En nutrición porcina es importante maximizar la eficiencia de los recursos alimenticios, una estrategia para lograrlo, es no exceder la inclusión de aminoácidos (AA) y mantener el balance de estos en la dieta (National Research Council [NRC], 2012), para evitar pérdidas por oxidación y excreción de nitrógeno (Bikker, Verstegen, Campbell, & Kemp, 1994).
Generalmente, el primer aminoácido limitante para cerdos en crecimiento y finalización es la lisina (LYS; NRC, 2012). Los requisitos de energía en la ración se expresan en relación con los de LYS. El crecimiento de los cerdos depende, entonces, del contenido dietético de energía y LYS, ya que una relación inadecuada o excesiva entre estos nutrimentos tiene efectos negativos en el desempeño productivo (Campbell & Taverner, 1988). Uno de los objetivos en la producción de cerdos de engorda es conseguir una mayor deposición de músculo magro en la canal; para ello, la alimentación es un factor clave, por lo que se debe prestar especial atención a la concentración energética y de lisina en los alimentos, según la edad del cerdo (Schneider et al., 2010).
Zhang et al. (2011) manifestaron que las dietas que contienen una cantidad excesiva o desbalanceada de AA y energía, tienen como consecuencia un decremento en la utilización de proteína, y afectan la deposición de tejido magro.
Del mismo modo, De La Llata, Dritz, Tokach, Goodband, y Nelssen (2007) encontraron que la tasa de crecimiento se incrementa linealmente cuando aumenta la relación de LYS con la energía metabolizable (EM). Lo anterior puede explicarse debido a que la energía usada degradación de proteína decrece a medida que se reduce el contenido de proteína cruda (PC), lo cual disminuye la producción de calor (Zhang et al., 2011); estos últimos autores también encontraron que cuando se formulan raciones con baja cantidad de PC en relación con energía neta (EN), esta última se almacena como grasa. Por su parte, De La Llata et al. (2007) encontraron que el rendimiento magro de la canal aumenta a medida que la relación LYS: EM es mayor.
Aun cuando se han llevado a cabo diversos estudios acerca de los efectos de la relación LYS y energía en el comportamiento productivo y las características de la canal en porcinos, los resultados han sido variables, por lo que aún no hay certeza acerca de la proporción óptima entre estos nutrimentos para determinar la respuesta productiva deseable (Apple et al., 2004; Nam & Aherne, 1994; Smith, Tokach, O'Quinn, Nelssen, & Goodband, 1999; Szabó, Jansman, Babinszky, Kanis, & Verstegen, 2001). Del mismo modo, alimentar a los porcinos sobreestimando sus requisitos nutrimentales no asegura que no haya cerdos con deficiencias nutrimentales, y en efecto, las guías empíricas expresanrecomendaciones con base en márgenes de seguridad en vez de requisitos nutrimentales, resultando en un excedente de nutrientes; adicionalmente, la calidad de la canal y el rendimiento biológico son preocupaciones fundamentales en la industria porcina (Pomar, Pomar, Dubeau, Joannopoulos, & Dussault, 2014). Por tanto, la principal problemática que enfrenta el nutriólogo es que no hay certeza acerca de los niveles de estos nutrimentos para determinar o estimar con cierto grado de error la respuesta productiva deseable (Apple et al., 2004; Nam & Aherne, 1994; Smith et al., 1999; Szabó et al., 2001).
En una investigación realizada por el Ing. Danibaan Martínez Santiago para obtener grado de Maestro en Ciencias en Innovación Ganadera por el Posgrado en Producción Animal de la Universidad Autónoma Chapingo. (México) se plantea que los requisitos nutrimentales de energía, PC y LYS para cerdos de engorda basados en tablas de referencias internacionales, no están actualizados, por lo que el nutriólogo se enfrenta a la inseguridad para estimar respuestas productivas deseables al tener en cuenta los niveles nutrimentales recomendados. Por lo anterior, los objetivos de este trabajo fueron determinar los niveles de energía, PC y LYS, comparando la información de los artículos revisados con las tablas internacionales de requisitos nutrimentales, y estimar el nivel de lisina en dietas para cerdos de engorda, que explique mejor y prediga la relación de este nutrimento con el comportamiento productivo y calidad de la canal para actualizar los requisitos nutrimentales de cerdos de engorda.
En el Capítulo 2 se revisa literatura relacionada con la importancia de la energía y proteína, haciendo énfasis en los AA en las raciones para porcinos de engorda, en especial LYS; así como los efectos de la nutrición en las características de la canal porcina.
En el Capítulo 3 se muestran los resultados del análisis de un compendio de artículos científicos relacionados con niveles de LYS y energía en dietas para cerdos en engorda.
Las conclusiones del trabajo del Ing. Danibaan Martínez Santiago en lo que concierne a lisina dietética son que:
- Los niveles estimados de lisina con modelos de regresión no presentaron coincidencia con los niveles recomendados por tablas de referencia internacional, ni con niveles determinados en experimentos.
- La estimación de conversión alimenticia y grasa dorsal, a partir de lisina dietética, mostró que la lisina predice y explica dichas variables.
- Los coeficientes de determinación que se obtuvieron entre lisina y las variables de respuesta consumo diario de alimento, ganancia diaria de peso y ojo de chuleta fueron bajos, por lo que no predicen en gran medida la relación entre estas tres variables con dicho nutrimento.
- En lo que concierne a energía neta y proteína cruda se concluye que: Los niveles determinados de energía neta y de proteína cruda obtenidos en experimentos de diferentes autores, no coinciden en su mayoría con los niveles recomendados por las tablas de referencia internacional.
El trabajo de Danibaan Martínez Santiago contó con la supervisión de Mariano Jesús Gonzalez Alcorta Ph.D., y el Comité asesor ccompuesto por Agustín Ruiz Flores Ph.D. y Constantino Romero Máquez M.C.