Hace unos pocos días y bajo este mismo título dicté, “on line”, una conferencia en una universidad latinoamericana.
El profesor de la misma, que ejerció de moderador, me presentó e introdujo el tema primero y cerró el acto al final. En su intervención final no pudo dejar de manifestar, a título de conclusión, que no era capaz de llegar a entender, refiriéndose, claro es, en general a la Unión Europea (U.E. – 27), muchas de las actitudes de nuestra sociedad y de nuestros dirigentes.
Manifestándose siempre en términos generales, expuso su perplejidad, al referirse a nuestra producción pecuaria, basada en los animales de renta, que es considerada, al menos en LATAM, una de las más avanzadas a nivel mundial, especialmente en términos de bienestar, de protección animal, de bioseguridad y también en lo que atañe a la calidad y a la seguridad de sus productos.
Lo que no expliqué, sencillamente para no dañar la imagen que tienen por aquellos pagos de nuestro sector pecuario, la nefasta influencia que ejercen, fundamentalmente en nuestra sociedad, muy mayoritariamente urbanita y, consecuentemente, muy alejada de la realidad rural, ciertas ONG´s que se consideran “las salvadoras del Planeta” y presumen (haciendo bueno el refrán que habla del “atrevimiento de la ignorancia”) de ecologistas, de proteccionistas, de medioambientalistas, etc.
Tampoco expliqué, por ejemplo, lo acontecido en el famoso Festival de Cine de Cannes (que tuvo lugar este año del 14 al 25 de mayo). En él se prohibió, en los menús y en las recepciones oficiales del festival, la presencia de la carne de vacuno. La organización justificó esta prohibición aduciendo que pretendía ser más respetuosa con el medio ambiente.
La organización se aseguró consecuentemente de que en sus menús y en sus bufets, se incrementaran significativamente las opciones de naturaleza vegetariana, reduciéndose, paralelamente, la presencia de las carnes no prohibidas, indicando que esta sería la forma de proceder en el futuro.
Pero, paralelamente, muchas de las personalidades y artistas que asistieron al mencionado festival y que volaron a sur de Francia fueron trasladadas en helicópteros desde los aeropuertos de arribada a la ciudad.
Esto sí, la organización se preocupó de reducir el tamaño de la alfombra roja, de cambiarla con menor frecuencia que antaño y de que las bolsas de regalo, que se entregaron a las celebridades, contuvieran productos de proximidad.
Este es un ejemplo, podría poner varios más, de la hipocresía o “doble vara de medir”, que caracteriza a una buena parte de la actual sociedad y también, por extensión, de un número significativo de nuestros dirigentes, en la U.E. – 27 (recordemos ahora, únicamente a título de ejemplo, al entonces ministro señor Garzón apoyando al informe presentado por la organización ecologista “Amigos de la Tierra” titulado “Atlas de la carne. Hechos y cifras sobre los animales que comemos”. En él, se incidía en la posverdad de que los grandes conglomerados cárnicos obtienen grandes beneficios en detrimento del bienestar social y animal y, especialmente, del medio ambiente.
Lamentablemente, el mencionado fuego amigo se ha ido incrementando de forma significativa, especialmente después del pico de incidencia de la pandemia generada por la COVID – 19, y, en estos momentos, no soy capaz de vislumbrar, con una cierta claridad, como será, por ejemplo, en el año 2030, que está casi a la “vuelta de la esquina”, el complejo poliedro con el que defino al sector cárnico de la U.E. – 27.
No hace falta decir, que espero estar todavía, en el mencionado año 2030, por estos lares, para poderlo analizar y, por supuesto, para poderlo comentar en el Boletín de ÁGORA TOP GAN (y es que, en esta vida y con la “que está cayendo”, ser optimista es absolutamente fundamental).