INTRODUCCIÓN
Los sistemas de producción utilizados en las granjas argentinas, han cambiado a lo largo de las dos últimas décadas. Los establecimientos de producción son más grandes y el manejo más intensivo. Por otra parte, se introdujeron nuevas líneas genéticas maternas; capaces de producir camadas de mayor tamaño, con más peso al nacer, y con mayor producción de leche. Lo anterior hace excesivamente alta la demanda nutricional1,5.
Las cerdas durante el embarazo, necesitan minerales para formar tejidos y órganos fetales. En éstos animales al momento de la lactancia la principal necesidad mineral es para la producción de leche. Se debe tener en cuenta que la absorción se puede incrementar durante la última etapa del embarazo y de la lactancia, cuando los requerimientos minerales son más altos4.
La cerda reproductora agotará la reserva de minerales de los tejidos antes de modificar el tamaño de la camada, en desarrollar anomalías congénitas o modificar la composición mineral de la leche. Según Mahan (1990), durante el embarazo hay gran transferencia de los minerales de la cerda al feto, lo que indica la mayor suplementación durante esta fase para recuperar los depósitos y evitar el agotamiento, principalmente de los minerales traza2,4.
Las necesidades fisiológicas de calcio (Ca) y fósforo (P) aumenta durante la última etapa de la gestación y lactancia cuando las demandas fetales para el desarrollo y la secreción de la leche son más altos. En consecuencia, la cerda con una alta producción de leche puede tener una mayor demanda de Ca y P que los animales de la productividad media. Si las demandas fisiológicas de Ca y P no se cubren con la ración diaria, se utilizaran las reservas de minerales óseos para satisfacer esta necesidad funcional. Con respecto al magnesio (Mg), la dieta que proporciona 400 ppm durante la gestación y 150 ppm durante la lactancia permite un adecuado desempeño de la producción de leche4,5.
A nivel regional, no están reportados valores de referencia con respecto a los minerales en cerdas gestantes, según la raza, genética, edad, tipo de nutrición y de manejo. Por lo expresado anteriormente; es nuestro objetivo evaluar los niveles en suero de los macrominerales: calcio, magnesio y fósforo en cerdas nulíparas gestantes de diferentes líneas genéticas en sistemas intensivos de granjas del centro del Litoral Argentino.
MATERIAL Y MÉTODOS
Las muestras de sangre se extrajeron de 69 cerdas nulíparas gestantes sanas, de dos líneas genéticas comerciales, pertenecientes a establecimientos intensivos de las provincias de Santa Fe (genética SF) y Entre Ríos (genética ER). Los animales fueron alimentados con una dieta balanceada en base a maíz y expeler de soja.
Se extrajeron las muestras de sangre de la vena yugular, colectándose en tubos de ensayo sin anticoagulante para la determinación serológica de minerales. Las muestras de suero libre de hemólisis fueron transportadas en nevera portátil con hielo seco al laboratorio para su refrigeración a - 20°C hasta el momento de su procesamiento. Se determinaron las concentraciones séricas de calcio, fósforo inorgánico, y magnesio por espectrofotometría UV-visible (Metrolab) y autoanalizador Metrolab 2300 Plus.
El análisis de los datos fue realizado con un programa estadístico Infostat. Los valores atípicos fueron identificados y se eliminaron de los datos previos al análisis estadístico, donde se aplicó ANOVA.
RESULTADOS
Los valores promedios y desvío estándar de los macrominerales en suero obtenidos del análisis estadístico en dos líneas genéticas de cerdas gestantes nulíparas en producción intensiva, se detallan a continuación para la genética SF y ER respectivamente:
* Ca (mg/dL): 9,18a ± 1,65; 11,14b ±1,97.
* Mg (mg/dL): 2,14 ± 0,52; 2,13 ± 0,62.
* P (mg/dL): 6,99a ± 1,49; 7,7b ± 1,62.
DISCUSIÓN
Los parámetros de los macrominerales se ven afectados por una gran variedad de factores, entre los que incluyen: edad, sexo, raza, genética, nutrición, estado de salud, medio ambiente y estrés1,3. En el presente trabajo, estos factores fueron considerados para lograr una buena interpretación de los resultados.
En las cerdas nulíparas gestantes, los valores medios de los parámetros calcio, magnesio y fósforo fueron normales para ambas genéticas.
Los macrominerales calcio y fósforo fueron más bajos en los animales con la genética SF, ambos con diferencias significativas (p < 0,05), citada en los resultados con letras diferentes (a y b).
Excepto el caso del magnesio, podemos decir que los valores medios fueron más altos en las cerdas nulíparas con genética ER. Lo anterior se podría atribuir a la diferente cruza de los animales, a la nutrición y al manejo de los mismos en las granjas con genéticas diferentes 1,3.
El artículo deriva de un Proyecto CAI+D perteneciente a la Universidad Nacional del Litoral, cuyos integrantes actualmente ensayan dietas con distintas fuentes minerales en producción porcina.