Introducción
Por su impacto en el bienestar animal (BA) y en la calidad de la carne, la matanza de los animales para abasto, se ha convertido en un tema de importancia científica, social y ética en la última década. En el primer caso, su relevancia está ligada al papel que se le ha reconocido al BA, como componente del concepto integral de la calidad e inocuidad de la carne y desde el punto de vista social y ético, los consumidores demandan altos estándares de BA en la producción de alimentos de origen animal, en especial durante la matanza, aspectos que en conjunto orientan las políticas empresariales y legislativas relacionadas con las nuevas tendencias de consumo (González et al., 2014).
La evaluación conductual del animal se ha convertido en una alternativa valiosa, utilizada como un método directo para valorar el BA durante la matanza de porcinos (Smulders et al., 2006); su importancia radica en que es un método práctico, poco invasivo y aplicable tanto en condiciones comerciales como científicas, que permiten calificar la eficacia del aturdimiento y desangrado.
La Unión Europea con el programa "European Union Welfare Quality" y el Servicio de Inspección de los Estados Unidos (USDA- Food Safety and Inspection Service), exigen la medición de los indicadores conductuales como requisito de auditoria a nivel empresarial, para la calificación y corrección de los procesos, lo cual se ha traducido en grandes mejoras en el aturdimiento de los cerdos (González et al., 2014).
Materiales y Métodos
La investigación se realizó en las instalaciones de una planta Tipo Inspección Federal ubicada en el noroeste de México (107°27’46’’ LO; 24°43’14’’ LN). Con la ayuda de formatos previamente diseñados, se registraron en 600 porcinos antes de ingresar al cajón de aturdimiento los siguientes indicadores conductuales: ingreso voluntario, retroceso, posición del animal en cajón de aturdimiento, vocalizaciones, y los indicadores de manejo por parte del operario hacia los cerdos: palmeado, golpeado, empujado y golpeado por la puerta guillotina. El cajón de aturdimiento está construido en su totalidad de acero inoxidable.
Sus dimensiones son las siguientes: 1.85 m de largo, 0.73 m de altura superior y 0.18 m en la parte inferior; el mecanismo de acción es hidráulico, automatizado y regulado mediante la operación de un interruptor eléctrico. Todos los porcinos fueron insensibilizados mediante un equipo aturdidor eléctrico (JarvisMR, modelo TL002), calibrado a 200 V utilizando para ello una tenaza específica para porcinos. Con los datos se construyeron tablas de frecuencia y se estimaron las proporciones en cada una de las variables revisadas (Steel y Torrie, 1988).
Resultados y Discusión
Durante la conducción a la antecámara y al cajón de aturdimiento, el 100 % de los porcinos fue arreado a base de golpes utilizando para ello diferentes objetos, incluidas entre otros la palma de la mano de los operarios, un tubo con punta, puntapiés, y las mismas pinzas eléctricas utilizadas para el aturdimiento; ningún cerdo avanzó voluntariamente. Se observó además que el 100 % vocalizaba y un 93. 5% retrocedió al entrar al cajón de aturdimiento.
En el Cuadro 1 se muestran los indicadores de comportamiento de los porcinos al ingresar al cajón de aturdimiento.
Cuadro 1. Indicadores conductuales de los porcinos al ingresar al cajón de aturdimiento (n =600).
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Al respecto, Boissy (1995), define al miedo como un estado emocional inducido por la percepción de una situación amenazante o asociado a una amenaza potencial. La primera respuesta de los animales a un cambio en su ambiente es acercarse o alejarse del estímulo novedoso según la naturaleza de éste y como sea percibido por el individuo a partir de sus experiencias previas. Por tal razón la conducta de acercamiento-alejamiento puede utilizarse como un indicador de miedo y, en consecuencia, como uno de los indicadores finales de bienestar. Dentro de estos indicadores, se pueden considerar los siguientes movimientos: “revolverse sobre sí mismo”, “negarse a avanzar o a retroceder” e incluso “avanzar y retroceder en poco tiempo de diferencia”. En este caso, la valoración del estado de miedo se basa en registrar la proporción animales que mostraron estas conductas durante la conducción desde los corrales de espera al cajón de aturdimiento (Dalmau et al., 2005).
La frecuencia de vocalización de los cerdos durante su movilización al área de aturdimiento es muy elevada, esto debido a manipulación brusca por parte de los operarios. Las vocalizaciones se consideran aceptables si éstas oscilan entre 1 a 5 %, y excelente, si se registra 0 % de vocalización (Grandin, 2012). Al practicar una auditoria en un establecimiento comercial, JerezTimaure et al. (2013), registraron vocalizaciones en el 50.5 % de los cerdos, lo cual fue atribuido a diferentes causales entre las que se incluyen la incorrecta utilización de arreadores eléctricos, molestias causadas por bordes afilados en la manga de conducción, mala condición corporal del cerdo, presión contra la manga de conducción, movimientos bruscos por parte del personal y golpes que reciben los animales contra la manga de conducción al momento del arreo. En el mismo sentido, González et al. (2014), registraron vocalizaciones en el cajón de aturdimiento en el 26.8 % de los cerdos; esto como una respuesta indicadora de miedo, dolor, o estrés de los cerdos ante el desafío de un ambiente nuevo, a los manejos bruscos del personal y en parte debido a propio diseño del cajón de aturdimiento (Mota-Rojas et al., 2012).
En el Cuadro 2, se presentan los indicadores de manejo de los porcinos durante la conducción al cajón de aturdimiento. El porcentaje de porcinos que sufrieron maltrato fue de 100 %, en los cuales se presentaban diferente tipo de agresión siendo golpeado un 97.5 %, empujado con 93.33 %, palmeado con un 92.83 %, golpeado con guillotina un 1.33 %.
Cuadro 2. Indicadores de manejo de los porcinos al ingresar al cajón de aturdimiento (n= 600).
Es evidente que en esta planta de procesamiento de porcinos para el abasto de carne, los indicadores de bienestar animal relacionados con el arreo al cajón de aturdimiento son deficientes, a tal grado de que son innegables las omisiones y cuidados al proceso por parte de los operarios; de antemano, se sabe que esta parte del procesamiento de los porcinos es una etapa crucial por el impacto en los indicadores de bienestar animal, en la obtención de canales y carne de calidad (Smulders et al., 2006; Romero y Sánchez, 2012). En este sentido, las operaciones previas al aturdimiento son las que más comprometen el bienestar animal, si bien éste puede verse mejorado posteriormente en función del método de aturdimiento que se utilice (Álvarez et al., 2005).
Estos resultados muestran un grave problema de Bienestar Animal, ya que no garantiza el cumplimento de indicadores de los porcinos; con respecto a los operarios, es común percibir rudeza y malos tratos hacia los animales; se presume que son generalmente motivados por la inexperiencia o por la ignorancia.
Literatura citada
- Álvarez, D., M.D. Garrido, S. Bañón y J. Laencina. 2005. Bienestar animal y calidad de la canal porcina según el sistema de aturdimiento. An. Vet. (Murcia). 21:77-85.
- Boissy, A. 1995. Fear and fearfulness in animals. Quartely Review of Biology. 70:165-191.
- Dalmau, A., P. Rodríguez y A. Valverde. 2007. Valoración del bienestar del cerdo. Parámetros evaluados al matadero. Sistema de monitorización EUROCARNE. Disponible en: www.recercat.cat/bistream/handle/2072/4707. Fecha de acceso: 05 de julio de 2016.
- Grandin T. 2012. Recommended Animal Handling Guidelines & Audit Guide: A systematic Approach to Animal Welfare. AMI Foundation, Washington DC, USA.
- González, L.M., M.H. Romero y J.A. Sánchez. 2014. Evaluación de la eficacia del método de insensibilización por electronarcosis en porcinos. Arch. Med. Vet. 46:149-143.
- Jerez-Timaure, N, MT Sulbarán, L Arenas de Moreno, A Rodas-Rodríguez, J. Trompiz, J Ortega. 2013. Determinación de defectos de calidad en la canal y carne de cerdo mediante uso de auditorías. Rev. Mex. Cienc. Pec. 4:13-30.
- Mota-Rojas, D., M. Bercerril-Herrera, P. Roldán-Santiago, M. Alonso-Spilsbury, S. Flores-Peinado, R. Ramírez-Necoechea, J.A. Ramírez-Tellez, P. Mora Medina, M. Pérez, E. Molina, E. Soni y M.E. Trujillo-Ortega. 2012. Effects of long distance transportation and CO2 stunning on critical blood values in pigs. Meat Sci. 90:893-898.
- Romero, M.H. y J.A. Sánchez. 2012. Bienestar animal durante el transporte y su relación con la calidad de la carne bovina. Rev. MVZ Córdoba. 17:2936-2944.
- Smulders, D., G. Verbeke, P. Mormède, y R. Geers. 2006. Validation of a behavioral observation tool to assess pig welfare. Physiol. Behav. 89:428-447.
- Steel, R.D.G. y J.H. Torrie. 1988. Bioestadística: principios y procedimientos. Segunda Edición. Editorial McGraw-Hill, México, D.F. 622 pp.