La resistencia a los antibióticos tiene el potencial de convertirse en uno de los mayores problemas de nuestra generación, dado el aumento cada vez mayor de las cepas bacterianas que son cada vez menos y menos sensibles a los tratamientos existentes. Mientras el abuso con los antibióticos en humanos es probablemente el principal contribuyente, los responsables políticos han puesto la atención en el uso agropecuario como una vía para controlar el problema.
El tratamiento con antimicrobianos para animales puede causar resistencia a los agentes patógenos zoonóticos (ej., Salmonella, Campylobacter), que se pueden transmitir a los seres humanos. Las bacterias de los animales pueden propagarse a los productos alimenticios durante la matanza y el procesamiento, esta propagación de patógenos convencionales en alimentos como Salmonella, Campylobacter y E.Coli ha sido ampliamente documentada.
Datos fiables acerca del consumo de antibióticos y la resistencia es ahora muy fácil de obtener. Desde 2004, la Unión Europea ha implementado un enfoque coordinado para recopilar datos relevantes. En la UE, Suecia cuenta con un programa de seguimiento desde la década de los 80, y Dinamarca, a través del programa DANMAP, ha proporcionado un registro eficiente del consumo de antimicrobianos en humanos y animales. En general, cuanto más antibióticos se consumen, más resistencia a los antibióticos existe, independientemente de si tal uso es para tratamiento terapéutico o como promotor del crecimiento.
Una revisión de las encuestas anuales sobre la resistencia a los antimicrobianos publicadas cada año por EFSA (El reporte resumido de la Unión Europea sobre la resistencia antimicrobiana en bacterias zoonóticas e indicadoras de los seres humanos, animales y alimentos), revela algunas tendencias interesantes y a largo plazo. Lo más notable es un aumento en la resistencia a los antibióticos en Salmonella aisladas en aves (Figura 1). En particular y de preocupación para la salud humana, ha habido un aumento en la resistencia a la Salmonella enteritidis en los últimos años (Figura 2).
Otras tendencias indican que la tasa de resistencia referente a S. Typhimurium permanece estática, pero esto aún debe ser una preocupación dada la alta tasa relativamente observada. La mayor parte de la resistencia a los antibióticos se puede observar en pollos de engorde y esto puede corresponder en parte al menor uso de antibióticos en la industria de ponedoras en relación al mercado de pollos de engorde. Los datos además indican una tendencia al crecimiento desde 2010 en la resistencia a los antibióticos de Salmonella aislada en la carne de pollo. Estos cambios temporales tendrían que ser supervisados por un período más largo para determinar el alcance de este aumento; Sin embargo existe una tasa relativamente alta entre algunas clases de antibióticos, ej. Ácido nalidíxico, ciprofloxacina y las sulfonamidas.
Asimismo, los datos indican un alto nivel de resistencia a Campylobacter sp., con tendencias temporales que indican un aumento en la resistencia entre cepas específicas y antibióticos específicos. De particular interés es el incremento de la resistencia a los antibióticos como el ácido nalidíxico y la ciprofloxacina en C. jejuni y C. Coli en carne de pollo.
Figura 1 Resistencia a los antibióticos de Salmonella aisladas en aves (2008-2014)
Figura 2 Resistencia a los antibióticos de Salmonella enteritidis en aves (2008-2012)
Figura 3 Patrones de resistencia a los antibióticos de C. jejuni en la carne de pollo (2008-2014)
Mientras se debate sobre la causa del incremento aparentemente inexorable de los microbios resistentes a los antibióticos, claramente son necesarias las alternativas a los antibióticos y productos capaces de reducir el riesgo de transferencia a la resistencia antimicrobiana en la cadena alimenticia.
Globalmente se reconoce que no existe una “solución milagrosa” para reemplazar el uso de antibióticos en la producción animal y los productores prácticamente tendrán que mejorar la higiene y el manejo de la producción para abordar el problema.
Los productos que apoyan la producción libre de antibióticos incluyen muchos que están diseñados para regular y promover el entorno intestinal y su microflora:
- Vacunas coccidiales
- Probióticos
- Productos de exclusión competitiva
- Enzimas alimentarias
- Nutrientes funcionales tales como nucleótidos
- Ácidos orgánicos y productos de higiene para el alimento balanceado
- Minerales orgánicos
- Productos a base de plantas tales como hierbas, especies y aceites esenciales.
- Derivados de la pared celular de la levadura tales como los manano-oligosacáridos (MOS) y fracciones ricas en manosa (MRF)
De los ingredientes funcionales actualmente disponibles para el control microbiano en la nutrición animal, los manano-oligosacáridos (MOS) y las fracciones ricas en manosa (MRF) son utilizados considerablemente y se ha demostrado que mejoran el desempeño animal de una manera similar a los antibióticos como promotores del crecimiento. Desde 1999 el uso de MOS en la alimentación animal se ha vuelto más prominente, principalmente dada la prohibición europea de los antibióticos profilácticos como promotores del crecimiento en la alimentación animal. Por su capacidad de atrapar y limitar la colonización de agentes patógenos intestinales, los MOS y MRF han demostrado ser una solución efectiva para las dietas libres de antibióticos, además de ayudar a promover la inmunidad y la digestión.
Algunos estudios más recientes se han concentrado en el efecto de la suplementación con MRF en la comunidad bacteriana intestinal de las aves, tales trabajos han demostrado que la suplementación de MRF puede alterar significativamente la microflora intestinal (el denominado microbioma).
Sorprendentemente, se han identificado alteraciones consistentes en componentes específicos de la microbiota cecal de pollos de engorde con alteraciones también observadas en numerosas vías biológicas como resultado de la suplementación con MRF.
Una estrategia para reducir o limitar el uso de antibióticos es encontrar maneras de hacerlos más efectivos y se ha demostrado que el uso de MRF mejora la sensibilidad de las bacterias a los efectos de los antibióticos y, al hacerlo, reduce la concentración inhibitoria mínima (MIC) requerida. Adicionalmente, la suplementación con MRF en dietas de pollos de engorde se ha asociado con la disminución en el número de copias del gen con resistencia al antibiótico seleccionado. Siendo potencialmente relacionado a la capacidad de MRF para inducir pérdidas del plásmido, reduciendo así la transferencia de plásmidos entre microbios (Tabla 1).
Tabla 1. MRF inducen la pérdida del plásmido en cepas gramnegativas seleccionadas
Es esencial que los sistemas de producción libres de antibióticos mejoren la calidad general del alimento balanceado, ya que los animales que reciben alimentos de calidad son menos susceptibles a problemas entéricos. Fundamentalmente, este cambio de la formulación de alimentos de menor costo y la dependencia de los antibióticos se hará hacia alimentos de alta calidad que contienen ingredientes funcionales.
Los programas que emplean un enfoque holístico al manejo de la salud han demostrado ser extremadamente efectivos. Al utilizar una combinación de estrategias, los productores pueden rehabilitar y acelerar la evolución de la microbiota intestinal. El éxito de los programas “Sembrar, Alimentar y Eliminar” depende en primer lugar de la siembra de microflora favorable en el intestino usando un probiótico, alimentar a los microbios favorables con ácidos o enzimas y, por último, eliminar los patógenos utilizando productos de MRF.
Conclusiones
La preocupación acerca de la resistencia a los antibióticos entre científicos, entes reguladores y consumidores ha conducido a la prohibición de los antibióticos como promotores del crecimiento en la UE y ha sido un catalizador para el cambio en los EE.UU. Esto ha anunciado un movimiento global para reducir el uso de antibióticos y es probable que los cambios continuos en los sistemas de producción animal sean sustanciales. Por ultimo, lo que se requiere son productos innovadores de reemplazo y estrategias alternativas. El uso de componentes funcionales en el alimento balanceado, tales como MOS y MRF, representa un enfoque tan innovador que rompe el ciclo de la resistencia.