Como es bien sabido por todo el mundo, la producción porcina actual ha mostrado un desarrollo espectacular en los últimos años, alcanzando unos niveles de producción impensables hace no muchos años. Esto ha sido posible por el avance experimentado en los principales pilares que sustentan la producción porcina.
Estos avances tecnológicos junto a las nuevas pautas de manejo derivadas del trabajo con las nuevas líneas de cerdas hiperprolíficas, que en los últimos años experimentado un crecimiento espectacular, han hecho que algunos de los tradicionales problemas reproductivos que en el pasado habían bajado su incidencia fuertemente, por desgracia, hayan vuelto a aparecer en las granjas causando serios trastornos a los productores. Si bien esto es cierto, también lo es que actualmente contamos con herramientas que nos permiten minimizar el impacto de dichos problemas.
Uno de los principales problemas reproductivos es el síndrome del segundo parto, derivado de una mala condición al destete de las hembras primerizas.
Síndrome del segundo parto y condición corporal al destete
En cualquier granja con una tasa de renovación anual correcta del 40-50 % el porcentaje de hembras primerizas, hembras que han parido una vez y van a hacer el segundo parto, oscila entre el 17 y 20 %.
Pilares de la producción porcina
Es imprescindible tener buenos resultados productivos en las primerizas para que el global de la granja obtenga unos resultados técnicos y económicos óptimos.
En las granjas actuales, altamente tecnificadas y con las líneas genéticas con las que se trabaja, es muy habitual que en el primer parto de la cerda se obtenga un excelente desempeño reproductivo (fertilidad a parto y nº de lechones nacidos).
En la figura 1 se observa que las cerdas que van del primer al segundo parto tienen de media 9,3 días de intervalo destete–salida a celo, es decir, un intervalo anormalmente alargado. Este intervalo baja ya a los 6,6 días en las cerdas destetadas que van del segundo al tercer parto y, a partir de este momento, se normaliza entre los 5 y 6 días.
La figura 2 muestra que algo más del 21 % de las cerdas que van del primer al segundo parto presentan anestro, es decir, ciclan con más de 10 días desde el destete. Este porcentaje de hembras anéstricas se reduce al 9,82 % en las cerdas que van del segundo al tercer parto y continúa cayendo en las cerdas con mayor número de ciclos hasta alcanzar el 6º parto, punto a partir del cual se vuelve a incrementar ligeramente para las hembras “viejas”.
El síndrome de segundo parto
En muchas ocasiones, estos excelentes resultados del primer parto se vienen abajo en el segundo por la aparición del síndrome del segundo parto, un trastorno reproductivo que se manifiesta por los siguientes signos:
1. Anestro posdestete: alargamiento del intervalo destete-celo, >7 días (figuras 1 y 2).
2. Infertilidad: tasa de partos <85 %. En muchas ocasiones no llegan ni al 80 %.
3. Disminución del número de lechones total nacidos: <11 lechones.
Y, como consecuencia de todo esto:
- Incrementa el sacrificio de cerdas jóvenes.
- Aumentan los costes de reemplazo.
Figura 1. Influencia del número de ciclo sobre el intervalo destete-celo.
Figura 2. Influencia del número de ciclo sobre el porcentaje de anestros (IDC >10 días).
En ambos casos se observa que el alargamiento del intervalo destete-salida a celo, uno de los principales signos del síndrome del segundo parto, se produce principalmente en las hembras más jóvenes, es decir, las que van del primer al segundo parto.
¿Cuál es su origen? Este síndrome está ampliamente distribuido en todas las granjas de alta producción del mundo, apareciendo al menos uno de los signos anteriores en el 80 % de las granjas, dos en el 40 % y el síndrome completo, con los tres signos anteriormente mencionados, en el 10 % de las explotaciones.
La figura 3 refleja claramente este problema: en ella se observa que las cerdas que en el primer parto tienen alta productividad (línea verde) son las que sufren el problema, que no aparece en aquellas de productividad media (línea azul) o baja (línea roja).
En el origen de este cuadro se encuentra la pérdida de peso relativamente alta que se produce durante la primera lactación llegando las hembras al destete con una pobre condición corporal.
Figura 3. Influencia del número de lechones nacidos en el primer parto sobre toda la vida productiva de la cerda.
Una hembra de primer parto debe comer para mantenerse, crecer y producir leche para la camada pero el problema es que el consumo de pienso durante la lactación a menudo no es suficiente para cubrir todas estas necesidades.
Uno de los puntos de trabajo actuales para aumentar el tamaño de los lechones al nacer es mejorar la condición corporal de las hembras destetadas en el ciclo anterior. El objetivo es que los ovocitos liberados sean todos de buena calidad y tengan un ritmo de crecimiento parejo, para ganar uniformidad en la camada siguiente.
Consecuencias del déficit en el consumo de pienso
Una hembra primeriza en lactación debería comer 7,5-8 kg diarios; sin embargo, el consumo de pienso medio de una primeriza rara vez supera los 6-7 kg/día y, en ocasiones, no llega ni a los 6 kg/día.
Este déficit energético perturba el funcionamiento hormonal al destete. Esto genera un pico de LH retardado e inferior al normal que conlleva infertilidad, debido a:
- Retorno a celo tardío.
- Ovulación retrasada.
- Tasa de progesterona inferior a la normal.
Además, la tasa de ovulación de este tipo de hembras es inferior y, lo que es más importante, los ovocitos liberados son de menor calidad.
Como consecuencia de todo ello, aparecen los siguientes problemas:
- Viabilidad embrionaria reducida.
- Aumento de la mortalidad embrionaria.
- Camadas cortas.
- Lechones más heterogéneos al nacer.
¿Cómo se puede minimizar su efecto?
Para reducir las consecuencias del síndrome de segundo parto existen dos alternativas:
Tradicional
Para solucionar este problema reproductivo, tradicionalmente se han recurrido a estrategias para:
- Estimular a las hembras a comer más durante la lactación.
- Saltarse el primer celo tras el destete.
Esto conlleva una recuperación de la condición corporal y, lo más importante, un cambio de estado metabólico, pasando de estado catabólico a anabólico. Además, este retraso en la cubrición permite garantizar una buena involución uterina.
El problema es que saltarse un celo tiene un coste importante en cuanto a días no productivos, al menos 21, que con un coste de 2,5-3 €/día, hace que esta práctica tenga un coste mínimo de 52,5-63 € por cerda en la que se haga.
Altrenogest
Desde hace unos años, existe una nueva herramienta de trabajo: Altrenogest. Aunque, inicialmente, su uso estuvo restringido a la sincronización de hembras nulíparas, actualmente tiene importantes aplicaciones al destete.
Una de sus principales funciones es minimizar el efecto del síndrome de segundo parto.
¿Qué es Altrenogest?
Altrenogest es un progestágeno oralmente activo que tiene una acción similar a la de la progesterona natural; es decir, impide que la hembra salga en celo.
La administración por vía oral de Altrenogest suprime el ciclo estral y elimina los signos de celo y la ovulación. Una vez que se suprime su administración, se reinicia la liberación de las hormonas naturales. La GnRH se libera por parte del hipotálamo, la FSH y la LH son liberadas por parte de la hipófisis y, consecuentemente, las hembras vuelven a salir a celo.
Es importante dejar claro que Altrenogest no provoca la salida a celo de la hembra sino que durante su administración la bloquea; por lo tanto, el ciclo sexual se reinicia una vez que se suprime su administración.
¿Cómo se usa?
El uso de Altrenogest al destete es válido tanto para las hembras que acaban de terminar su primera lactación como para todas aquellas hembras que al destete presenten una baja condición corporal, independientemente del número de partos que tengan; y permite:
- Retrasar la salida a celo unos días para permitir la recuperación de la hembra.
- Cambio de estado fisiológico de la cerda, de catabólico a anabólico.
- Completar correctamente la involución uterina.
- Disminuir el porcentaje de anestros.
- Mejorar los parámetros productivos del ciclo siguiente.
Protocolo de aplicación
Aunque en el trabajo anterior la administración del Altrenogest se inicia el mismo día del destete, es más recomendable el hacerlo el día anterior al mismo y nunca el día después. La forma recomendada de trabajo se explica en el cuadro.
Si comparamos esta forma de trabajo con la tradicional de saltarse el primer celo tras el destete, vemos que supone una reducción de alrededor de 15 días no productivos, 11 o 12 días con la aplicación del Altrenogest frente a los 26 días que conlleva el saltarse el primer celo.
Protocolo de aplicación del Altrenogest en hembras delgadas y de 1er parto
Dos días antes del destete se procede a la identificación de las hembras que van al segundo parto y de todas aquellas que presenten una condición corporal pobre, independientemente del número de partos que tengan.
Al día siguiente, es decir, el día de antes del destete se inicia la aplicación del Altrenogest. El día del destete se aplica igualmente el producto y este grupo de hembras es destetado de la misma forma que sus compañeras de banda, acompañándolas a la zona de destete-cubrición de la granja donde recibirán el mismo manejo nutricional que sus compañeras, flushing, alimentación con pienso de lactación, etc.
La aplicación del Altrenogest se prolonga durante 6 días más tras el destete, de forma que el número total de días de aplicación del producto es de 8 días (un día previo al destete, el día del destete y seis más). Con esta práctica, el último día de aplicación del producto es el día anterior al día del siguiente destete de las hembras que han seguido el flujo normal de la granja. Como las hembras que han tomado Altrenogest vuelven a ciclar espontáneamente a los 4 o 5 días tras el cese de la aplicación del producto, este hecho hace que las hembras que han tomado Altrenogest salgan a celo junto con las hembras del destete de la semana siguiente, pasando a formar parte de la siguiente banda de producción.
Si esta forma de trabajo se realiza de forma continua, no hay disminución en la cuota de cubriciones semanal, excepto la primera vez que se realiza, ya que cada banda de producción pasa a la semana siguiente un grupo de hembras pero recibe otro de la banda anterior. Por lo tanto, el número de cubriciones semanales se mantiene prácticamente constante y el flujo de producción no se resiente.
Estudio
Cabe citar un trabajo de Pereida et al., presentado en el IPVS de 2012, sobre el uso de Altrenogest durante 7 días desde el mismo día del destete en hembras destetadas de primer a segundo parto, cuyos resultados se muestran en las figuras 4-6. Como se observa:
- La fertilidad a parto en este grupo de hembras subió de un 80,7 % a un 90,0 %.
- El número de lechones totales ascendió de media 0,3 lechones.
- Los días no productivos medios disminuyeron de 79,3 a 54,8 días, es decir, una reducción de 24 días y medio por cerda.
Esta reducción en 24 días de los días no productivos y las mejoras en la productividad, tanto en la tasa de partos como en prolificidad, compensan fuertemente la inversión realizada.
Figuras 4-6. Resultados de la aplicación de Altrenogest durante 7 días en hembras de 2º parto.
La importancia del intervalo destete-celo
El alargamiento del intervalo destete-celo es uno de los factores que más influyen en los resultados productivos de las granjas (figuras 7 y 8), de forma que las cerdas que ciclan entre:
- Los 3 y 6 días tras el destete: siempre tienen los mejores resultados productivos tanto en fertilidad a parto como en prolificidad.
- 7-10 días posdestete: normalmente tienen los peores resultados de todas las hembras de la granja.
Para reducir el intervalo destete – salida a celo no hay mejor estrategia que el trabajo intenso con varios machos a la vez desde el mismo día del destete.
Por supuesto que, para evitar el deterioro de la condición corporal, también es necesario implementar estrategias para incrementar el consumo durante la lactación:
- Levantar a las cerdas varias veces al día.
- Limpieza diaria de los comederos.
- Suministrar pienso fresco varias veces al día: usar dietas concentradas.
- Vigilar fermentaciones del pienso: las altas temperaturas de las salas de partos hacen que la fermentación aparezca rápidamente.
- Suministro de agua a libre disposición.
- Caudal de agua mínimo: 3-3,5 litros/minuto. Suplementar agua.
- Refrigerar las salas de partos.
Figura 7. Influencia del intervalo destete-celo sobre la fertilidad a parto.
Figura 8. Influencia del intervalo destete-celo sobre los nacidos totales.