En la misma línea, Shao et al. (2013) encontraron que la adición de β-glucanos incrementó la expresión de los genes ligados a la síntesis de las proteínas implicadas en las uniones estrechas encargadas del mantenimiento de la adhesión célula-célula, cuando se producía un reto inmunológico en pollos con Salmonella Typhimurium. La suplementación de la dieta con β-glucanos puede ser explicada por diferentes modos de acción, entre ellos, se ha visto la participación del receptor dectin-1 (Goodridge et al., 2009) y la respuesta de la inmunidad activa ligada a células T, modulando la respuesta inflamatoria y acelerando la recuperación frente a un reto bacteriano ligado al destete de los lechones (Kim et al., 2019).
Por otro lado, existen otros compuestos bioactivos de las microalgas relacionados con su efecto sobre regulación de la respuesta inmunológica, estos compuestos son los fitoesteroles, carotenoides, polifenoles, vitaminas y ácidos grasos (Caroprese et al., 2014; Valenzuela et., 2015). De hecho, Abdel-Daim et al. (2016) relacionaron la inclusión de Spirulina Platensis con una mayor respuesta inmune y menor perfil inflamatorio en los animales, y esto fue explicado gracias a su alto contenido en compuestos bioactivos funcionales, con actividades antioxidantes y antiinflamatorios, incluidos los fitoquímicos fenólicos (Jensen et al., 2015) y la ficobiliproteína C-ficocianina (Riss et al., 2007).
También se ha observado que la inclusión de espirulina o de immulina (derivados de espirulina) produjo un incremento de la proliferación de linfocitos T CD4+ (Nielsen et al., 2010) y Luescher-Mattli, (2003) encontraron mayores niveles de linfocitos citotóxicos en los animales suplementados con espirulina, relacionándolo con una mayor velocidad de establecimiento de la respuesta innata, tasa de fagocitosis y producción de anticuerpos. Además, Liang et al. (2004) mostraron que la inclusión de estas microalgas tuvo un efecto positivo sobre la prevalencia de Lactobacillus en el intestino, incrementando la resilencia frente a disbiosis y disminuyendo la prevalencia de otros patógenos.
Las microalgas también muestran importantes efectos mejoradores de la función metabólica, ligadas al potencial redox y al nivel de oxidación lipídica, gracias a su capacidad de sintetizar ácidos grasos poliinsaturados Ꞷ-3, como el ácido alfa-linolénico (ALA), el ácido docosahexaenoico (DHA) y el ácido eicosapentaenoico (EPA) (Nayak et al.2018). De esta forma, los ácidos grasos poliinsaturados, al ser uno de los componentes fundamente de las membranas celulares, aumentan la resistencia de las membranas celulares a las agresiones patógenas y tienen un efecto modulador de la inflamación, que mejoran el establecimiento de una inmunidad efectiva. Además su efecto sobre la estabilidad de membrana es especialmente importante en células con alta tasa de multiplicación, como son los enterocitos, hepatocitos, linfocitos y monocitos (Zhang et al. 2014).
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