RESUMEN
Se utilizaron 88 cerdos YL x CC21 machos castrados y hembras (1:1) de 75 días de edad y peso vivo promedio de 24.3 kg en condiciones de producción rural. Los cerdos fueron distribuidos según un diseño de bloques al azar en dos tratamientos experimentales y cuatro réplicas por tratamiento. Cada tratamiento estuvo representado por un tipo de dieta y cada réplica por un corral de 11 animales. Las dietas experimentales consistieron en el suministro de un pienso B de mediana calidad plus miel B de caña de azúcar ó ensilado de yuca enriquecido elaborado artesanalmente como fuente energética en la ración. Se ofreció un nivel medio de proteína en ambas dietas.
Al valorar las características organolépticas del ensilado se observó un color amarillo-rojizo de tonalidad carmelitosa y de consistencia pastosa, con olor avinagrado y ligeramente a pescado. El valor de pH alcanzó 4.8 el día 42 del proceso. No hubo efecto significativo (P>0.05) sobre el consumo de materia seca (2.80 y 2.79 kg/día), la ganancia de peso (802 y 812 g/día) y el peso final (102 y 103 kg). Los valores de consumo de miel B fueron inferiores a los del ensilado de yuca enriquecido (1.61 y 2.43 kg/día), respectivamente.
El ensilado de yuca enriquecido con residuos de pescado, puede ser utilizado como fuente de energía en la dieta de cerdos en crecimiento-ceba sin que se afecte el rendimiento productivo de los animales, lo que permite una considerable reducción en la importación de alimento para estas categorías de animales.
INTRODUCCIÓN
La utilización de materias primas alternativas en la alimentación porcina con el objetivo de sustituir importaciones y reducir la competencia con la alimentación humana preservando el medio ambiente, constituy
e un reto para los
nutricionistas, así como para los pequeños y medianos productores en la búsqueda de soluciones para lograr producciones ecológicamente sostenibles y eficientes (Lon Wo 1995). En las zonas tropicales se encuentra disponible una amplia variedad de recursos que son factibles de ser utilizados en la alimentación animal. Entre estas opciones se incluyen las raíces y tubérculos. La producción animal se encuentra severamente limitada por recursos alimentarios inadecuados. La escasez de alimentos, tanto en cantidad como en calidad, restringe el nivel de productividad de los animales.
En Cuba, se han desarrollado múltiples alternativas de alimentación para el ganado porcino. Los campesinos han implementado una opción para alimentar a los cerdos basada en la producción de ensilado de yuca artesanal de buena calidad utilizando raíces y tubérculos como la yuca y el boniato. Por otra parte se han realizado estudios sobre el ensilado de granos de sorgo en la alimentación porcina (Marrero et al 2009a; Arias et al 2009) y el ensilado biológico de pescado con yuca y boniato como sustratos fermentables (Marrero et al 2009b), con muy buenas perspectivas para su utilización en la alimentación de los cerdos en crianzas porcinas a pequeña y mediana escala. Estas opciones permiten cubrir los requerimientos de los animales con altas producciones de carne, a un costo modesto (Santos et al 2009) y reducir considerablemente la importación de alimentos.
El ensilado de productos y subproductos es una técnica sencilla y eficaz para conservar los alimentos, es un proceso de conservación en estado húmedo mediante fermentación que conduce a la acidificación, en unos reservorios especiales denominados silos, al abrigo del aire, la luz y la humedad exterior (Argamentería et al 1997; Cañete y Sancha 1998). Este procedimiento es apropiado, eficiente y al alcance de campesinos y familias rurales para mejorar el uso de sus recursos alternativos. En los países desarrollados el ensilado es el método más empleado para la conservación de cultivos y es un tema que ha sido investigado ampliamente. Sin embargo, el ensilado de cultivos y tubérculos ha recibido poca atención de parte de investigadores y agentes de extensión, particularmente en Cuba.
El presente estudio revisa los esfuerzos y los resultados de la promoción del uso del ensilado de la raíz de yuca con residuos de pescado por parte de los campesinos y productores de carne de cerdo en Cuba y tuvo como objetivo conocer el efecto sobre los principales rasgos de comportamiento animal de la inclusión de este alimento en sustitución de la miel B de caña de azúcar como fuente energética en la dieta.
MATERIALES Y MÉTODOS
El experimento se realizó en una instalación de un productor porcino. Se utilizaron 88 cerdos machos castrados y hembras en proporción 1:1 de cruce comercial Yorkshire x Landrace x CC21 de 75 días de edad y con un peso vivo de 24.3 kg como promedio, distribuidos según un experimento diseñado en bloques al azar en dos tratamientos experimentales y cuatro réplicas por tratamiento. Cada tratamiento estuvo representado por un tipo de dieta y cada réplica por un corral con capacidad para 11 animales. Los cerdos se alojaron en corrales colectivos de estructura metálica y piso de cemento de 13.2 m2 en una nave abierta y techada. Los animales se pesaron al inicio y al final de la prueba y dispusieron de agua las 24 horas del día mediante bebederos automáticos del tipo de tetinas.
Los tratamientos experimentales consistieron en suministrar un pienso B (concentrado balanceado de mediana calidad basado en harina de soya, maíz y un 30 % del subproducto cubano del trigo, obtenido de la molinería del trigo en la industria alimenticia cubana) en dietas de miel B de caña de azúcar, ó ensilado de yuca enriquecido con residuos de pescado (nombrado por el campesinado cubano como "yogurt de yuca"), como fuentes de energía. La fórmula del pienso B utilizada se expone en la tabla 1.
Algunas características de la composición química del pienso B y de la miel B se muestran en la tabla 2.
Para obtener el ensilado de yuca enriquecido se utilizaron raíces de yuca fresca, residuos de pescado (cabezas, vísceras, espinas, piel y cola), harina de maíz y yogurt comercial de soya con los niveles de inclusión referidos en la tabla 2. Las raíces de yuca y la harina de maíz se produjeron en la finca del productor y el yogurt comercial fue elaborado en la fábrica procesadora de productos lácteos de Bauta (Balkan), Provincia La Habana, este contiene Lactobacillus acidophilus y Streptococcus thermophilus. Los residuos de pescado fueron obtenidos a partir de los desechos del procesamiento y fileteado de la pesca comercial.
La yuca después de lavada y el residuo de pescado, fueron molidos por separado en un molino de martillo rústico y a continuación se colocaron junto con la harina de maíz en las proporciones indicadas en la tabla 3 en tanques plásticos con capacidad de 100 kg. Posteriormente se añadió agua hasta cubrir el material mezclado por una lámina de aproximadamente 5 cm por encima y se dejó reposar bien tapado durante 72 horas. Después de este tiempo se añadió a esta mezcla 2 kg del yogurt comercial por cada 100 kg del material mezclado, se taparon totalmente los tanques y se dejó en reposo durante seis semanas. Pasados los 42 días se destaparon estos recipientes y se homogenizó el contenido de forma manual. Durante el tiempo que se usó el producto estos recipientes estuvieron tapados para evitar que se contaminara con agua de lluvia y se revolvió cada vez que se hizo una extracción del mismo. El consumo de este alimento fue controlado diariamente.
La miel B de caña de azúcar se ofreció al inicio del ensayo en cantidades que oscilaron entre 500 y 700 g de miel/cerdo/día, después se ofertó a voluntad, con incrementos progresivos de este ingrediente del orden de 200 g/cerdo/día cada vez que no amaneció sobrante en los comederos. Diariamente se pesó el sobrante de miel B a primera hora de la mañana para poder controlar el consumo de este ingrediente de la dieta.
Estas dietas se suministraron a los cerdos según una escala de alimentación que garantizara un consumo promedio diario de 313 g de proteína/animal, considerando un nivel medio de proteína con relación a las recomendaciones del NRC (1998) para cerdos en crecimiento-ceba (380 g/día), en este caso no se tuvo en cuenta el nitrógeno aportado por la miel B.
Primeramente se brindó el pienso B, teniendo en cuenta un reparto uniforme del alimento dentro de los comederos lineales con separadores (0.29 m de frente de comedero/animal) y seguidamente se ofreció la fuente energética establecida para cada tratamiento a los animales de forma ad libitum.
Se determinaron los indicadores de composición bromatológica: MS, proteína bruta, cenizas, fósforo, calcio y pH del ensilaje de yuca enriquecido y MS, azúcares totales y cenizas de la miel B de caña de azúcar según procedimientos descritos por AOAC (1995). Se examinaron las características organolépticas del ensilado de yuca enriquecido mediante evaluaciones sensoriales de olor, color y consistencia del producto según los metodología propuesta por Ojeda (1991). Se controlaron los indicadores de salud, morbilidad y mortalidad, en todos los animales.
Las medidas de los rasgos de comportamiento se analizaron mediante un modelo matemático de clasificación simple, se aplicó análisis de varianza acorde Steel et al (1997), utilizando el paquete estadístico SAS (1997) para el procesamiento de los datos.
RESULTADOS
No hubo mortalidad en los animales de los grupos experimentales. Se presentaron casos de trastornos gastrointestinales leves al inicio de la prueba en cerdos de ambos tratamientos que fue asociado a la adaptación de las dietas.
El ensilado de yuca enriquecido ha demostrado ser una excelente forma de aprovechamiento de la yuca en la alimentación de cerdos como fuente de energía. En la tabla 4 se exponen los cambios en el peso vivo de los cerdos con las dietas ofrecidas. No se encontraron diferencias significativas (P>0.05) para el peso final ni para la ganancia media diaria de los cerdos.
En la tabla 5 se presentan los datos correspondientes al consumo de alimento, así como los referentes a la conversión alimentaria. En estos rasgos, tampoco se encontró efecto significativo (P>0.05) de tratamiento. De hecho tanto el consumo diario de alimento en base seca, como el de la proteína bruta (Nx6.25) fueron iguales.
Se encontró que no hubo efecto significativo (P > 0.05) sobre el consumo de materia seca (MS, kg/día), la ganancia de peso (g/día) y el peso final (kg) en los rasgos de comportamiento de los cerdos. Los valores de consumo de ensilado de yuca enriquecido fueron mayores que los de miel B.
DISCUSIÓN
Composición de nutrientes en la dieta
Hubo un mayor consumo de ensilado de yuca enriquecido que de miel B por parte de los animales y estos resultados se corresponden con las diferencias entre las concentraciones de energía metabolizable entre la miel B de caña de azúcar (3.393 kcal/kg) y el ensilado de yuca (1.550 kcal/kg), por lo que los animales necesitan ingerir mayor cantidad de alimento para cubrir sus requerimientos de energía (Piloto et al 1990; Mederos et al 2002; Hidalgo et al 2006; Mederos 2008). En este caso hay coincidencia con Buitrago (2001), quien planteó que durante las fases de ceba los cerdos tienen una capacidad gastrointestinal mayor que les permite consumir mayor volumen de un alimento con valores bajos de energía, para suplir los requerimientos diarios energéticos.
García y Leboute (1979) alcanzaron resultados similares al utilizar el ensilado de yuca como única fuente de energía. En su momento estos autores demostraron que cerdos Landrace x Large White en crecimiento y engorde, alimentados con yuca ensilada como fuente principal de energía, tuvieron un rendimiento igual o superior al de los animales alimentados con raciones que incluyeron otras fuentes energéticas.
La raíces de yuca constituyen una buena fuente de energía para el ganado porcino, por ser ricas en carbohidratos, el cual es un importante ingrediente de la ración; sin embargo, su contenido en proteínas es bajo, por lo que se decidió en este ensayo incluir un 24.3% de residuos de pescado con el objetivo de enriquecer este alimento y de esta forma ofrecer un producto energético al animal que su vez aportara y garantizara un nivel de proteína mínimo, pero que no siempre se encuentra presente en las dietas de cerdos en crecimiento ceba debido al uso de concentrados de mala calidad para estas categorías porcinas en Cuba.
El consumo de proteína se mantuvo sobre los 313 g diarios sin afectar los rasgos de comportamiento productivo de los animales. Esto coincide con los estudios realizados por Figueroa (1995), cuando concluyó que cuando la proteína de la dieta viene dada prácticamente en su totalidad por una fuente proteica de alta concentración, buen balance y adecuada disponibilidad de aminoácidos esenciales como la soya, es posible satisfacer el requerimiento de los cerdos con un menor aporte de proteína bruta (N x 6.25). Esto es considerando que el NRC (1998) plantea una oferta de 380 g/día. Figueroa (1995) sugirió la posibilidad de estimar los requerimientos de proteína en un entorno de 250 g/día en dietas de miel B; en este estudio el rango de consumo de proteína osciló sobre los 300 g/día. Otros autores han confirmado también la posibilidad de reducción de la proteína en las raciones de los cerdos en crecimiento ceba (Ocampo et al 1990; Sarria et al 1990; Figueroa et al 1991; Ospina et al 1995; Mederos et al 1996, 1998, 2002, 2009) influyendo de forma muy marcada en la reducción de los costos de producción por el alto costo de las fuentes proteicas.
Se incluyeron bajos niveles de harina de maíz en el ensilado con el objetivo de ajustar la humedad y aportar un porciento mayor de materia seca.
Proceso de ensilaje
El proceso de ensilado se mantuvo durante 42 días con el objetivo de favorecer el aumento en el porciento de MS (45%). Estudios anteriores (Buitrago 2001) han demostrado que cuanto mayor sea la duración de este procedimiento, menor será la humedad del producto y por lo tanto mayor su concentración energética.
Al valorar las características organolépticas de este ensilado se observó un color amarillo-rojizo de tonalidad carmelitosa, de consistencia pastosa y con olor avinagrado y ligeramente a pescado, coincidiendo con otros autores (Bello 1994; Páez et al 1997) quienes describieron ensilados a base de pescado con una consistencia de pastosa a líquida y un olor ácido suave que caracteriza a un ensilado de buena calidad.
El valor de pH de este alimento el día 42 del ensilado se encontraba en 4.8 coincidiendo con los valores informados sobre el día 36 de ensilado de Marrero et al (2009b).
Factores antinutricionales
La yuca fresca cruda, contiene glucósidos cianogénicos (compuestos de HCN) que son tóxicos para los animales monogástricos y con el proceso de ensilaje se elimina este efecto tóxico. El ensilado de yuca es el procedimiento más sencillo y eficaz, que no solo reduce la concentración de HCN a valores sin riesgo para los animales monogástricos, sino que también se utiliza para conservar el valor nutritivo del tubérculo cosechado para su uso eficaz en épocas críticas para la alimentación de los animales (Kayouli y Lee 1998). Sin dudas el ensilado es una tecnología fácilmente accesible para los campesinos. Los primeros antecedentes sobre el ensilado de raíces de yuca parecen ser los del experimento de Castillo et al (1964), en las Filipinas citado por Ly (1998). Castillo et al (1964) observaron que después de 105 días de conservación de las raíces, sólo pudo encontrarse en el ensilado un 10% del total de cianoglucósidos presentes originalmente en el material. Por otra parte, uno de los efectos de la presencia de compuestos cianogénicos es el rechazo de la comida, con la consiguiente disminución en el consumo de alimento por parte de los cerdos (Ly 1998), lo que no ocurrió en la prueba aquí informada.
Conclusiones
Estos resultados coinciden con otras investigaciones realizadas que demuestran que el ensilado de cultivos y tubérculos es una opción muy apropiada y aconsejable para la conservación de estos productos por períodos prolongados (Lien et al 1994; Bouqué y Fiems 1988; Hadjipanayiotou 1993, 1994; Kayouli 1989; Kayouli et al 1993). El ensilado de yuca enriquecido con residuos de pescado, puede ser utilizado como fuente de energía en la dieta de cerdos en crecimiento-ceba sin que se afecte el rendimiento productivo de los animales y esto permite un considerable ahorro en los ingredientes energéticos utilizados para confeccionar los piensos en estas etapas de crecimiento y ceba de los cerdos.