Introducción
Durante la gestación se debe restringir el consumo de alimento de las cerdas con el objetivo de prevenir una excesiva ganancia de peso. La sobrealimentación tiene repercusiones tanto productivas como reproductivas afectando directamente su permanencia en la piara (Quesnel et al., 2009). La incorporación de ingredientes fibrosos a la dieta de estas cerdas debe hacerse buscando una dilución en la densidad de nutrientes que permita incrementar la oferta de alimento induciendo a saciedad, al tiempo que la ingesta se puede diferir a más de una comida por servida, lo que resulta una opción para controlar la voracidad de cerdas dominantes, mientras se previenen conductas antagonistas, contribuyendo al bienestar de los animales.
El objetivo de este trabajo fue analizar los patrones del consumo de alimento durante los últimos 2 tercios de la gestación ofreciendo una dieta con 30% de rastrojo de maíz (RM).
Material y Métodos
Se usaron 82 cerdas en gestación entre 1 y 6 partos previos, agrupadas en 6 bloques (por grupos de producción). Al día 42 de gestación comenzó la fase experimental, las dietas se ofrecieron dos veces al día (0700 y 1700 hrs); los tratamientos, Control y rastrojo de maíz (RM), fueron asignados al azar, tomando en cuenta el peso de las cerdas y el número de partos.
El tratamiento Control, se ofreció de manera restringida (cantidad calculada en el modelo de predicción del NRC) durante todo el periodo de la gestación. La dieta con RM se calculó para compensar la dilución energética con el consumo, ajustando la densidad de nutrientes para resultar en una ingesta diaria similar, cuando el consumo diario de alimento (CDA) del Control fuera de 2.56 kg/día y de 3 a 3.4 kg/día con RM.
En el caso de la dieta con RM, la oferta del alimento fue a saciedad, admitiendo rechazos mínimos del 10% a fin de asegurar el consumo a libertad; un rechazo excesivo, se pesaba y se tomaba una muestra para su posterior análisis bromatológico. Para el nivel de inclusión de rastrojo a la dieta, se tomó en cuenta el tamaño de partícula del rastrojo en cuestión, el costo asociado al proceso de molienda y la capacidad de carga de la mezcladora, habiéndose establecido el gasto de energía necesario para elaborar la mezcla. La eficiencia del mezclado se logró sacrificando un 30% de la capacidad total de la mezcladora debido al gran volumen que genera el RM, llegando al nivel del 30% de inclusión.
Las cerdas fueron pesadas al día 42 y 109 de gestación y al destete (día 21). Una vez que las cerdas rebasaron los 105 días de gestación, se les adaptó a la dieta de lactación usando la misma metodología de la dieta fibrosa sirviendo, 2.4 kg de alimento al día hasta el momento del parto. Una vez que las cerdas parieron, se ofreció alimento de lactación con incrementos escalonados de 0.5 kg por día hasta alcanzar el consumo máximo durante la lactación. El número de lechones por camada se ajustó a un mínimo de 10, dentro de las primeras 48hrs posparto, haciendo las adopciones necesarias, se analizaron las variables que describen la productividad de las cerdas, usando los procedimientos GLM, MIXED y REG del paquete estadístico SAS. Se usó un modelo de bloques completos al azar observaciones repetidas en el tiempo. En el modelo se consideró el efecto de la dieta, el período de gestación y su interacción. Las medias se separaron usando el método de la diferencia mínima significativa.
Resultados y Discusión
El consumo se mantuvo constante durante toda la gestación en las cerdas de la dieta control, mientras que las cerdas alimentadas con la dieta de RM fueron incrementando su consumo con una gran variabilidad, aumento que se detuvo a partir del día 73 de gestación (P<0.05), e incluso llegó a disminuir al final de la gestación, notablemente, a partir del día 90 de gestación (P<0.05). Quizá el crecimiento de los productos de la concepción fue lo que pudo llegar a limitar la capacidad física de consumo de la cerda. Con la dieta que contuvo RM, se estimó una demanda mínima de consumo igual a 3.4 kg/día para el promedio de las cerdas, dada una densidad energética de la dieta de 2.6 Mcal/kg de energía metabolizable (EM). En el promedio de las observaciones, las cerdas alcanzaron esta ingesta una vez pasados los primeros nueve días del período experimental. Así, mientras las cerdas Control consumieron 8.5 Mcal de EM/día, las cerdas alimentadas con la dieta rica en RM alcanzaron 9.7/día en el promedio de la gestación (P<0.01). Sin embargo, es importante destacar que la variación asociada al consumo de la ración con RM fue alta (CV = 29%), por lo que solo un 37.5% de las cerdas resultaron con un CDA excesivo. Rentería et al., 2008 mostro que, aunque la digestibilidad aparente de energía sea baja usando una dieta fibrosa, está se ve compensada con el aumento del CDA, resultando en un consumo energético similar o mayor al de una dieta control a base de maíz-soya.
Las cerdas en el Control consumieron en el promedio de la gestación aproximadamente 2 kg/día de ingredientes con glúcidos solubles, en RM este consumo aproximó 1.7 kg diarios, por lo que es difícil atribuir la diferencia en consumo durante la lactación (y la consecuente pérdida de peso) a la mayor ingesta de energía de las cerdas alimentadas con RM.
Conclusiones
Hay una gran variación en los consumos de alimento en gestación usando la dieta RM, pero las repercusiones de un consumo excesivo sobre la productividad durante la lactación no fueron tan graves, como habrían resultado de un consumo similar de EM con una dieta sorgo-soya.
Implicaciones
El RM puede ser usado como ingrediente para las cerdas en gestación; su efectividad para prevenir consumos exagerados de energía depende del cálculo de las dietas y es aparente que tendrían que usar niveles de éste ingrediente mayores al 30% para prevenir consumos excesivos de EM; es probable que con niveles crecientes de RM en consecutivas fases de alimentación se pudiera alcanzar el objetivo de restricción.
Referencias
1. Quesnel H et al., 2009. J. Anim. Sci. 87: 532-543:
2. Rentería JA et al., 2009 J. Anim. Sci. 86: 2568-2675