Introducción: La especie porcina se caracteriza por presentar un porcentaje de mortalidad neonatal muy elevado en comparación con otras especies como la bovina, ovina o equina, constituyendo aproximadamente del 10 al 15% de los lechones nacidos vivos y eso, a pesar de contar la porcinocultura con una de las más modernas tecnologías en Producción Animal (Quiles, 2004).
Cuando hablamos de mortalidad neonatal nos referimos a la que acontece en la primera semana de vida del lechón (English, 1990). Sobre la supervivencia del lechón inciden de manera importante una serie de factores dependientes del lechón, de la cerda y del medio ambiente, que habrán de tenerse muy en cuenta a la hora de llevar un óptimo programa de manejo y cuidado de las instalaciones a fin de reducir la tasa de mortalidad neonatal. En el primer grupo de factores, es decir, los ligados al lechón podemos citar: peso al nacimiento, nivel inmunitario y tipo genético. El segundo lo forman los factores ligados a la cerda: número de parto, peso de la cerda, comportamiento maternal, producción lechera y tamaño de la camada. Y, por último, factores ligados al medio ambiente y sistemas de producción: instalaciones y manejo de los animales, alimentación, temperatura ambiente, etc. (Lay et al., 2002).
La mortalidad perinatal es una causa mayor de ineficacia en la producción porcina, con una alta incidencia en los rendimientos finales. Sin embargo, y, a pesar de ello, son muy pocos los ganaderos que le prestan la atención suficiente para evitar una alta incidencia, acostumbrándose la mayoría de ellos a unos determinados porcentajes, entendiéndolos como normales. Solamente cuando comparan sus resultados con otras explotaciones adquieren conciencia del problema (Svendsen, 1992).
Por todo ello, entendemos que se debe conocer todos aquellos aspectos relacionados con la mortalidad neonatal en el ganado porcino, para poder manipular y atender a los lechones en las mejores condiciones y tomar las medidas necesarias para evitar pérdidas por concepto de mortalidad en el periodo perinatal.
Nos proponemos como objetivo en el presente trabajo evaluar los principales factores de riesgos que están asociados a la mortalidad predestete en un centro multiplicador porcino.
Materiales y métodos: Para el desarrollo del presente trabajo se analizaron 1101 partos de 250 reproductoras de las razas Yorkshire e Híbridas Yorkland, de la unidad de cría porcina de la provincia de Cienfuegos. Los datos fueron tomados de los registros productivos y reproductivos referentes a los años 2005 hasta abril del 2008. Se determinaron las principales causas de mortalidad en el período desde el nacimiento hasta el destete (26 días).
Se correlacionó el porcentaje de mortalidad en crías, con la paridad (número de partos: NP), tamaño de la camada (TC) y el peso al nacer de la camada (PNC), y la paridad con el tamaño de la camada. Se realizó un análisis de riesgo mediante un estudio retrospectivo de tipo caso-control, donde se evaluó como factor de riesgo el peso al nacer de las crías y la época del año en que nacieron con la mortalidad perinatal. Colateralmente se realizó una valoración económica de las perdidas por concepto de mortalidad.
Para el análisis estadístico de los resultados se creó una base de datos empleando el tabulador Microsoft Excel y el paquete estadístico STATGRAPHICSPLUS 4.1.
Para el estudio de dependencia se aplicó un modelo de regresión lineal simple (y=a+b*x) y para el estudio de asociación se estimó la proporción de casos y controles expuesto, con el empleo del software Epidat 3.1, mediante la conformación de tablas de contingencia 2x2 (Thrusfield, 2007), mediante el siguiente esquema.
La proporción de casos expuestos (Cerdos con peso inferior a 1300g y los nacidos en épocas de invierno) (p1) viene dada por: P1 ═ a / (a+c). La proporción de controles expuestos (Cerdos con peso superior a 1300g y los nacidos en épocas de verano) (P2) viene dado por: P2 ═ b / (b+d). El Odds ratio viene dado por: OR = a+d / c+d. La reducción relativa (RRR) y absoluta (RAR) de riesgo viene dada por RRR = 1 - RR * 100 y RAR = RNE - RE.
Resultados y discusión
Como puede apreciarse en el gráfico. 1 se muestra las causas y los factores que se asocian a la mortalidad de las crías. Entre las causas más comúnmente identificadas en esta investigación se destacan la inanición, seguida por el aplastamiento y la diarrea. La inanición, por su parte, fue la principal causa de muerte en neonatos, cuyos valores alcanzan el 78.8 % de las muertes ocurridas. Resultado que pudiera atribuirse a que en este centro existe una gran prevalencia del síndrome de insuficiencia de la lactancia en marranas periparturientas o MMA, lo cual provoca una hipogalaxia que se traduce a la larga en muerte por inanición.
Gráfico 1. Causas de mortalidad pre-destete. ![Estudio de factores de riesgo vinculados a la mortalidad neonatal en una granja porcina - Image 1](/_next/image/?url=https%3A%2F%2Fimages.engormix.com%2Fs_articles%2F3348_684.jpg&w=1080&q=75)
Este resultado concuerda con los obtenidos por, English et al., (1994) Spicer et al., (1996) y Dyke et al., (1997) quienes hallaron un porcentaje de muertes por inanición similares al nuestro. Nos solidarizamos con los criterios de Rodríguez et al., (1996), quienes señalan que esta causa puede tener dos orígenes: por mala habilidad materna o por incapacidad del lechón para mamar. Esto conduce a una hipoglucemia que disminuye el aporte energético y aumenta la susceptibilidad del lechón a problemas infecciosos o traumáticos. El mismo autor plantea que las muertes provocadas por aplastamiento pueden ocurrir cuando la cerda se levanta, se acuesta o realiza un movimiento brusco producidos por miedo al hombre o ruidos que se produzcan a su alrededor. En este estudio ésta causa se presentó en un 53.78 %, de los casos.
Las infecciones producidas por E. coli provocan el 11.95% de las muertes. Este problema infeccioso durante la lactación puede producir deshidratación, debilidad y muerte. Aspecto que coincide con Lazo (2007), quien demostró en un estudio realizado durante cinco año en la provincia de Villa Clara que la colibacilosis entérica porcina constituye un proceso multifactorial de presentación epizoótica difusa y con tendencia al incremento de los principales índices de la intensidad y extensidad epizoótica.
De forma general consideramos que el nacimiento parece ser una experiencia traumática para los lechones a la que muchos no sobreviven. Teniendo en cuenta que en el período de estudio, murieron 820 lechones durante la lactancia materna, (7,5%) del total de nacidos vivos, resultados que no concuerdan con los obtenidos por (Quiles, 2004), quien manifiesta que el porcentaje de mortalidad en esa etapa oscila entre 10 y 15 % de los lechones nacidos vivos. Estos resultados pudieran atribuirse a la adopción de un programa de medidas organizativas que se tomaron como una correcta selección y preparación de los trabajadores, con el fin de elevar el conocimiento sobre el manejo de la masa, al tiempo que se crearon mejores condiciones de trabajo y de vida para los integrantes del colectivo.
En el gráfico 2, se evidencia una correlación alta, positiva y significativa (p≤0.05) entre la mortalidad perinatal y la paridad.
R2= 79.9201 % CC = 0.89 Muertos = 2.46 + 1.74*Partos
![Estudio de factores de riesgo vinculados a la mortalidad neonatal en una granja porcina - Image 2](/_next/image/?url=https%3A%2F%2Fimages.engormix.com%2Fs_articles%2F3348_117.jpg&w=828&q=75)
Gráfico 2. Correlación entre la mortalidad perinatal y la paridad.Como se puede observar la mayor cantidad de cerdos muertos ocurrieron a partir del cuarto parto, lo cual coincide con Svendsen, (1992) quien señala que en el primer parto se produce el mayor porcentaje de bajas. A partir del primero, el porcentaje de mortalidad disminuye hasta el cuarto, a partir del cual comienza a aumentar. Ello es debido a una disminución de la capacidad láctea de la cerda y a que las camadas son más heterogéneas y menos vigorosas.
Por otra parte Quiles, (2004) ha observado que el aplastamiento es más elevado en cerdas multíparas que en primíparas, seguramente porque éstas últimas tienen un menor peso corporal. Aspecto que fue corroborado en nuestra investigación, Donde el 53.7% de las muertes en crías fue a causa del aplastamiento (Gráfico 1).
Así mismo Courboulay (1991), se refirió a que las reservas corporales en cerdas racionadas durante la gestación van disminuyendo según el orden de parto.
En el gráfico 3, se muestra la correlación entre la mortalidad perinatal y el tamaño de la camada.
CC = 0.88 Muertos = -51.6305 + 5.59819*Tcamada R2 = 78.237 %
![Estudio de factores de riesgo vinculados a la mortalidad neonatal en una granja porcina - Image 3](/_next/image/?url=https%3A%2F%2Fimages.engormix.com%2Fs_articles%2F3348_889.jpg&w=828&q=75)
Gráfico 3. Correlación entre la mortalidad y el tamaño de la camada. En el grafico anterior se muestra una dependencia positiva, alta y significativa (p≤0.05) entre las variables estudiadas. Esto de debe a que a medida que aumenta el tamaño de la camada disminuye el peso de las crías por lo que son mas susceptibles a morir por enfriamiento, hipoglucemia o aplastados.
En el gráfico 5, se muestra un estudio de dependencia entre el tamaño de la camada y el número de partos promedio respectivamente.
T camada = 9,68 + 0,305714*Partos R2=98,8261%
![Estudio de factores de riesgo vinculados a la mortalidad neonatal en una granja porcina - Image 4](/_next/image/?url=https%3A%2F%2Fimages.engormix.com%2Fs_articles%2F3348_239.jpg&w=828&q=75)
Gráfico 5. Correlación entre el tamaño de la camada y la paridad.Como se puede apreciar en el grafico 5, existe una correlación alta (0,99), positiva y significativa (p≤0.05) entre las variables analizadas. El tamaño de la camada se incrementa con la edad o pariciones avanzadas. Resultados que pudieran atribuirse a que en esta unidad las puercas nulípara son cubiertas con un peso adecuado (110kg) permitiendo un desarrollo correcto del aparato reproductivo, lo cual repercute favorablemente en los próximos partos del ciclo productivo de la cerda. Además que el grado de ovulación en la cerda aumenta progresivamente y de manera marcada del primero al segundo celo, del segundo al tercero y del tercero al cuarto; después del comienzo de la pubertad.
Por otra parte se ha establecido claramente Close, (2003), que la condición corporal en esta etapa afecta el rendimiento de por vida de la cerda, en términos del número total de lechones que produce y de partos que resiste.
Nuestros resultados coinciden con Machado, (2005) quien en un estudio realizado en un centro genético de la provincia de Santiago de Cuba, durante los años 2000 - 2005 obtuvo una correlación positiva entre ambos indicadores. También coincidimos con Kemp et al., (1998), quienes señalan que la cantidad de cerditos nacidos aumenta entre el 1ro y 4to parto, pero desciende desde el 8vo, con aumento de las muertes, referido a la edad el descenso se observa a partir de los 4,5 años como promedio.
En el siguiente gráfico se observa dependencia entre la mortalidad predestete y el peso al nacer.
CC = 0.787197 R2 = 61.968% Muertos = -77.8 + 52.3333*Peso al nacer
![Estudio de factores de riesgo vinculados a la mortalidad neonatal en una granja porcina - Image 5](/_next/image/?url=https%3A%2F%2Fimages.engormix.com%2Fs_articles%2F3348_149.jpg&w=750&q=75)
Gráfico 4. Correlación entre la mortalidad y el peso al nacer del cerdito.El gráfico anterior muestra la correlación positiva, alta y significativa (p≤0.05). Contrariamente a los resultados encontrados por la mayoría de los autores quienes consideran que el peso al nacimiento está asociado con la supervivencia y la vitalidad del lechón, o sea, los cerdos que nacen con un peso superior a 900 g tienen mayor probabilidad de supervivencia.
Al respecto Weary et al., (1996) Tuchscherer et al., (2000) y Casellas et al., (2004), han observado que los lechones con pesos relativos inferiores manifiestan más problemas de termorregulación debido a su radio superficie-masa corporal superior, son menos competitivos en la ubre y acaban ingiriendo menos calostro. Todo ello reduce su vitalidad y les hace más susceptibles a ser aplastados por la cerda, puesto que permanecen más tiempo cerca de ella.
Sin embargo los resultados obtenidos en este estudio no coinciden con la mayoría de estos autores, lo cual pudiera atribuirse a que en la granja de estudio el 100% de los cerdos nacidos vivos promedian un peso vivo superior a los 1000g, lo cual fue corroborado en este estudio donde solamente el 5.61% de los cerditos nacieron con bajo peso (Gráfico 1).
Teniendo en cuenta lo anteriormente señalado, se realizó un estudio retrospectivo de asociación de tipo caso control, con el objetivo de determinar si el riesgo de muerte estaba asociado al factor peso al nacer, para lo cual se utilizó una n de 233 animales como casos (Peso <1300g) y como controles (Peso >1300g) respectivamente (Tabla 3).
Tabla 3. Estudio de riesgo relativo con respecto al peso al nacimiento y la mortalidad perinatal.
Como se puede apreciar en dicha tabla, existe asociación entre el factor de riesgo (peso al nacer) y el suceso (mortalidad perinatal), con un OR = 8,5. La proporción de cerditos muertos en los animales que nacieron con un peso inferior a 1300g fue de un 78,9%, mientras que la proporción de cerditos muertos en los animales que nacieron con un peso superior a 1300g fue de 30, 4%.
El riesgo de muerte en los cerdos con peso menor a 1300g, fue de 8,5 veces más que en los cerdos con pesos superior a los 1300g. Por otra parte si logramos eliminar el factor de riesgo (PV - 1300g), se lograría reducir el 88,3 % de las muertes en este grupo de animales, y el 69.7 % en la población total. Es decir si se trabaja en función de mejorar la alimentación de las cerdas en el último tercio de la gestación para lograr mayor peso vivo al nacimiento, se logrará reducir considerablemente la mortalidad perinatal, ya que la reducción absoluta de riesgo es de 0.48, o sea, que por cada 100 cerditos que logremos que nazcan con mas de 1300 g, podemos evitar 48 casos de muerte, siendo la reducción relativa de riesgo de 75%, es decir, se evita el riesgo de muerte en un 75% cuando los cerdos nacen con un peso superior a 1300g.
En la tabla 4, se muestra el riesgo de muerte de los animales que nacieron en la época de invierno, fue de 4,7 veces más que los que nacieron en verano.
Tabla 4. Estudio de riesgo relativo con respecto a la época de parto nacimiento y la mortalidad perinatal.
Si se logra eliminar los efectos de las bajas temperaturas, las muertes en los animales expuestos a dichas condiciones se reducen a un 78.9%, y en la población total a un 56.9 %. Esto se logra mejorando la asistencia al parto y el manejo del recién nacido. Según Faccenda, (2005), los cerditos no deben ser aislados de la madre hasta el final del parto para que puedan consumir todos juntos el calostro; durante la espera los lechones son colocados en una caja confortable dentro de la jaula. Mientras que Ruiz et al., (2004), manifiesta que inmediatamente después de nacer hay que estimular las crías y secar los líquidos del parto. Teniendo en cuenta que la evaporación del líquido que impregna la piel de los lechones provoca hipotermia (una disminución de la temperatura corporal), se entiende que el nido mejora las condiciones ambientales en las que nacerán los lechones creando un microclima que impida la hipotermia.
Al realizar una valoración económica por pérdidas por concepto de mortalidad, se pudo constatar que de 10 871 nacimiento que hubo en el período estudiado 820 (7.5%) murieron antes del destete. Si estos cerditos hubiesen llegado al destete con un peso promedio de 7,5kg (peso alcanzado en la unidad) y con un precio de venta de $2,82/kg de peso vivo. Se hubiesen vendido 820 cerdos (6150 kg de carne en pie) que representaría un ingreso de $17343.
Conclusiones:
1. Las principales causas de mortalidad en las crías durante el periodo de lactación fueron inanición, aplastamiento y colibacilosis.
2. Existe correlación positiva entre el porcentaje de mortalidad en las crías y la paridad, el tamaño de la camada y el peso al nacimiento.
3. Existe correlación positiva entre la paridad y el tamaño de la camada.
4. El riesgo de muerte en los cerditos que nacieron con un peso inferior a 1300g es 8.5 veces mayor que los cerdos que nacieron con un peso superior a 1300g. Así como los que nacen en invierno tienen un riesgo de morir de 4.7 veces más que los que nacen en verano.
5. Las pérdidas por concepto de mortalidad predestete fueron de $17343.
Recomendaciones:
Continuar realizando estudios de este tipo teniendo en cuenta otros factores de riesgo como: manejo, instalaciones, alimentación, nivel inmunitario, tipo genético y producción lechera.
Anexo 1. Tablas de contingencia: Tablas 2x2 simples (Peso al nacer)
Anexo 2. Tablas de contingencia: Tablas 2x2 simples (Época del año)