Resumen
El objetivo de este estudio fue evaluar el efecto de la castración quirúrgica (MC), la inmunocastración (MI), la producción de hembras (HE) y machos enteros (ME) sobre la productividad, el comportamiento y el bienestar animal. La castración quirúrgica se realizó a los siete días de edad y la inmunocastración mediante la administración a los 77 y 146 días de edad de un producto compuesto por una forma modifi cada del GnRF conjugado a una proteína capaz de inducir la formación de anticuerpos frente al GnRF. Durante el engorde, se evaluó el consumo individual, peso, espesor de grasa y lomo de 120 cerdos (36 ME, 36 MI, 24 MC y 24 hembras HE). Asimismo, se registró el comportamiento de los animales durante dos días consecutivos en las semanas 9, 11, 20, 21, 23 y 25. Los MI presentaron un crecimiento e ingestión diarias superior a los ME y un mejor índice de conversión que los MC. El espesor de lomo de los MI fue superior al de los MC, pero inferior al de los ME. La actividad se vio reducida en los MI en comparación con los ME, especialmente después de la segunda administración. Estos resultados sugieren que la inmunocastración es una alternativa a la castración quirúrgica.
Palabras clave: olor sexual, castración quirúrgica, inmunocastración, productividad y bienestar animal
Summary
Result of differet alternatives to surgical castration of pigs The objective of this study was to evaluate the effect of surgical castration (MC), immunocastration (MI), keeping females (HE) and entire males (ME) on performance, behaviour and welfare. The surgical castration was carried out at 7 days of age, and the immunocastration through the administration at 77 and 146 days of age of a modifi ed form of GnRF conjugated to protein to induce the formation of antibodies against GnRF. Individual consumption, weight and fat and loin depth of 120 pigs (36 ME, 36 MI, 24MC and 24 HE) was measured. Moreover, behaviour was recorded during two consecutive days in weeks 9, 11, 20, 21, 23 and 25. MI presented a higher growth and feed intake compared to ME and a better conversion ratio than MC. Loin depth was higher for MI than for MC, but lower than for ME. Activity was reduced in MI compared to ME, especially after the second administration. These results suggest that immunocastration is an alternative to surgical castration.
Key words: boar taint, surgical castration, immunocastration, performance, animal welfare
En la Unión Europea, aproximadamente un 80% de los 120 millones de cerdos machos que se sacrifi can cada año, son castrados (EFSA, 2004). El motivo de esta práctica es, además de reducir las peleas entre ellos, evitar el olor sexual, presente en la carne de algunos machos enteros cuando llegan a la pubertad. Sin embargo, en la actualidad algunos grupos de consumidores cuestionan esta práctica desde el punto de vista del bienestar animal. La castración quirúrgica implica la sujeción e inmovilización del lechón, la incisión del escroto con un bisturí, la liberación del testículo y la sección del cordón espermático. A pesar de que es un procedimiento rápido (menos de 30 segundos), induce en el lechón una serie de cambios fi siológicos y comportamentales claramente indicativos de dolor (Prunier et al., 2006; Marx et al., 2003).
Actualmente, existen tres grandes alternativas a la castración física sin anestesia:
- la castración con anestesia,
- la producción de machos enteros,
- la inmunización frente al factor liberador de gonadotropinas (GnRF), también conocida como inmunocastración.
La cría de machos enteros, además de eliminar el dolor asociado a la castración, también presenta ciertas ventajas respecto a la producción de machos castrados.
Los machos enteros tienen un mejor crecimiento, un mejor índice de conversión y sus canales son más magras. No obstante, aparte del olor sexual, los machos enteros muestran un comportamiento sexual más acentuado y una mayor agresividad a la entrada en pubertad, que repercute negativamente en el bienestar del grupo (Croning et al., 2003) y en la calidad del producto fi nal. De hecho, el incremento de peleas y conductas sexuales durante las horas previas al sacrifi cio, causa heridas y contusiones en la canal, y aumenta la incidencia de carnes DFD (del inglés Dark, Firm and Dry: oscuras, fi rmes y secas).
Para que la producción de machos enteros sea económicamente viable, es necesario tener herramientas para controlar la incidencia de animales con olor sexual.
La inmunocastración consiste en inyectar una forma modifi cada del GnRF conjugado a una proteína para inducir la formación de anticuerpos frente a dicho factor (fi gura 1), que al unirse al GnRF endógeno inhiben la secreción de LH y FSH por parte de la glándula pituitaria (Dunshea et al., 2001). El procedimiento se lleva a cabo normalmente con dos administraciones del producto durante el periodo de engorde, separadas unas cuatro semanas. Algunos estudios han indicado que hasta la segunda administración del producto, los parámetros productivos de los machos inmunocastrados serían similares a los de los machos enteros y posteriormente se parecerían a los de los machos castrados (Cronin et al., 2005; Moore et al., 2005 y Pauly et al. 2008). De este modo, los machos inmunocastrados serían más efi cientes que los machos castrados, especialmente hasta la segunda administración del producto y, a partir de ese momento, los niveles de olor sexual y de posibles agresiones se verían reducidos.
El objetivo de este estudio fue evaluar el efecto de la castración quirúrgica, la castración inmunológica y la producción de hembras y machos enteros sobre los parámetros productivos, el comportamiento y el bienestar animal.
Figura 1. Mecanismo de inhibición del olor sexual mediante la immunización frente a GnRF.
Figura 2. Distribución por corralinas en la nave de control.
Tabla 1. Lechones entrados en control. Peso medio por sexo y edad en el momento de la selección.
PLANTEAMIENTO DEL ESTUDIO
Para el estudio se utilizaron 150 lechones (28 machos castrados durante la primera semana de vida, 29 hembras y 93 machos enteros) de cruce entre cerdas híbridas Duroc x Landrace con verracos Pietrain homocigóticos sensibles al estrés (nn). Estos animales se seleccionaron de un total de 33 camadas nacidas en un intervalo de diez días. Como máximo se escogió una hembra y se castró un macho de cada camada y el criterio de selección fue el de evitar animales de pesos extremos.
A una edad media de 16,4 días, se trasladaron los lechones desde la granja de origen a las instalaciones de destete del Centro de Evaluación del Porcino del IRTA. Hacia el fi nal del periodo de transición, a la edad media de 59 días, se seleccionó la muestra de animales sobre la cual se realizó el estudio con el criterio de obtener los pesos más homogéneos en todos los grupos. Se escogieron 120 individuos: 36 machos enteros (ME), 36 machos enteros para inmunocastrarles posteriormente, 24 castrados (MC) y 24 hembras (HE) (tabla 1).
Los 120 lechones seleccionados se trasladaron a la nave de control a una media de 67 días de edad, de modo que se colocaron 12 animales con el máximo de uniformidad en el peso, por corral. Por lo tanto, se dispuso de tres corralinas para machos enteros, tres para machos enteros que posteriormente se inmunocastrarían, dos para castrados y dos para hembras (fi gura 2).
La ventilación y la temperatura de la sala se controló automáticamente. Cada corral (3,7 x 3,6 m) estaba parcialmente emparrillado (60% de suelo continuo y 40% de slat) y tenía un bebedero y un comedero que permitía el registro individual de consumo (IVOG-System, INSENTEC).
A los 36 animales MI se les aplicó dos dosis de 2 ml de una vacuna inyectable por vía subcutánea*, con 200 μg de proteína GnRF/ml en un sistema de suspensión acuosa, a la edad media de 77 y 146 días de edad (fi gura 3).
Variables productivas y características de composición corporal en vivo
Desde los 74 a los 176 días de edad, se pesaron individualmente los cerdos cada tres semanas. A su vez, se registró el espesor de tocino (ET) y de lomo (EL) mediante un equipo portátil de ultrasonidos (PIGLOG 105). Ambas medidas se tomaron a la altura de la última vértebra, a 4 cm de la línea media, a ambos lados (figura 4).
El consumo diario individual de pienso se registró mediante el sistema IVOG-System (INSENTEC). El crecimiento diario (g/día) y el índice de conversión del alimento (ICA) fueron calculados para cada animal.
Los porcentajes de proteína y lípidos fueron estimados a partir del ET y el EL.
Figura 3. Aplicación de la vacuna inyectable con 200 μg de proteína GnRF/ml.
Figura 4. Medición de la grasa y el lomo dorsal mediante ultrasonidos.
Bienestar animal: actividad y comportamiento
La actividad y el comportamiento de los 12 animales de un corral por tratamiento se fi lmó durante dos días consecutivos en diferentes periodos de la fase de cebo según se describe en la tabla 2. En el periodo 5 (O5) sólo se realizaron grabaciones de los corrales MI y ME.
Con el fin de obtener una muestra representativa de la actividad y el comportamiento de los animales a lo largo de los dos días de grabación, se observaron durante cada día tres sesiones de dos horas de duración cada una. La primera sesión era de 9 a 11 h de la mañana, la segunda sesión de 14 a 16 h y la tercera sesión de 18 a 20 h. Durante estas horas se detenía la grabación cada cinco minutos y se anotaba el número de animales que estaban inactivos y activos.
Se consideró que un animal estaba activo cuando estaba de pie, bebiendo o comiendo, e inactivo si permanecía tumbado o sentado. Además, durante los diez últimos minutos de cada hora la grabación fue revisada de forma continua para evaluar el número de interacciones agresivas en el comedero y fuera del comedero, y el número de interacciones sexuales. Se consideraba interacción sexual el comportamiento de monta, es decir, cuando un animal apoyaba una o ambas extremidades delanteras sobre cualquier parte del lomo de otro animal. Tras el desangrado, se contabilizó el número de lesiones cutáneas en la media canal izquierda.
Tabla 2. Descripción de los diferentes periodos de grabación.
Tabla 3. Efecto del tratamiento en las variables productivas durante todo el periodo de control (74-176 días de edad).
RESULTADOS RESPECTO A LAS VARIABLES PRODUCTIVAS
En la tabla 3 se muestran los valores de medias por mínimos cuadrados de las variables estudiadas en todo el periodo de control, de los 74 a 176 días de edad. Comparando los MI con respecto a los ME se puede observar que, si bien no existe diferencia signifi cativa en cuanto al peso inicial, sí que apareció en el peso fi nal superior para los MI. Esto también se refl ejó en los correspondientes valores del crecimiento diario superiores para los MI (921 g/día versus 806 g/día, respectivamente).
En cuanto al valor del consumo diario, se observó una evolución:
los animales MI consumieron más por día que los ME. Este incremento en el consumo fue de magnitud parecida al incremento del crecimiento, con lo cual los valores del índice de conversión fueron idénticos para MI y ME (2,53 y 2,50, respectivamente).
La comparativa entre MI y MC nos indica que no hubo diferencias significativas en cuanto al peso fi nal y al crecimiento diario. Por el contrario, el consumo diario fue superior en los MC. El resultado conjunto de estos dos efectos en los animales MC resultó en un índice de conversión signifi cativamente peor que el de los MI (2,77 y 2,53, respectivamente).
Estos resultados están en concordancia con los presentados por Moore et al. (2005) y Dikeman (2007). Se considera que el efecto de la immunización frente al GnRF se produce mediante una reducción en la actividad (Cronin et al., 2003; Mackinnon and Pearce, 2007) y un fomento del consumo (Cronin et al., 2003). Ambos aspectos se observaron en el presente estudio.
La tabla 4 contiene los valores de medias por mínimos cuadrados de los rendimientos productivos, controlados en el periodo que va desde la segunda vacunación hasta fi n de control. Debemos indicar que para conseguir un peso inicial idéntico para los cuatro tipos de animal, en el caso de los MC este periodo se inició nueve días antes, ya que su crecimiento previo había sido superior. El crecimiento diario fue mucho mayor en los MI que en los MC (1,166 g/día versus 842 g/día, respectivamente).
El consumo diario de los MC fue menor al de los MI, pero no lo sufi ciente como para compensar la mayor diferencia en crecimiento. De este modo, el índice de conversión de los MC fue significativamente mayor que el de los MI.
Tabla 4. Efecto del tratamiento en las variables productivas después de la segunda vacunación (146*-176 días de edad).
Tabla 5. Efecto del tratamiento en los grosores de lomo y grasa dorsal in vivo después de la segunda vacunación (146*-176 días de edad).
Si la comparación la realizamos entre MI y ME, observaremos un mayor crecimiento y consumos diarios de los MI, sin diferencias signifi cativas en el índice de conversión.
Estos resultados coinciden con los de otros estudios (Jaros et al., 2005; Pauly et al., 2008), que sugirieron que el efecto importante de la inmunocastración se produce después de la segunda administración y que los MI se comportan de modo similar a los enteros hasta ese punto.
Composición corporal
En relación a la composición corporal (tabla 5), los resultados obtenidos son similares a los presentados en otras investigaciones (Dunshea et al., 2001; Pauly et al., 2008; Zamaratskaia et al., 2008). Los MI presentaron un espesor de lomo superior comparado con los MC, pero un contenido de grasa superior a los ME. De nuevo, estas diferencias se produjeron a partir de la segunda administración, porque no se observaron diferencias entre MI y ME anteriormente. La ingestión superior combinada con una actividad social y sexual menor (que se detallará en el siguiente apartado) habrían permitido que estuviera disponible el elevado nivel de energía necesario para la deposición de grasa.
RESULTADOS RESPECTO A COMPORTAMIENTO Y BIENESTAR ANIMAL
En la figura 5 se presenta la distribución del patrón de actividad a lo largo de las distintas observaciones. Antes de la primera administración, la incidencia de cerdos activos fue superior entre los MI que entre los MC y los ME. Los primeros días después de la administración, los MI mostraron un descenso en su actividad, que volvió a aumentar en las nueve semanas posteriores.
Figura 5. Porcentaje de cerdos activos en los distintos géneros y semanas.
Dos semanas después de la segunda administración, los MI presentaron una actividad significativamente inferior a los ME, y en los dos días anteriores al sacrificio esta situación permaneció igual. Según Prunier et al. (2007), la ausencia de hormonas testiculares tras la castración quirúrgica infl uye en el comportamiento animal, mediante una reducción de la actividad. La inmunización frente al GnRF en este estudio mostró un efecto similar. Cronin et al. (2003) presentaron resultados muy similares en el patrón de disminución de la actividad después de la castración inmunológica.
Agresiones y conducta sexual En relación al número de agresiones y a la conducta sexual, las diferencias significativas surgieron a partir de la segunda administración. Tanto las agresiones en el comedero como fuera de él (figura 6), fueron significativamente superiores en los ME, comparado con los otros tres géneros (0,83 versus 0,0, respectivamente).
Figura 6. Agresiones en el comedero o sus alrededores.
En la figura 7 se muestra la evolución del número de montas a lo largo de las distintas observaciones. El número superior de montas en los ME comparados con los MI se hizo claramente signifi cativo a las dos semanas después de la segunda administración, y se mantuvo igual en los dos días anteriores al sacrificio (figura 8).
Figura 7. Número de montas en los distintos géneros y semanas.
Tanto la conducta sexual como la agresiva están infl uidas por los esteroides gonadales y su inhibición tras la castración quirúrgica o inmunológica explicaría la disminución de estas conductas. Las agresiones y montas pueden ser una causa directa de una disminución del bienestar, porque pueden estar asociadas a dolor en caso de producirse heridas y a estrés relacionado con un nivel superior de actividad. En este estudio también se registraron las lesiones cutáneas en la media canal izquierda, que fueron significativamente superiores en ME, comparadas con las de MI y HE (6,00 versus 4,05 y 3,98; respectivamente). El número de lesiones (fi gura 9) de los MC no se diferenció signifi cativamente del de los otros tres géneros (4,49).
CONCLUSIONES
Los resultados aportados por este estudio sugieren que la castración inmunológica es una alternativa viable a la castración quirúrgica. El nivel de actividad, las agresiones y la conducta sexual se vieron reducidas tras la segunda administración de la vacuna. Asimismo, las lesiones cutáneas en los MI fueron inferiores a las presentadas por los ME.
En cuanto a parámetros productivos, los MI presentaron un crecimiento e ingestión diarios superior a los ME, pero un índice de conversión similar. En comparación con los MC, los MI consumieron menos, pero su crecimiento global fue similar, con lo cual el índice de conversión fue mejor.
El efecto de la castración inmunológica, tanto en los parámetros productivos como en la conducta fue especialmente remarcable después de la segunda administración, lo que confi rma la hipótesis de que los MI conservan las ventajas de los ME hasta ese momento.
BIBLIOGRAFÍA
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