Introducción
Las mejoras realizadas en los últimos años en las granjas porcinas han supuesto un incremento significativo en la productividad de las explotaciones en comparación con las obtenidas décadas atrás (Rocadembosch et al., 2016; Koketsu et al., 2017;). La mejora genética y productiva ha permitido un aumento en el número de lechones producido por cerda (Johnson et al., 1999), con un incremento del tamaño de camada, pasando de una media de 10-11 lechones nacidos vivos en la década de los 90, hasta obtener medias de 16 lechones con la utilización de las líneas hiperprolíficas (Kemp et al., 2018; Oliviero et al., 2019). El incremento del número de lechones por camada está asociado a problemas como son la disminución del peso medio de los lechones al nacimiento y el aumento en la variabilidad de pesos dentro de la camada, resultando en un mayor número de lechones con peso reducido y baja viabilidad (Beaulieu et al., 2010; Magnabosco et al., 2016).
Estos problemas son debidos, en parte, a un aporte insuficiente de nutrientes durante la gestación que induce problemas en el desarrollo intrauterino de los fetos (Wang et al., 2017). Estas limitaciones en el aporte de nutrientes al feto vienen acompañadas de una variación en el peso de los fetos y de las placentas dentro del útero, presentando mayores pesos y mayor concentración de glucosa aquellos lechones que están más próximos a la unión útero tubárica que los próximos al cérvix (Che et al., 2016). Por otra parte, existe una relación directa entre la duración del parto y el tamaño de camada. Así, en partos de larga duración de camadas muy numerosas, se puede afectar negativamente tanto a la salud de la cerda como a la viabilidad de los lechones recién nacidos, especialmente en aquellos que nacen en último lugar (Oliviero et al., 2019). Lo que implica que posteriormente estos lechones tendrán alterado su comportamiento de succión (Tuchscherer et al., 2000). Adicionalmente, cuando el tamaño de camada es mayor que la cantidad de glándulas mamarias viables, existe una competitividad entre los lechones para la obtención de leche, lo que implica mayores diferencias en el crecimiento entre los lechones de la camada (Houben et al., 2017). Los lechones con bajo peso al nacimiento, tienen reservas limitadas de nutrientes y presentan una menor capacidad para tomar el calostro, por lo que su viabilidad en las primeras fases de la lactación está limitada y las tasas de mortalidad son elevadas (Ferrari et al., 2014). Además, los lechones de bajo peso presentan un estado inmunitario inmaduro y poco competente, por lo que aumenta el riesgo de transmisión de enfermedades por ser más susceptibles a las mismas (Alexopoulos et al., 2018).
Los datos productivos de los lechones de bajo peso son sensiblemente peores que los que presentan un peso al nacimiento normal según diversos estudios realizados en diversos países y condiciones productivas (Le Dividich et al., 2017; Zotti et al., 2017; Nuntapaitoon y Tummaruk, 2018). Los estudios publicados sobre el impacto que supone la presentación de lechones de bajo peso en las granjas de intensivo en España son reducidos (Jourquin et al., 2016).
Por lo que evaluar el rendimiento productivo y económico de los animales de bajo peso al nacimiento hasta que finaliza su cebo en las condiciones de producción española permitirá la toma de decisiones frente a este reto productivo que preocupa a las empresas del sector, así como tomar medidas especiales para reducir su efecto y mejorar su rentabilidad.
El objetivo del presente estudio fue determinar la relación entre el peso al nacimiento y los rendimientos productivos y económicos durante todas las fases de producción y hasta que el cerdo cebado se dirige al matadero. Un objetivo operativo fue determinar los valores de corte mediante análisis de curvas ROC (Receiver operating characteristic) para evaluar el valor predictivo que el peso al nacimiento pudiera tener de la mortalidad a lo largo de todo el proceso.
Material y métodos
Animales
El presente estudio fue realizado en una granja porcina con una estructura de pirámide en tres fases (donde la fase 1 es la granja de madres, fase 2 transición y fase 3 engorde) situada en el sureste de España y que utiliza madres híbridas Landance × Large White y machos finalizadores de raza Duroc danés. La granja era estable a la enfermedad del síndrome reproductivo y respiratorio porcino (PRRS), sometida a vacunaciones cuatrimestrales frente al virus PRRS y calificada como indemne a la enfermedad de Aujesky (categoría A3, según Real Decreto 360/2009, de 23 de marzo, por el que se establecen las bases del programa coordinado de lucha, control y erradicación de la enfermedad de Aujeszky).
Se seleccionaron un total de 353 animales con un peso al nacimiento en el rango 0,50-1,22 kg). Para el estudio estadístico, los lechones seleccionados fueron agrupados de acuerdo con su peso en 5 categorías (De 0,50 a 0,69 kg; de 0,70 a 0,79 kg; de 0,80 a 0,89 kg; de 0,90 a 0,99 kg y de 1,0 a 1,22 kg).
La granja de madres (fase 1) contaba con parideras en módulos con sistema de nido danés, dispuestas en batería y con alimentación líquida. El manejo de las maternidades es el propio de una cerda hiperprolífica donde se ajustan las camadas a las mamas viables de la madre y con aproximadamente un 10 % de nodrizas.
La selección de los animales se realizó en los partos producidos en 4 días consecutivos de la misma semana al azar, para trabajar en condiciones de días de vida similares y que su destete se realizase el mismo día según criterios de peso y edad de la propia explotación, para poder realizar un proceso de llenado todo dentro-todo fuera. La selección de los lechones se realizó en 4 lotes de animales en momentos diferentes (réplicas).
Los animales se identificaron de forma individual con un crotal numerado en ambas orejas y se pesaron en el momento del nacimiento con una báscula de mano con precisión 0,01 kg. No se realizó la diferenciación por sexos de los animales.
Los lechones se destetaron con un peso medio de 6 kg y una edad mínima de 25 días, El módulo de transición contaba con ventilación automática con suelo de plástico y alimentación en harina en ciclo continuo, con criterio de todo dentro-todo fuera en cada uno de los módulos.
Se agruparon en la fase 2 o de transición por pesos en grupos homogéneos de 22 animales que se alojaron en cuadras de dimensiones 2,20 m × 3,00 m. Se agruparon por tamaños de menor a mayor en una misma sala, donde todos los animales recibieron la misma alimentación. Los lechones permanecieron un mínimo de 4 semanas en estas condiciones hasta que la media de los animales albergados alcanzara 18-20 kg. Se pesaron al final de transición justo antes de la entrada a cebo con una báscula de pie con precisión 0,10 kg.
En la fase 3, de engorde, se alojaron en grupos de 13 animales en recintos de dimensiones 3,00 m × 3,00 m, agrupados por tamaños. La nave de cebo contaba con chimeneas y ventilación natural con alimentación en grano. Los animales se pesaron al final del cebo en el momento antes de la carga con una báscula de pie con precisión 0,50 kg.
Se registraron los pesos y fechas de inicio y fin de cada una de las tres fases estudiadas (lactación, transición y cebo), así como se registró el número de animales muertos en ese periodo. Con estos datos se calculó para cada animal la duración del periodo (días), la ganancia media diaria (GMD, incremento de peso en kg/días del periodo) y la tasa de mortalidad (%) en cada periodo.
Análisis económico
Se compararon los índices productivos y los costes de producción de los diferentes grupos de peso al nacimiento y las posibles repercusiones económicas. Para ello se hizo una estimación económica mediante una simulación usando una hoja de cálculo donde se incluyen los parámetros productivos y los costes de producción.
Se tomaron como valores de referencia (Tabla 1), los obtenidos directamente de la granja donde se realizó el estudio en una producción anual, son los datos técnicos de la explotación al que denominamos grupo control.
Los valores de referencia en cebo son obtenidos de la media de los datos técnicos de diferentes engordes de esta pirámide en las mismas instalaciones durante su proceso de engorde hasta matadero.
Se calculó el número de lechones destetados/ cerda/año para cada grupo de peso al nacimiento, asumiendo valores iguales para todos los grupos para los parámetros nacidos vivos por camada (15,4 lechones, Tabla 1) y el número de Camadas/cerda/año (2,29, Tabla 1), con la formula siguiente:
Número de lechones destetados/cerda/año = nacidos vivos por camada × número de cama - das/cerda/año × tasa de supervivencia en lactación
Siendo la tasa de supervivencia en lactación (%), el valor de 1 menos el valor de mortalidad (%) en lactación.
El número de Lechones criados/cerda/año se calculó con la formula siguiente:
Número de lechones criados/cerda/año = número de lechones destetados/cerda/año × tasa de supervivencia en transición
Siendo la tasa de supervivencia en transición (%), el valor de 1 menos el valor de mortalidad (%) en transición.
Para el cálculo de los costes de producción de un lechón criado (final de la transición), se tuvo en consideración en la simulación las tasas de mortalidad para cada fase (lactación y transición) para cada grupo de peso al nacimiento. Con estos valores se calcula el coste anual de una madre reproductora con esas características productivas (que está en el rango de 1200-1250 €/año) y se divide por el número de lechones criados/cerda/año.
Tabla 1. Datos productivos y económicos usados como referencia para la simulación de costes
Los gastos del cebo de los animales se calcularon para cada grupo de peso de nacimiento, tomando en cuenta en el sistema el peso de entrada de cebo, tasa de mortalidad en el cebo, peso de salida a matadero, ganancia media diaria en cebo y duración de la fase de cebo.
En cuanto al cálculo del coste del cerdo al matadero, se exploró el resultado en tres supues - tos distintos: A) Suponiendo lechones que proceden de una lactación y transición igual con rendimientos iguales al control, es decir a la media de la explotación y se ceban con rendimientos productivos de acuerdo a su grupo de peso al nacimiento (datos antes cebo = control). B). Suponiendo un cebo con rendimientos iguales al control, de lechones producidos con rendimientos de acuerdo a su grupo de peso al nacimiento (datos cebo = control). C) Haciendo el cálculo real desde lactación hasta final de cebo para los animales de este estudio y de acuerdo a los resultados productivos de cada grupo de peso al nacimiento (coste cerdo matadero real).
El coste del kg de animal en el matadero se calcula a partir de los costes de producción en € dividido por el peso medio de sacrificio pa - ra cada grupo de peso al nacimiento.
Finalmente se calculó la rentabilidad y productividad relativa de cada grupo de peso al nacimiento teniendo como referencia los valores medios de la explotación (control = 100).
Análisis estadístico
Los datos se muestran como media ± error estándar de la media (sem). Las variables dicotómicas como la tasa de mortalidad se analizan con la prueba no paramétrica de KruskalWallis y las diferencias entre grupos mediante la prueba de Conover-Inman, para comparar las tasas de mortalidad entre los diferentes grupos de pesos al nacimiento. Se utilizó el análisis de regresión logística binomial para relacionar los pesos en cada fase con las tasas de mortalidad. Las variables continuas (días, pesos y GMD) se evaluaron con ANOVA de una vía y las posibles diferencias entre grupos mediante la prueba de Tukey. Se estimó el coeficiente de correlación de Pearson para medir la posible relación lineal entre variables continuas, para lo que se usaron los datos individuales de cada animal.
Se realizó un análisis de curvas ROC (Receiver operating characteristic) para evaluar el valor predictivo que el peso al nacimiento pudiera tener de la mortalidad a lo largo de todo el proceso. Se calculó la sensibilidad y especificidad, y se determinó un punto de corte como previamente ha sido descrito por (MartinezSoto et al., 2018). Se utilizó el software Systat 13 y SigmaPlot 12 (Systat Software, Inc., San Jose, CA, USA) para realizar el estudio estadístico y las representaciones gráficas.
Resultados
Asociación entre el peso al nacimiento y productividad en la fase de lactación
Se registraron los pesos de un total de 353 lechones al nacimiento, con un valor medio de 0,80 ± 0,01 kg, con pesos entre 0,50 kg y 1,22 kg.
Se observó una influencia del peso al nacimiento sobre la tasa de mortalidad durante la fase de lactación. Esto hecho se confirmó, por una parte, al detectar que el peso medio al nacimiento de los animales que murieron en la fase de lactación (n = 116; 0,78 ± 0,01 kg) fue inferior al que alcanzaron el destete (n = 237; 0,89 ± 0,01 kg; P < 0,01). Por otra parte, al agrupar a los animales de acuerdo con su peso al nacimiento, se observó la relación inversa entre peso al nacimiento y la tasa de mortalidad en lactación. Los lechones con peso al nacimiento inferior a 0,90 kg presentaron una mortalidad en lactación entre el 40-60 %, mientras que los que superaron los 0,90 kg tuvieron una tasa de mortalidad durante lactación entre el 8-17 % (P < 0,01, Tabla 2). Finalmente, al realizar la regresión logística binomial para relacionar los pesos al nacimiento (datos individuales) con la tasa de mortalidad en la lactación se observa una relación inversa (Z = –5,95; n = 353; P < 0,01; Tabla 3).
Se detectó, por otra parte, que los animales de menor peso al nacimiento necesitan más días para alcanzar el destete. Así, la duración media de la lactación fue de 36,37 ± 0,25 días, con diferencia entre los animales con peso inferior a 1 kg al nacimiento con 37-38 días de lactación, superior a los 33 días que lactaron los animales con peso superior a 1 kg al nacimiento (P < 0,01; Tabla 2). Se confirma esta relación al estudiar el índice de correlación de Pearson (r = –0,46; P < 0,01).
El peso medio al destete fue de 6,01 ± 0,09 kg.
Sin embargo, se observan diferencias en los pesos al destete entre los diferentes grupos de peso de nacimiento (P < 0,01; Tabla 2). Así, aquellos lechones con pesos al nacimiento inferiores a 0,90 kg se destetaron con pesos inferiores a los 6 kg, en comparación con aquellos que al nacer superaron ese peso (P < 0,01; Tabla 2). Se encontró una relación directa entre el peso al nacimiento con el peso al destete al estudiar la correlación de Pearson (r = 0,41; P < 0,01).
Estas diferencias entre grupos de peso al nacimiento se hacen igualmente evidentes para la variable ganancia media diaria, donde los animales que al nacimiento pesaron más de 1 kg, presentan una ganancia superior al resto (P < 0,01; Tabla 2) con una tasa de correlación de Pearson (r = 0,45; P < 0,01).
Tabla 2. Distribución de pesos al nacimiento de 353 lechones estudiados. Relación entre peso al nacimiento y parámetros productivos durante las fases de lactación, transición y cebo
Tabla 3. Regresión logística binomial para relacionar los pesos con la tasa de mortalidad en las diversas fases productivas. Valores Z y Odd ratio, junto con intervalo de confianza del 95%
Por otra parte, el peso al destete estuvo directamente relacionado con la GMD durante la fase de lactación (r = 0,95; P < 0,01) e inversamente con la duración de la lactación (r = –0,26; P < 0,01).
Asociación entre el peso al nacimiento y productividad en la fase de transición
El peso al nacimiento no afectó a la tasa de mortalidad durante la fase de transición, que se mantuvo en valor medio de 6,3 %, sin diferencias significativas entre grupos (Tabla 2; P = 0,98), y una tasa de Regresión logística binomial no significativa (Tabla 3; P = 0,39).
Tampoco afectó a la duración de la fase de transición (media 41,41 ± 0,38 días; P = 0,08).
Sin embargo, se observó una diferencia entre los grupos de pesos al nacimiento en los pesos al final de transición y la ganancia media diaria en esta fase (P < 0,01, Tabla 2). Los animales con pesos al nacimiento menor a 0,80 kg presentaron pesos al final de transición y ganancias durante ese periodo muy inferiores a los animales con pesos al nacimiento superiores a 0,90 kg.
Observamos, por otra parte, que no había relación entre el peso al nacimiento con los días que dura la transición (P > 0,05). Mientras que el peso al nacimiento estuvo directamente correlacionado con peso al final de la transición (r =0,42; P < 0,01) y la GMD en esta fase (r = 0,38; P < 0,01).
Por último, se puso de manifiesto que el peso de entrada en la transición condicionaba todos los parámetros de la misma, ya que de manera directa se correlacionaba con el peso final de transición (r = 0,69; P < 0,01) y GMD (r = 0,53; P < 0,01) e inversamente con la tasa de mortalidad (Z = –2,89; P < 0,01, Tabla 3) y la duración de la transición (r = –0,19; P < 0,01).
Asociación entre el peso al nacimiento y productividad en la fase de cebo
El peso al nacimiento no afectó a las tasas de mortalidad en la fase de cebo (P = 0,24; Tabla 3), Sin embargo, afectaba a la duración de este, el peso alcanzado al final del cebo y a la ganancia (GMD) en este periodo (Tabla 2; P < 0,01).
Al estudiar las correlaciones entre el peso al nacimiento se observó una relación directa con la GMD (r = 0,16; P = 0,03) y el peso al final del cebo (r = 0,35; P < 0,01).
Evaluación de rendimientos productivos y económicos
El peso al nacimiento determinó la tasa de supervivencia del animal a lo largo de todo el periodo de producción, desde el nacimiento hasta el final del cebo. Así los animales con peso al nacimiento inferior a 0,80 kg presen - taron tasas de mortalidad superiores al 50 % y llegaron a alcanzar niveles del 74 % para pesos menores a 0,70 kg (Tabla 4). Esta relación se confirma con la regresión logística binomial (Z = –4,96; P < 0,01; Tabla 3).
Tabla 4. Relación entre peso al nacimiento y mortalidad global
Para evaluar el valor predictivo que el peso al nacimiento pudiera tener de la mortalidad a lo largo de todo el proceso productivo se realizó un análisis de curvas ROC (Receiver operating characteristic). El área bajo la curva fue de 0,660 (intervalo de confianza
95 %, 0,603-0,716; Figura 1; P < 0,05) lo que permitió calcular un punto de corte óptimo de 0,815 kg al nacimiento, para predecir la mortalidad de los animales. Con este valor la sensibilidad y especificidad del modelo predictivo fue del 62,4 % para ambos parámetros (Figura 2).
Figura 1. Curva ROC (Receiver operating characteristic) para el peso al nacimiento y supervivencia hasta fin de cebo.
Al analizar los costes de producción mediante un ejercicio de simulación, se observó como el peso al nacimiento determina los datos productivos como lechones destetados o criados por cerda/año, así como los costes de producción (coste de lechón, coste de cerdo a matadero y coste de kg de animal) (Tablas 5 y 6).
Los tres grupos de peso al nacimiento entre 0,50 kg y 0,89 kg, presentaban una elevada mortalidad y menores tasas de crecimiento en todas las fases de producción, lo que determinó que los costes de producción de los lechones y de kg de cerdo en el matadero se elevaron por encima de los valores de referencia que corresponde con la media de la explotación (grupo control índice 100; Tabla 5 y 6). De manera que el coste de producción se multiplicó en esos grupos por valores entre el 1,4 y 2,2 (Tabla 6). Mientras que la productividad en esos tres grupos experimentales con pesos al nacimiento más reducidos, medida en términos de lechones destetados/cerda/año y criados/cerda/año se redujo al 45-67 % de los valores de referencia (30,33 y 29,1 lechones respectivamente;
Tabla 5 y 6).
Tabla 5. Evaluación económica de los costes de producción de lechones o cerdos de cebo, de acuerdo con el peso de nacimiento.
Tabla 6. Estimación de rentabilidad y productividad relativa de acuerdo con el peso de nacimiento, teniendo como referencia los valores control (100).
Figura 2. Sensibilidad y especificidad para predecir la supervivencia del animal de acuerdo con el peso al nacimiento
Discusión
Se ha demostrado que los lechones de bajo peso al nacimiento afectan de manera crucial todos los parámetros productivos y tienen una gran repercusión económica en la viabilidad de la explotación. Se diseñó este estudio para analizar las elevadas tasas de mortalidad en lactación, que pudieran estar asociado a problemas en el manejo de la paridera de los lechones con bajo peso al nacimiento. En este estudio se trabaja con animales con un peso en un rango entre 0,5 kg y 1,2 kg con el objetivo de valorar las consecuencias productivas y económicas de su producción.
Se debe tener en consideración que el peso al nacimiento de los lechones tiene una baja heredabilidad pese a que los pesos finales y las ganancias medias diarias suelen tener un mayor componente genético (heredabilidad media-alta) (Wang et al., 2016).
En la fase de lactación, el peso al nacimiento influye en, el peso al destete, la duración de la fase de la lactación, la GMD y la tasa de mortalidad. Mientras que en las fases de transición y cebo el peso del nacimiento afecta a los pesos conseguidos al final de los periodos y a la ganancia media diaria, pero no en las tasas de mortalidad. Todo ello se traduce en que los pesos al nacimiento determinan los rendimientos productivos y económicos de la explotación.
Los valores elevados de tasa de mortalidad son debidos a que en este caso se han estudiado animales con pesos medios reducidos y en condiciones productivas no óptimas, como se pone de manifiesto con la elevada mortalidad. Sin embargo, las conclusiones a las que se llegan son equivalentes a las que otros autores han descrito previamente en otras condiciones experimentales o productivas (English y Bilkeit, 2004; Ferrari et al., 2014).
Los lechones de bajo peso al nacimiento presentan una menor capacidad de reacción que lechones de mayor tamaño. Esto explica que el mayor número de las muertes en lactación sean en los primeros días de vida (Koketsu et al., 2006). Una supervisión exhaustiva post - parto, dando la atención adecuada a cerdas y lechones de bajo peso con suplementación necesaria de calor y nutrientes produce una disminución de la mortalidad en la fase de lactación (Muns et al., 2016). Las primeras horas tras el nacimiento los lechones menos viables no son capaces de recuperar su temperatura corporal y la hipotermia produce afectaciones de la capacidad de succión, letargia y finalmente la mayoría de ellos terminan por ser aplastados por la cerda (Kirkden et al., 2013; Alexopoulos et al., 2018). Es por ello que algunos estudios proponen los parámetros de temperatura rectal o corporal como buenos predictores de la mortalidad durante la fase de lactación (Alexopoulos et al., 2018; Tuchscherer et al., 2000).
También podemos observar que los animales con menor peso al nacimiento necesitan más días para alcanzar el peso de destete y lo hacen con pesos inferiores. La manipulación y suplementación de la alimentación del lechón en paridera es una de las posibles prácticas que pueden ayudar al aumento del peso al destete (Wolter et al., 2002; Houben et al., 2017).
La relación directa entre el peso al nacimiento con el peso al destete (r = 0,41; P < 0,01) y la ganancia media diaria (r = 0,45; P < 0,01) al final de la lactación, determinará el rendimiento productivo en la transición (Larriestra et al., 2006) y en las fases posteriores de cebo (Beaulieu et al., 2010; Douglas et al., 2014). En este estudio hemos puesto de manifiesto la influencia del peso al nacimiento sobre los pesos y ganancias medias diarias en las fases de transición y cebo. Recientemente, se ha descrito que las variabilidad en el peso del animal que llega al matadero (medido como coeficiente de variación) dependen fundamentalmente del peso al nacimiento (20-25 %), y de la fase de lactación y los primeros 14 días de transición (López-Vergé et al., 2018).
Los animales nacidos con bajo peso presentan sistemas digestivos inmaduros (D’Inca et al., 2010) y un menor desarrollo del tracto digestivo, implicando una baja digestión y absorción de los nutrientes (Michiels et al., 2013). Cada vez hay más evidencias que el bajo peso al nacimiento altera la permeabilidad de la mucosa del intestino delgado, el metabolismo de carbohidratos y lípidos a nivel intestinal y la microbiota intestinal del animal que le afectará su crecimiento a lo largo de toda su vida (Fontaine et al., 2019; Tao et al., 2019). Por otra parte, el peso del nacimiento está relacionado con el número y tipo de fibras musculares que presenta el animal, determinando el crecimiento muscular y la calidad de la carne (Tristán et al., 2009; Beaulieu et al., 2010).
Está claro que el incremento del número de lechones nacidos por camada implica una disminución del peso al nacimiento. Sin embargo, este criterio debe de analizarse desde un punto de rentabilidad y viabilidad productiva. Analizando las curvas ROC, se detectó un área bajo la curva de 0,66 (P > 0,05). En este sentido, la precisión de la predicción se considera nula cuando el área bajo la curva es de 0,5, porque las proporciones de verdadero y falso positivo son iguales; la precisión aumenta a medida que AUC está más cerca de 1,0, donde la discriminación se considera perfecta. Este área puede interpretarse en este caso como la probabilidad de que, al pesar los lechones al nacimiento, seamos capaces de predecir correctamente si van a morir o no durante todo el proceso productivo en el 66 % de los casos, con un rango de precisión entre el 60,3 % y el 71,6 %.
Este abordaje estadístico permite determinar el punto de corte (Cut-off) en el peso al nacimiento que determina la supervivencia durante todo el periodo productivo con un valor de 0,815 como valor de decisión, con tasas de sensibilidad y especificidad iguales a
62,4 %. Aunque se puede hacer uso de la información disponible en la figura 2, donde cada productor puede elegir un punto de corte y conocer la sensibilidad (capacidad de predecir los animales que van a llegar al final del proceso) y especificidad (capacidad de predecir los animales que no van a morir antes de llegar al matadero) asociado a la decisión de ese valor.
Otros autores han abordado el estudio de la relación entre el peso al nacimiento y la mortalidad o supervivencia durante la fase de lactación determinando valores de corte entre 1-1,1 kg (Larriestra et al., 2006; Feldpausch et al., 2019). Interesantemente, se ha analizado mediante curvas ROC como el peso al nacimiento se relaciona con la mortalidad en diversos momentos (24 horas, 20 días y 70 días) determinando por una parte que el área bajo la curva decrece conforme aumenta el periodo estudiado (0,98; 0,87 y 0,79 respectivamente) y por otra parte el valor de corte aumenta (1,02; 1,09 y 1,10 kg respectivamente) (Magnabosco et al., 2015).
Estos valores de corte son superiores a los encontrados en nuestro estudio, debido a que en nuestro caso hemos limitado el peso al nacimiento entre 0,5 kg y 1,22 kg en la selección de los animales, mientras que los estudios antes citados el rango de pesos al nacimiento fue más elevado (por ejemplo: 0,41-2,40 kg (Magnabosco et al., 2015; Feldpausch et al., 2019).
Con esta metodología analítica se puede determinar para cada explotación, empresa o genética específica la influencia del peso al nacimiento sobre los resultados productivos y económicos, permitiendo la toma de decisiones como el valor de corte con la optimización de los niveles de sensibilidad y especificidad.
Además de la influencia del peso al nacimiento y la tasa de mortalidad antes descrito, un problema añadido es que los lechones de bajo peso al nacimiento para alcanzar el mismo peso al destete que sus compañeros de camada necesitan muchos más días de lactación. Esto implica un riesgo sanitario para la explotación donde la bioseguridad interna de la granja se ve afectada (Rutherford et al., 2013). En los sistemas de producción actuales se busca un modelo de producción todo dentro-todo fuera. Este término extrapolado a una paridera implica que los animales que presentan aproximadamente el mismo intervalo de días de vida deben ser destetados a la misma vez o como mucho con una semana de margen, ya que serán la principal fuente de transmisión de enfermedades (Baxter et al., 2013) y tendrá una repercusión productiva y económica significativa (Calderón Díaz et al., 2017). Adicionalmente, se ha descrito que la extensión de la duración del periodo de cebo está asociada con un incremento de la mortalidad en ese periodo (Maes et al., 2004).
La evaluación del coste económico de las técnicas usadas en granjas comerciales para ayudar a los lechones de bajo peso al nacimiento (trabajo extra, suplementos nutricionales, plazas de paridera, etc.), efectos en el índice de conversión, está todavía sin determinar con precisión (Muñoz y Rouco, 1995). Sin embargo, el trabajo de simulación con los valores medios de los grupos permite estimar los grupos de animales que se separan de los objetivos productivos y económicos de la media de la explotación. En este estudio, se ha estimado que el punto de corte que determina la rentabilidad económica se encuentra en pesos al nacimiento de 0,89 kg. Desafortunadamente, no se pudo aplicar el análisis de curvas ROC sobre los datos económicos de manera robusta, al no tener posibilidad de calcular los costes de producción de manera individual. Por lo que únicamente se puede estimar el coste y productividad de un grupo experimental.
La elevada tasa de mortalidad de lechones con bajo peso y el retraso en el crecimiento, medido en términos de reducida GMD o/y mayor duración en cada una de las fases, son las causas principales de la reducción la rentabilidad económica, como ha sido analizado recientemente para evaluar los resultados económicos del uso de nodrizas en líneas hiperprolíficas (Alvåsen et al., 2017).
Por ello, los datos del presente estudio podrían servir de base o modelo para determinar si la producción de este tipo de lechones es económicamente rentable y si es posible tomar medidas para minimizar sus efectos (Kirkden et al., 2013; Douglas et al., 2014).
Conclusiones
El peso al nacimiento de los lechones es un factor determinante de los resultados productivos y económicos de la explotación porcina, porque afecta a las tasas de mortalidad de la fase de lactación y afecta a la ganancia media diaria y pesos alcanzados en todas las fases productivas, determinando el rendimiento económico de la misma. En las condiciones experimentales de esta explotación se determinó que el valor de corte de 0,815 kg como mejor para explicar la mortalidad global del proceso desde nacimiento al matadero, y se estimó que el peso de 0,890 kg como el valor de corte para la rentabilidad económica.
Agradecimientos
Los autores quieren agradecer al Dr. Manuel Toledo Castillo, veterinario técnico del grupo Frances su colaboración en la toma de datos y la interpretación de los mismos, así como al personal de granja que permitió que el trabajo se pudiera llevar a cabo. Joaquín Gadea pertenece al grupo de excelencia científica de la Región de Murcia (proyecto Fundación Séneca 20040/GERM/16)
Crespo S, Gadea J (2021). Relación entre el peso al nacimiento de los lechones de cerdas hiperprolíficas y los parámetros productivos y económicos en los cerdos de engorde. ITEA‑Información Técnica Económica Agraria 117(2): 173‑190. https://doi.org/10.12706/itea.2020.022