.85 kg en tanto el peso promedio al destete fue de 18.00 kg con una edad promedio de 84 días. Durante la etapa de lactancia los corderos consumieron
ad libitum un suplemento preiniciador cuyo consumo total se estimó en 8.00 kg. La ganancia diaria de peso durante la etapa nacimiento-destete fue de 180 g. Tres semanas antes del destete los corderos fueron vacunados en forma similar a la de los vientres. Al momento del destete fueron vitaminados por vía intramuscular con 500 000, 50 000 y 50 U.I de vitamina A, D3 y E respectivamente y desparacitados con albendazol con las dosis y vía de administración descritas con anterioridad. La duración de la etapa de engorda fue de 85 días, la ganancia diaria promedio de peso de 200 g con un peso y precio de venta de 35 kg y $18.00 respectivamente.
Metodología
El estudio de rentabilidad consideró dos etapas productivas: etapa de cría con una duración de 234 días, a partir del momento del empadre hasta el destete de las crías y la etapa de engorda comprendida desde el destete hasta la venta de los corderos con una duración de 85 días.
El análisis de costos se realizó en base a las variables productivas descritas en el inciso anterior considerando información proveniente de las fuentes primarias, es decir la propia unidad de producción en el caso de las cantidades de insumos empleados y de la mano de obra requerida y las compañías comercializadoras en el caso del precio de los insumos. Asimismo, se consideró un costo financiero en cada una de las etapas el cual se aplicó sobre los insumos (suplementos, vacunas, desparasitantes y vitaminas) permaneciendo libre de este gravamen el costo de los animales y la mano de obra. La tasa de interés aplicada se calculó considerando la tasa promedio anualizada de CETES a 28 días para el año 2003 más 6 puntos de intermediación, condiciones que rigen el mercado nacional de crédito comercial para el sector rural y fue equivalente al 12.35%.
El análisis de los ingresos consideró los parámetros productivos descritos anteriormente. El precio de venta se determinó de acuerdo a las condiciones de oferta y demanda prevalecientes en la región. La rentabilidad del sistema de producción se estimó por medio de la fórmula:
Relación beneficio–costo =
ingresos totales / costos de producción + costos de financiamiento
Resultados
El costo del suplemento representó un 68% del costo total de la etapa de producción de corderos, del cual un 37 y un 32% correspondió al utilizado en las etapas de lactancia temprana y empadre-gestación temprana respectivamente. El costo de la suplementación predestete del cordero originó un 12% de los egresos, la mano de obra 11% y las prácticas sanitarias preventivas un 2%. El costo del financiamiento representó un 7% de los costos totales (Cuadro 1).
Cuadro 1. Costos de producción para la etapa de cría considerando un ciclo productivo de 234 días bajo un manejo intensivo.
*Un jornal considera el manejo de 350 animales por día.
** Considera una tasa anualizada de 12.35% por 234 días sobre el costo del suplemento y los medicamentos.
El costo del cordero destetado y de la alimentación representaron el 50 y el 43% del costo de producción de un cordero finalizado para abasto respectivamente. Un 4% de los egresos fueron originados por el costo de la mano de obra y 2% por concepto de prácticas sanitarias. El costo del financiamiento fue equivalente al 1% del costo total de producción (Cuadro 2).
Cuadro 2. Costos de engorda de un cordero en un periodo de 85 días bajo un manejo intensivo.
*Un jornal considera el manejo de 350 animales por día.
** Considera una tasa anualizada de 12.35% por 85 días sobre el costo del suplemento y los medicamentos.
Como lo muestra el Cuadro 3, la rentabilidad de ambas actividades, producción y engorda de cordero, bajo un manejo intensivo tuvieron un comportamiento similar.
Cuadro 3. Relación beneficio-costo de un sistema intensivo de producción de ovinos
DISCUSION
Uno de los elementos económicos claves de este sistema intensivo lo representa el tener un alto índice de prolificidad, dado que el costo de mantenimiento del vientre no varía significativamente a la baja en caso de disminuir el número de corderos nacidos por hembra. El incremento en la suplementación durante el empadre y la gestación temprana ha permitido elevar el tamaño de la camada a 2.20 corderos por parto, como consecuencia de un incremento en la tasa de ovulación y en el número de óvulos fecundados así como una disminución en el número de muertes embrionarias, las cuales se registran en su mayoría, entre los días 13 y 18 posteriores a la fecundación y en las cuales la desnutrición y pobre condición corporal de las ovejas juega un papel determinante (Tórtora, 1986).
La muerte de los corderos representa una de las principales pérdidas económicas en las granjas ovinas y constituye uno de los factores decisivos que determinan la viabilidad de un sistema de producción. El incremento en el nivel de suplemento ofrecido a la oveja durante los últimos 40 días de gestación, disminuyó significativamente la mortalidad perinatal, la cual se ha mantenido en valores inferiores al 7%. En este sentido Pijoan (1986) establece que una nutrición inadecuada durante los últimas 6 a 4 semanas de gestación es el factor más importante en predisponer o en caso contrario disminuir la mortalidad perinatal de los corderos. Asimismo, no obstante que el costo de la vacunación representa solo el 1.0% del costo total de mantenimiento, es una de las prácticas menos aceptadas y realizadas por los productores de la región, quienes argumentan principalmente razones de tipo económico para su escasa o nula implementación. Al respecto, la transferencia de anticuerpos por vía del calostro, producto de la vacunación preparto de los vientres, disminuye significativamente la ocurrencia de procesos infecciosos neonatales, entre los cuales la neumonía ocasionada por Pausterella sp., es la principal responsable de la muerte por agentes infecciosos en corderos.
Otro elemento económico clave resultó la integración del hato en un sistema silvopastoril, con lo cual no existe costo por el forraje consumido in situ (vegetación nativa, hojas de limón y coco), dado que no se realizaron inversiones extraordinarias y al contrario, se disminuyó en un 50% el uso de las cantidades de herbicidas empleados para el control de la vegetación nativa así como su costo de aplicación, mejorando la rentabilidad de los cultivos. En este sentido Torres (1999) encontró en el estado de Veracruz, una reducción significativa en los costos por mano de obra e insumos dedicados al control de malezas, los cuales representan de un 10 a un 12% de los costos totales de producción para el cultivo del limón estimando además, que el ramoneo realizado por los ovinos en las ramas bajas de los cítricos puede reducir en más de la mitad el costo de las podas de formación. En base a lo anterior este mismo autor indicó que con una carga de 10 ovinos por hectárea, con una tasa de extracción anual de 6 animales de 25 kg a un precio de venta de $11.00 se podrían lograr ingresos adicionales equivalentes al 28 a 59% de los costos totales de producción del limón dependiendo del nivel tecnológico de la empresa.
El costo de producción de un vientre consumiendo en promedio 713 g/día de suplemento, en un ciclo de 234 días que en nuestro estudio fue de $478.50 resultó significativamente menor al mencionado por González et al (2003), para borregas bajo un sistema de producción intensivo en el noreste de México con base en rastrojo de maíz o heno de zacate buffel o heno de soca de sorgo más 300-500 g/día de suplemento, el cual fue de $701.67 en un ciclo de 210 días. Estos resultados nos revelan parcialmente el mayor impacto que el costo del forraje base con respecto al del suplemento, puede tener sobre la rentabilidad de un sistema de producción.
El uso de suplementos preiniciadores (creep feeding) es prácticamente nulo entre los pequeños y medianos ovinocultores de la zona, pese ha que su papel aumenta en importancia conforme se incrementa la prolificidad del hato. El empleo de alimentos preiniciadores a partir de la primera semana de edad reduce la dependencia del cordero de la leche materna incrementando en número de borregos destetados en el hato. Duarte y Pelcastre (2000), lograron ganancias diaria de peso de 229 g al suplementar corderos raza Pelibuey y cruzas de las razas Pelibuey x Hampshire con una ración a base de soya y maíz contra 120 g de corderos sin acceso a suplementación predestete.
La rentabilidad obtenida en este estudio para la etapa de producción de cordero (35%) considerando un precio de venta de $18.00, contrasta con los resultados de un análisis realizado en el noreste de México por González et al (2003), quienes ubicaron en $24.13 el punto de equilibrio para el kilogramo de cordero destetado en un sistema de producción intensivo considerando 18 kg de peso al destete, una prolificidad de 1.8 corderos por parto y un costo de producción de $701.70 por vientre en un ciclo de producción de 210 días.
Por otra parte, al ser la Pelibuey una raza ligera, su cruzamiento con razas de lana o especializadas para la producción de carne, permite incrementar significativamente la ganancia diaria de peso, mejorar la conversión alimenticia, disminuir los costos de producción y en consecuencia incrementar la rentabilidad del sistema de producción. Dicha práctica fue corroborada por Pineda et al. (1998), quienes al engordar en condiciones de estabulación corderos con cruzamientos de las razas Pelibuey x Rambouillet-Dorset, lograron incrementos diarios de peso de 238 g contra 182 g obtenidos con corderos puros de la raza Pelibuey.
Conclusiones
La integración a un sistema silvopastoril, el manejo estratégico de la nutrición y el programa sanitario preventivo implementado, permitió el desarrollo de un sistema intensivo de producción y engorda de corderos económicamente viable bajo condiciones tropicales.
Literatura Citada