En la alimentación animal los lípidos pueden provenir de fuentes de origen vegetal (aceites como el maíz, soya, canola, etc.), de fuentes de origen animal (sebo, manteca, grasa amarilla, etc.) y de las mismas materias primas utilizadas en la elaboración del alimento (maíz, sorgo, harina de pescado, etc.). Dependiendo la fuente utilizada va a ser el grado de insaturación y de oxidación presente en la dieta final, lo que puede afectar la calidad de la grasa que sintetice el cerdo.