El manejo de colas y picos en la producción animal es un tema controvertido que enfrenta posturas éticas, productivas y económicas. Estas prácticas, como el corte de colas en cerdos y el despique en aves, son implementadas para prevenir comportamientos agresivos como la caudofagia o el canibalismo, problemas comunes en sistemas intensivos. Sin embargo, también plantean preguntas críticas sobre el bienestar animal y la necesidad de buscar alternativas sostenibles.
En sistemas de producción intensiva, los animales enfrentan factores de estrés derivados del hacinamiento, la falta de enriquecimiento ambiental y las deficiencias en el manejo. Estas condiciones pueden llevar a conductas agresivas que afectan la salud y productividad del grupo.
- Corte de colas en cerdos: Busca prevenir la caudofagia, una conducta en la que los cerdos muerden las colas de sus compañeros, causando heridas dolorosas y potenciales infecciones graves.
- Despique en aves: Se realiza para reducir el daño causado por el canibalismo y el picoteo entre las aves, especialmente en sistemas con alta densidad de población.
Aunque estas prácticas pueden reducir pérdidas económicas y mejorar la salud del grupo en el corto plazo, también generan críticas debido al impacto en el bienestar animal.
Las prácticas de corte de colas y despique no son inocuas y plantean serias preocupaciones:
1.- Dolor y estrés: Estas intervenciones generan dolor, incluso cuando se realizan en edades tempranas. Aunque hay intentos de mitigar el malestar con herramientas especializadas, el impacto sigue siendo significativo.
2.- Alteración de conductas naturales: Cortar colas y picos limita comportamientos esenciales para la comunicación, la exploración y la jerarquía social, afectando la calidad de vida de los animales.
3.- Problemas de salud relacionados: El estrés y el dolor asociados a estas prácticas pueden aumentar la vulnerabilidad de los animales a enfermedades.
Alternativas viables
El avance hacia una producción más ética requiere explorar alternativas que eliminen o reduzcan la necesidad de estas prácticas:
- Enriquecimiento ambiental: Proveer materiales manipulables, más espacio y entornos más estimulantes disminuye comportamientos agresivos.
- Selección genética: Identificar y criar líneas genéticas menos propensas a la agresividad.
- Manejo integral: Ajustar factores como densidad de población, alimentación, ventilación y manejo general para reducir el estrés.
- Tecnologías avanzadas: Monitoreo en tiempo real y sistemas de trazabilidad permiten detectar problemas conductuales antes de que escalen.
Las certificaciones de bienestar animal están comenzando a prohibir el corte de colas y el despique, exigiendo a los productores implementar alternativas. Al mismo tiempo, los consumidores están demandando productos que reflejen altos estándares de bienestar animal, generando una presión adicional sobre el sector.
Invertir en alternativas no solo responde a esta demanda creciente, sino que también fortalece la reputación de los productores y abre puertas a mercados más exigentes. El debate sobre el corte de colas y el despique refleja una transición hacia una producción más consciente y sostenible. La industria tiene la oportunidad de liderar este cambio adoptando soluciones que prioricen el bienestar animal sin comprometer la productividad.
La pregunta no es solo “cortar o no cortar”, sino cómo podemos avanzar hacia un modelo de producción que equilibre la ética y la eficiencia.
Publicación de Smart Welfare, Febrero 2025: ¿Cortar o no cortar?. Reproducido en engormix.com por gentileza de la autora