1, INTRODUCCION
La palabra Erisipela proviene del latín “Eruthros” que signfica “Rojo”, y “Pella” que significa “Piel”, haciendo referencia a las clásicas marcas rojas que se producen en la piel en la fase más aguda de la enfermedad comúnmente conocida como “Mal rojo”.
La enfermedad, que fue descubierta en 1.876 por el alemán Robert Koch, está producida por la bacteria Erysipelothrixspp., una bacteria gram-positiva con morfología bacilar. Hasta el día de hoy se han descrito 8 especies distintas de Erysipelothrix spp.; siendo Erysipelothrix rhusiopathiae, el agente causal principal de la enfermedad en el porcino. Además, se han descrito un total de 28 serovares de Erysipelothrix rhusiopathiae, con más del 80 % de ellos pertenecientes al serovar 1 y 2.¹
2. EPIDEMIOLOGIA
Erysipelothrixrhusiopathiaees considerada una bacteria ubicua, lo que ha propiciado que el Mal Rojo tenga una distribución mundial, especialmente en el cerdo, uno de los principales reservorios de dicha enfermedad. De hecho, se estima que entre el 30-50 % de los cerdos aparentemente sanos tienen Erisipelas en las tonsilas u otros tejidos linfoides.²
Además de afectar al porcino, esta bacteria también puede infectar a otros animales como por ejemplo los pájaros (al menos identificada en 30 especies), mamíferos (humanos, vacunos, perros, ratas, mamíferos marinos, corderos, etc.), peces de agua dulce y salada, o insectos como escarabajos. En este sentido, es clave recordar que nos encontramos ante una zoonosis, por lo que su control en las explotaciones ganaderas no debe de establecerse única y exclusivamente con el objetivo de la protección en los animales de producción, sino también para la prevención de la misma en nuestros trabajadores, y la salud pública en general.
Si nos centramos en las explotaciones porcinas, la entrada de la bacteria se debe básicamente a dos principales motivos:
- La entrada de animales portadores (nulíparas, verracos, etc.), la mayoría de veces de forma subclínica. - Fallos en la bioseguridad externa; entrada de animales como pájaros, roedores, perros, etc... portadores de la bacteria.
Una vez dentro de la granja, la bacteria puede persistir varios días en distintas superficies³, siendo esta claramente afectada por la temperatura según se muestra en la siguiente tabla 1:
Tabla 1. Días de supervivencia de la Erisipela porcina según la temperatura.
Además, en otro estudio⁴ fueron capaces de encontrar muestras positivas de Erisipelas en heces, fluidos orales, pienso, paredes, etc. (tabla 2) lo que indica que esta bacteria puede aislarse de una gran variedad de muestras y de nuevo refuerza el carácter ubicuo de la misma.
Tabla 2. Aislamiento de Erisipela porcina en distintas muestras de una granja porcina.3. SIGNOS CLINICOS Y LESIONES
La Erisipela porcina puede afectar a todas las etapas del ciclo productivo del cerdo y su dinámica es:
Figura 1. Dinámica de infección de la Erisipela porcina En función de los signos clínicos desarrollados podemos encontrar tres formas de presentación clínica, y una subclínica:
Aguda: inicio repentino que suele cursar con muerte súbita, fiebre alta, que puede inducir abortos, marcha rígida, depresión, inapetencia, manchas en la piel en forma de diamante, lo cual es un signo patognomónico de esta infección (imagen 1). Además, se pueden encontrar lesiones necróticas en la cola, orejas y parte posterior de las extremidades
Imagen 1. Cerda lactante en la fase aguda de Erisipela porcina. Año 2019. Fuente: HIPRA.Subaguda: similar a la fase aguda pero se observa una menor incidencia y/o severidad de lesiones. En algunos casos estas lesiones puede incluso pasar desapercibidas.
Crónica: suele ser la evolución de un proceso agudo o subagudo. Los signos clínicos principales son artritis que deriva en cojeras (imagen 2), insuficiencia cardíaca que cursa con abatimiento, endocarditis valvular vegetativa (imagen 3) que puede cursar con muerte súbita, descargas vaginales y/o estrés respiratorio. Un claro síntoma de un proceso crónico es la reducción del crecimiento medio diario y el aumento del índice de conversión, lo que afecta directamente los índices productivos de la explotación.
Imagen 3. Endocarditis valvular vegetativa producida por Erysipelothrix rhusiopathiae. Fuente: HIPRA. Subclínica: no se observan signos clínicos característicos de la enfermedad y se estima que se da entre el 30-50 % de los cerdos presentes en explotaciones porcinas comerciales, ya que se ha estimado que entre el 30-50 % de los cerdos aparentemente sanos son portadores de Erisipela en tonsilas u otros tejidos linfoides.²
4. IMPACTO ECONOMICO
El impacto económico de la Erisipela porcina muchas veces es subestimado, ya que los signos clínicos se pueden confundir con otras enfermedades, o incluso no se identifican si nos encontramos en una fase subclínica, subaguda o crónica. Los únicos signos que son claramente asociados a la Erisipela porcina son las lesiones en forma de diamante en la piel.
Como se ha comentado anteriormente, nos encontramos ante una enfermedad zoonótica, por lo que la presencia de este signo clínico patognomónico en matadero es un claro indicativo de enfermedad y por ello, todos los animales que presenten dichas lesiones, no son aptos para el consumo humano, de ahí no solo la importancia sanitaria de la enfermedad, sino también la económica. Si nos centramos exclusivamente en el impacto económico según el tipo de animal (cerda reproductora o cerdo) y los signos clínicos que desarrolla, podemos hacer una estimación del coste económico asociado a esta patología según se muestra en la tabla 3.
Tabla 3. Impacto económico de la Erisipela porcina según los signos clínicos.Además de todos estos costes, en la fase crónica de la enfermedad se produce retraso en el crecimiento que conlleva que los cerdos tarden más días en llegar al peso de sacrificio, y cada día adicional de estancia en la explotación suponga un coste añadido por consumo de pienso y ocupación del espacio nada despreciable
5. RESISTENCIA A LOS ANTIBIOTICOS
En los últimos años las resistencias de ciertas bacterias a los antibióticos han ido aumentando progresivamente, y la Erisipela, al ser una de las bacterias más ubicuas y expuestas, presenta a día de hoy un alto grado.
Con el objetivo de clarificar qué grado de resistencia tiene la Erisipela a distintos antibióticos, un grupo de científicos desarrolló un estudio donde se testaron 48 muestras distintas de Erisipela y 13 antibióticos diferentes. Los resultados fueron más que preocupantes; en el 92 % de los antibióticos testados la Erisipela presentaba algún grado de resistencia, siendo 100 % resistente en un 38 % de los antibióticos testados¹² (tabla 4).
Estos datos nos sitúan en un escenario extremadamente preocupante en lo relativo al uso y eficacia de los antibióticos, y nos emplazan al uso de productos biológicos como la clave para el control de esta enfermedad, donde la inmunidad de rebaño, a través de una vacunación efectiva del plantel reproductivo, juega un papel esencial para reducir el importante impacto económico de esta bacteria.