Introducción.
La pasta de cártamo (Carthamus tinctorius)1 es un ingrediente atractivo para la alimentación animal por su disponibilidad y precio relativo. Sin embargo, su alto contenido de fibra (>35%)2, la deficiencia de aminoácidos esenciales (Lisina, Metionina e Isoleucina)3 y la presencia de compuestos glucósido-fenolicos1,2, han dificultado su uso en la alimentación de cerdos4. Trabajos previos (en proceso de publicación), han mostrado que el tamaño de la partícula (molienda), el uso de enzimas exógenas (fitasa y carbohidrasas) y el cálculo de las dietas con la aproximación de aminoácidos digestibles y energía neta, favorecen la mayor inclusión y beneficio por el uso de la pasta de cártamo en la alimentación de los cerdos.
El objetivo de este trabajo fue validar con cerdos en crecimiento, el mérito de los valores de digestibilidad y metabolización generados para la pasta de cártamo.
Material y Métodos.
Se realizó un experimento con una población inicial de 122 cerdos, todos progenie de GP8 x Fertilis 25, que desde el destete se manejaron y alimentaron conforme a las prácticas de la granja experimental del Centro Nacional de Investigación Disciplinaria en Fisiología y Mejoramiento Animal (CNID-Fisiología, INIFAP). Los cerdos fueron alojados en 24 corrales hasta los 70d de edad, momento en el que se movieron a 12 corrales reasignándolos por peso a cada corral. Durante los primeros 21d (70-91d), los cerdos se alimentaron con una dieta en harina donde el nivel de inclusión de la pasta de cártamo (PCA) fue del 3% para habituar a los cerdos al nuevo ingrediente; los siguientes 21d (91-112d) la PCA se aumentó al 6% sin que esto representara un desafío4. Ambas fases de alimentación tuvieron una densidad de 2.48 Mcal/kg de EN, mientras que consecutivamente los niveles de Lisina digestible fueron de 0.9 y 0.8%. A partir de los 112d de edad, se eligió una submuestra de 48 cerdos (24 hembras y 24 machos castrados), los de mayor peso, para comparar 4 niveles de PCA: 8, 16, 24 y 32%, el resto de la población se alimentó con la dieta al 8% de PCA, nivel que no representa un reto4. Los 48 cerdos se aleatorizaron a los Tratamientos (4) en función de su camada de origen, sexo y antecedentes productivos.
Las densidades energéticas y de Lisina digestible fueron constantes para todos los Tratamientos (2.44 Mcal de EN/kg y 0.72%). Los ingredientes mayores de las dietas fueron sorgo, pasta de soya y PCA, usando sebo para ajustar la densidad energética. Todas las dietas incluyeron un paquete de enzimas exógenas (actividad de fitasa y carbohidrasas), cuyo efecto en liberación de energía se proyectó en la materia prima, no así Ca y P, que resultaron de reducir el requerimiento de P digestible en 0.1 unidades %, ajustando la relación Ca:P totales para ser menor a 1.2:1. Los cerdos se alimentaron a saciedad en 2 comidas diarias (8000 y 1800h), calculando el consumo diario (CDA) por diferencia al pesar los remanentes al final de cada semana.
Los cerdos se pesaron al inicio y semanalmente para estimar la ganancia diaria de peso (GDP) y la eficiencia alimenticia, como la ganancia en función del consumo (GxC). Para estimar la deposición de tejido magro libre de grasa (TMLG)5, al inicio y al final de la última fase de alimentación, se midió la profundidad de grasa y del músculo largo dorsal sobre el P2, a la altura de la 10° y última costillas, con un equipo de ultrasonido en tiempo real (ALOKA SSD-500), con un transductor de 3.5 MHz y 17.5 cm.
El comportamiento productivo de los 122 cerdos se siguió hasta los 147d de edad, cuando se inició la extracción de aquellos finalizados. Los datos se analizaron conforme a un Diseño Completamente al Azar, distinguiendo los efectos mayores del nivel de inclusión de PCA, del sexo y de su posible interacción. La información de los 74 cerdos remanentes en los corrales colectivos se aprovechó para estimar la posible desviación inducida por los niveles más altos de PCA. Los cálculos se facilitaron con las rutinas GLM, MIXED y REG, del paquete estadístico SAS (v. 9.2).
Resultados y Discusión.
Los cerdos iniciaron con una edad y peso promedio de 70±0.7d y 27.39±3.319 kg. Como se supuso, la inclusión de 3 o 6% de pasta cártamo no alteró los patrones de consumo o de crecimiento (Figura 1); durante los 42 días en esta secuencia, el CDA (2.36±0.122 kg), la GDP (0.88±0.084 kg) y la GxC (0.39±0.038 kg) estuvieron dentro de los parámetros normales de comportamiento en la granja. En el Cuadro 1, se muestra la respuesta productiva de los cerdos expuestos a los 4 niveles de PCA; no se observaron diferencias (P>0.37) por efecto del Tratamiento. Durante los 35d del ensayo, los machos castrados tuvieron un CDA mayor (P<0.002) que las hembras (3.55 vs. 3.22 kg; EEM = 0.069), pero la GDP (1.07±0.155 kg) y la GxC (0.32±0.048 kg) fueron similares (P>0.17). La profundidad de grasa dorsal fue mayor (P<0.0001) en los machos que en las hembras (1.34 vs. 1.04 cm EEM = 0.042), pero la del músculo largo dorsal (4.35±0.358 cm) fue la misma (P>0.84). La inclusión de PCA no alteró (P>0.80) el rendimiento calculado del tejido magro libre de grasa (37.97±2.124 kg).
Conclusiones.
La pasta de cártamo se podrá incluir en niveles tan altos como el 32% de la dieta si se procesa apropiadamente y se asignan sus valores nutricionales con precisión.
Implicaciones.
Como con cualquier otro ingrediente, la inclusión de pasta de cártamo en dietas para cerdos, estará limitada por sus características nutritivas, el valor de complementación con otros ingredientes y su precio, siempre que las dietas se calculen con base en los aminoácidos digestibles y la energía. Por las características del ingrediente, será conveniente su inclusión en progresión paulatina en la secuencia de las fases de alimentación.
Referencias.
- 1INRA CIRAD AFZ and FAO. 2012-2015. Feedipedia - Animal Feed Resources Information System.
- 2Chiba L.I. 2001. Swine Nutrition. 817-818 p.
- 3Kohler G.O. et al., 1965. J. Am. Oil Chem. Soc. 43(6):413-415.
- 4Williams K.C. and P.K. O´Rourke. 1974. Aust. J. Exp. Agric. Anim. Husb. 14(66):12-16.
- 5Cisneros F. et al., 1996. J. Anim. Sci. 74:2566-2576.