El sector porcino constituye una parte importante en la economía española, sometiéndose a un constante desarrollo para mantener y fortalecer su posición en el mercado nacional e internacional. La cerda doméstica es una hembra poliéstrica continua que, en condiciones favorables, presenta ciclos reproductivos durante todo el año. Además, en las últimas décadas, gracias a la selección genética se han desarrollado líneas genéticas de reproductoras altamente productivas, caracterizadas por poseer índices de fertilidad y prolificidad muy altas.
El ciclo sexual está regulado por el eje hipotalámico-hipofisario-ovárico, que funciona gracias a la retroalimentación positiva y negativa endocrina. Conociendo su funcionamiento, se han planteado protocolos hormonales que pretenden sincronizar los ciclos sexuales de las reproductoras, permitiendo agruparlas en bandas de cubrición y parto para aumentar su eficiencia reproductiva y facilitar la labor a los operarios. Aparte del componente hormonal, existen numerosos factores que influyen en los resultados reproductivos, como la nutrición, las condiciones ambientales y la estacionalidad reproductiva. Mediante correctas prácticas de manejo se puede potenciar la productividad de las cerdas, además de mejorar su bienestar.
Cuando el proceso productivo falla en estas fases de celo, ovulación y primer tercio de la gestación, la cerda puede no quedar preñada, y en caso de que quede, puede sufrir pérdidas embrionarias, manifestándose en la granja en forma de repeticiones del celo y si la fala de gestación se acompaña de infección observaremos descargas vulvares previas al siguiente celo.
Por ello, es esencial el estudio y la aplicación de condiciones adecuadas para cada estado reproductivo, esto nos ayudará a alcanzar la máxima rentabilidad y un adecuado ritmo reproductivo en la granja, obteniendo así suficientes ovocitos de calidad durante el desarrollo folicular. Así como, a aumentar la supervivencia embrionaria y obtener camadas numerosas y homogéneas, durante la fecundación y el primer mes de la gestación.
En un Trabajo Fin de Grado en veterinaria de la Universidad de Zaragoza (España) se realizó una revisión bibliográfica acerca de los procesos fisiológicos y endocrinos que ocurren durante el ciclo reproductivo de la cerda, especialmente durante el celo, y en el primer trimestre de gestación. Además, se pretende estudiar las posibles alteraciones que se pueden producir a causa del fallo de manejo (alimentación, temperatura, prácticas de sincronización de los celos, de inseminación artificial, entre otros), de la utilización de tratamientos farmacológicos y terapias hormonales, de la estacionalidad, entre otros. Todos estos factores que repercuten sobre la cerda, pueden determinar si se consiguen unas tasas de fertilidad y prolificidad adecuadas, por lo que analizar qué circunstancias son favorables y desfavorables, resulta de especial interés para alcanzar la eficiencia reproductiva esperada; según la genética de la cerda.
Las conclusiones del trabajo fueron:
1.- El desarrollo folicular, la ovulación, la fecundación, la implantación y el desarrollo embrionario son procesos endocrino-dependientes. Sin embargo, son influenciados por factores como la nutrición, las condiciones ambientales y la estacionalidad reproductiva.
2.- La alimentación es un factor determinante de la eficiencia reproductiva. La administración de dietas ricas en energía, idealmente aportada a través de nutrientes insulino-estimulantes como los hidratos de carbono, se relaciona con tasas de ovulación más altas y mayor calidad folicular y supervivencia embrionaria. En cambio, la aplicación de dietas deficientes resulta en un intervalo destete-salida al celo más largo y de menor prolificidad.
3.- La aplicación del flushing y la suplementación alimentaria puede potenciar la capacidad productiva de las cerdas, estimulando la secreción de insulina e IGF-1 y reduciendo los efectos perjudiciales producidos por la acumulación de sustancias como la homocisteína y los radicales libres
4.- La cerda es un animal muy susceptible de sufrir estrés térmico, condición que influye negativamente sobre su eficiencia reproductiva. La estacionalidad reproductiva, manifestada principalmente en las cerdas nulíparas y primíparas, coincide con el fotoperiodo de días cortos durante los meses de verano y otoño en los que hay menor secreción de melatonina, observándose retrasos en la pubertad, un aumento de repeticiones de celo y una reducción de la prolificidad.
5.- El control de la temperatura y la aplicación de sistemas de ventilación e iluminación, pueden compensar el estrés térmico, el estrés oxidativo y los efectos negativos de la estacionalidad reproductiva.
6.- La aplicación de protocolos de sincronización del celo han permitido la agrupación de las reproductoras en bandas de cubriciones, optimizando la carga de trabajo y aumentando su eficiencia reproductiva. El uso de gonadotropinas induce la salida en celo en las épocas de anestro estival reduciendo el fallo reproductivo. La utilización de análogos de la GnRH para inducir la ovulación permite la realización de una única inseminación por cada cerda, con una reducción de costes y mejor organización del trabajo.
7.- El fallo reproductivo en la cerda se manifiesta principalmente en forma de anestro, repeticiones del celo y abortos, resultando en un aumento de los días no productivos, incremento de la tasa de reposición y de los costes en la granja. Existen numerosas causas que impiden alcanzar el éxito reproductivo como la presencia de infecciones y desequilibrios 28 hormonales, por ello es esencial mantener un buen control sanitario de las reproductoras y aplicar buenas prácticas de manejo.