Cuadro 1: Composición de las raciones experimentales
El experimento tuvo una duración de 63 días con una semana previa de acostumbramiento a las raciones. Al inicio de la prueba los animales fueron destetados, pesados, identificados y vitaminados por vía intramuscular con 500 000, 50 000 y 50 U.I. de vitamina A, D3 y E respectivamente. Asimismo, se les administró una dosis oral de 7.5 mg kgPV-1 de Albendazole para el control de parásitos internos y se colocaron por parejas con similar peso inicial en corraletas, en las cuales se ofrecieron las raciones ad libitum. El horario de alimentación fue a las 8:00 hrs previa recolección del rechazo del día anterior y se permitió un 10% de rechazo con ajustes diarios.
En forma semanal se evaluó el peso vivo y diariamente el consumo total de materia fresca (CTMF), determinándose al final del estudio la ganancia diaria de peso (GDP), la ganancia total de peso (GTP), la conversión alimenticia (CA), el costo del kilogramo de carne (CC) y el consumo diario de materia seca (CDMS) expresado como peso en gramos de materia seca consumida por día, así como en gramos de materia seca consumida por kilogramo de peso metabólico.
Los resultados se sometieron a un análisis de varianza (ANDEVA) con un diseño completamente al azar con seis repeticiones correspondientes al número de animales por grupo. La comparación entre medias se realizó por medio del método de Tukey fijando un alfa de 0.05 (Cochran y Cox 1991; SAS 1990).
Resultados y discusión
En el Cuadro 2, se observa como el nivel máximo de inclusión de parota incrementó en 2.6 unidades porcentuales el contenido de proteína cruda así como en un 55% el contenido de grasa de la ración.
Cuadro 2: Análisis químico proximal de las raciones experimentales
La inclusión de los diferentes niveles de harina de parota no modificó significativamente (P>0.05) el PF, la GDP, la GTP y el CDMS con respecto a la ración testigo (Cuadro 3).
Cuadro 3: Efecto de diferentes niveles de inclusión de harina de parota Enterolobium cyclocarpum sobre el comportamiento productivo de borregos en estabulación
Las ganancias diarias de peso fueron superiores a las indicadas por Bonilla (1999), González et al (1989) y Pérez et al (1991). En el caso de Bonilla (1999), con niveles de 12 y 24% de inclusión de harina de parota en una dieta con un contenido de 40% de rastrojo de maíz y 14% de grano de sorgo obtuvo GDP de 127 g/día. Los resultados de González et al (1989), mencionan GDP de 96 a 102 g con niveles de inclusión de 15 y 30% de harina de parota en raciones basadas en 73 y 63% de rastrojo de maíz respectivamente. Pérez et al (1991), encontraron 101 y 141 g de GDP con inclusiones de 10 y 20% de la harina cuando proporcionaron 40% de rastrojo de maíz y 20% de sorgo, con animales criollos y de un peso inicial de 22 kg. Es de mencionar que todas las raciones señaladas con anterioridad presentaron un mayor contenido de forrajes fibrosos así como una menor inclusión de grano con respecto a las raciones probadas en el presente estudio, lo cual influyó en los resultados.
Por otra parte, Moscoso et al (1995), no encontraron diferencias significativas al incluir 0, 12, 24 y 36% de harina del fruto de parota como sustituto de grano de sorgo y pasta de algodón en borregos Katahdin, Black Belly y sus cruzas, consiguiendo una GDP promedio de 229 g, esta diferencia posiblemente se deba al tipo racial empleado en nuestra observación.
Pese a no existir diferencias estadísticas en el consumo de las diferentes raciones experimentales, los resultados mostraron una tendencia negativa entre el consumo y el nivel de inclusión de harina de parota en la dieta. Esta tendencia coincide con los resultados obtenidos por González et al (1985), quienes encontraron una disminución en el consumo de materia seca al comparar un nivel de inclusión de 31.1% en contra de 0 y 15.5%. Otros autores como González et al (1989) y Amaro et al (1993), ubicaron el máximo consumo voluntario de materia seca en niveles de inclusión del 31 y el 48% respectivamente, en tanto que Bonilla (1999), indica consumos voluntarios crecientes conforme incrementó la inclusión de parota en la dieta de 40 a 61%.
Los resultados anteriores mostraron una gran variabilidad entre la relación que guardan el nivel de inclusión de harina de fruta de parota y el consumo de materia seca de las diferentes raciones. Este fenómeno pudiera estar explicado por los diferentes tiempos de secado del fruto y de almacenado de la harina referidos por los distintos autores. En este estudio, el fruto fue secado al sol por espacio de seis horas, mientras que Pérez (1991) utilizó ocho días de exposición. Asimismo, en ambos casos el fruto fue molido y ofertado a los animales con periodos cortos de almacenamiento, en tanto Alvarez et al (2003), utilizaron la harina de parota después de un año de almacenaje. Esta situación pudo influir en algunas de las características organolépticas del alimento modificando su consumo.
La figura 1, muestra como los animales alimentados con los tratamientos EL0 y EL10 presentaron un crecimiento constante con tendencia lineal durante el desarrollo de la prueba, en tanto los sometidos a los tratamientos de mayor inclusión de parota (EL20 y EL30), tuvieron fluctuaciones en su desarrollo, fenómeno acentuado en el tratamiento EL30. Esta situación pudiera estar relacionada con la necesidad de un mayor periodo de acostumbramiento del animal al consumo de la harina de parota manejada bajo las condiciones del presente trabajo.
Figura 1. Cambio de peso vivo de ovinos alimentados con diferentes niveles de inclusión de parota (E. Cyclocarpum)
La conversión alimenticia fue estadísticamente similar para todos los tratamientos, en tanto el costo de la ración decreció significativamente (P<0.05) entre un 5 y 14% en la medida en que se incrementó el aporte de harina de parota en las raciones, fenómeno que afectó positivamente (P<0.05) el costo de alimentación por kg de carne producida, con la inclusión de 20% de harina de fruto de parota comparado con la ración control (Cuadro 4).
Cuadro 4: Conversión alimenticia y análisis económico de la inclusión de diferentes niveles de harina de parota Enterolobium cyclocarpum en borregos en estabulación
La conversión alimenticia de los animales en todos los tratamientos con inclusión de harina de fruto de parota fue mejor a la encontrada por Bonilla (1999), quien al utilizar una inclusión de 48% en la ración obtuvo una CA de 8:1. La disminución observada en el costo de la ración conforme se incrementa el nivel de leguminosa en raciones integrales para ovinos en estabulación, se torna consistente comparada con otros trabajos, como el de Palma y Huerta (1999), quienes incluyeron niveles de 10 y 20% de harina de Leucaena leucocephala logrando una disminución del 15% del costo de alimentación. Finalmente Pérez et al (1991), mencionaron que con la inclusión de 20% de harina del fruto de parota, se consiguió la mejor conversión alimenticia y el menor costo de producción por concepto de alimentación, resultado similar al encontrado en este trabajo.
Conclusiones
La inclusión del 20% de harina del fruto de la parota como sustituto de grano y pasta proteica en la ración de ovinos estabulados, permitió mantener su desarrollo con una disminución significativa de los costos de producción.
La viabilidad económica de la utilización de la parota en la alimentación de rumiantes, refuerza la necesidad de orientar los estudios hacia el aprovechamiento racional de los recursos forrajeros arbóreos no convencionales en la producción animal.
Reconocimientos
Al proyecto "Suplementos activadores de la función ruminal en asociación de forrajes tropicales". Fondo Ramón Alvarez Buylla - Universidad de Colima.
A J. Isabel López y Rafael Alcaraz, trabajadores del módulo ovino por su apoyo en la realización del trabajo de campo.
Referencias
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