Los cerdos varían sus requerimientos nutricionales a medida que crecen, y es muy importante que la composición de su alimentación se vaya modificando, tanto para garantizar que los animales tienen una dieta adaptada a sus necesidades, como para reducir el coste del alimento y el contenido de nitrógeno y fósforo de las deyecciones, originado en gran parte por el exceso de proteína en la dieta, que no es digerida.
A su vez, las necesidades y potencial de crecimiento de los animales de una misma genética y edad varían según de su tamaño, género (en el caso de los machos, también varia entre enteros y castrados), confort térmico y nivel de actividad física, entre otros.
Los piensos compuestos son una mezcla de diferentes materias primas, que conjuntamente aportan todo lo que el animal necesita para una correcta alimentación.
El uso de diferentes piensos compuestos durante el crecimiento de los animales garantiza una correcta alimentación de forma sencilla y segura. Estos están formulados según los requerimientos de cada tipo de animal en cada fase.
Cada cambio de pienso requiere de una adaptación, por lo que se recomienda hacerlos de forma gradual, mezclándolos de forma progresiva.
Sus distintos componentes son molturados, tanto para mejorar su digestibilidad, al aumentar su superficie total, como para facilitar una mezcla homogénea de los componentes, al igualarse el tamaño de las partículas que lo componen.
En algunos casos, los piensos compuestos se granulan, este es un proceso de extrusión con adición de presión y vapor, que comprime la harina en pellets, garantizando que la mezcla de componentes no perderá homogeneidad durante la manipulación, reduciendo su coste de transporte, mejorando la digestibilidad de algunos componentes y aumentando la velocidad de ingesta de los animales, lo que suele comportar un aumento de la eficiencia productiva.