Introducción
En los últimos años se le ha dado mucha importancia a la calidad higiénica sanitaria del semen (Thibier y Guerin 2000; Sala et al 2008), pues se conoce que numerosos agentes patógenos, bacterianos o virales, pueden estar presentes en el mismo, porque provienen del aparato urogenital de los sementales o se encuentran en el medio donde permanecen alojados.
En la hembra después de realizada la inseminación, la respuesta en los casos donde el semen contiene bacterias potencialmente patógenas dependerá de la condición de los mecanismos de defensa uterina, directamente relacionados con la actividad hormonal cuyo efecto inmunoestimulante determina el establecimiento o no del proceso infeccioso. Es frecuente observar que las infecciones bacterianas del útero en las cerdas son frecuentes cuando se realiza la monta en etapas tardías del estro. Otras condiciones que influyen en la aparición de cuadros infecciosos en las hembras, va a depender de la dosis y virulencia de la bacteria involucrada, excesiva contaminación bacteriana puede resultar en problemas de infertilidad (Alexopoulos et al 2003; Althouse 1999; Martínez 1998; Sone et al 1989; Wongtawan et al 2006, citado por Sánchez 2016).
El objetivo del presente trabajo fue determinar la influencia de los niveles de contaminación bacteriana de las dosis seminales en la flora vaginal de las cerdas cubiertas mediante la técnica Inseminación Artificial (I.A).
Materiales y métodos
Durante el período de octubre-noviembre de 2013, se realizó un estudio bacteriológico de exudados vaginales en cerdas cubiertas mediante la técnica de I.A y de semen procedente de los verracos empleados en la misma. Para ello se muestrearon al azar 30 reproductoras F1 (Yorkshire x Landrace) clínicamente sanas perteneciente a la Unión Agropecuaria Militar de la FAR (UAM) UM-3234, en La Habana. La recogida de las muestras de exudados vaginales, se realizó antes de la inseminación y a los 21 días posteriores a ésta.
Las cerdas utilizadas fueron confinadas en cepos individuales. Previa limpieza y desinfección del área vulvar con agua y solución de yodo povidona al 7%, se procedió a abrir los labios vulvares y luego de fijar el espéculo, se introdujo el hisopo estéril (diseñados artesanalmente con madera obtenida de la fibra de la hoja del coco, con una longitud de 40 cm) hacia el fornix anterior de la vagina, muy cerca del cervix se tomaron las muestras mediante movimientos circulares suaves sobre la mucosa. Cada hisopo fue depositado en tubos de ensayo con una solución salina isotónica al 0.09% para su preservación. Las muestras fueron transportadas inmediatamente en una nevera refrigerada (4-8 oC) al laboratorio microbiológico del Centro Nacional de Sanidad Agropecuaria de la Habana (CENSA).
El estudio se basó en un análisis cuantitativo para determinar el nivel de contaminación de las muestras, a través del conteo de las unidades formadoras de colonias bacterianas por mililitro (UFC/ml), como lo describe la Organización Internacional de Epizootias (OIE, 2007); y un análisis cualitativo en que se determinaron los tipos de microorganismos presentes, según (NRAG 226:2011).
En el análisis estadístico los valores expresados en potencia fueron transformados a Log10 (X+1). Para el nivel de contaminación se determinó la frecuencia de crecimiento bacteriano vaginal (negativo o positivo) antes y después de la I.A, y se compararon mediante tablas de contingencia R x C y prueba de Chi cuadrado, mediante el paquete estadístico SPSS Statistics (2011) versión 12.1. Para los tipos de microorganismos encontrados en la vagina antes y después de la I.A, se realizó un análisis porcentual (Labiofam 1994).
Resultados y discusión
La tabla 1 muestra los tipos de microorganismos y niveles de contaminación bacteriana encontrados en el semen de los verracos agrupados por raza. Los niveles de contaminación por Streptococcus spp, fueron mayores a los de Brevundimona spp y Staphylococcus spp, lo cual coincide con Acosta et al (2011) y Brooke (2012). No obstante, estuvieron por debajo de los niveles que afectan la reproducción, según lo establecido por la OIE (2007).
Tabla 1. Tipos de microorganismos y niveles de contaminación bacteriana.
Estos resultados corroboran los obtenidos por Althouse y Lu (2005) y Morrel y Wallgren (2011) quienes demostraron que la concentración típica bacteriana en eyaculados oscila entre 103 a 105 UFC/mL. Maroto et al (2010) y Chung et al (2013) sugieren que la carga bacteriana mayor a 103 UFC/mL es perjudicial para la calidad seminal y reduce el tamaño de camada.
Atendiendo a las razas, se observó mayor contaminación bacteriana en el semen de los verracos L35 respecto al Duroc, con tres tipos de microorganismos, dos de ellos combinados entre sí (Brevundimona y Streptococcus). Según Diéguez y León (2004), la raza L35 presenta genes de alta susceptibilidad al estrés, la cual la hace más vulnerable a la contaminación, y esto pudiera ser la causa de los resultados obtenidos.
La tabla 2 presenta los tipos microorganismos encontrados en la vagina de las cerdas antes y después de la I.A. Se encontró un aumento significativo (P<0.01) en los niveles de contaminación ocasionados por Streptococcus y Staphylococcus spp., después de la I.A, sin embargo, la presencia del Enterobacteriaceae disminuyó después de ésta. Además, se encontró que la presencia de Aerococus viridans y la E. Coli fue nula después de realizada la I.A, mientras que el Corynebacterium spp., estuvo presente en las muestras posterior a la I.A en un 5%. De acuerdo con Acosta (2010), esto pudiera indicar que la contaminación estuvo dada por manipulación o por el ambiente.
Tabla 2. Tipos de microorganismos encontrados en la vagina de las cerdas antes y después de la I.A
Los niveles de contaminación para los Staphylococcus spp., y Aerococus viridans fueron menores a los reportados por Gómez et al (2011), y mayores para los Streptococcus spp., y Escherichia coli. También se reportaron estudios por Barba et al (1993) quienes demostraron mayor representatividad de Streptococcus spp (23.2%), Escherichia coli (22.5%), Staphylococcus spp (19.0%) y Corynebacterium spp (13.4%), resultados que coinciden en gran parte con los microorganismos aislados en este estudio. Según estos autores, se considera que estos gérmenes son saprofitos, que en cerdas con un buen estado sanitario no colonizarán el útero, pero en condiciones adversas, pueden provocar endometritis.
En la tabla 3 se muestra la frecuencia de contaminación presente en la vagina de las cerdas antes y después de la I.A. Se observó una disminución significativa (P<0.01) de la contaminación bacteriana después de la cubrición, debido a la escasa aparición de casos positivos. Esto pudiera estar dado a que la vagina al igual que la vulva y el cérvix, presentan diferentes barreras de protección contra las bacterias que ascienden al tracto genital (Boscan et al 2010). En este sentido, la protección que ejercen los anticuerpos vaginales ante la contaminación bacteriana, permite garantizar la fecundación en las cerdas.
Tabla 3. Frecuencia crecimiento bacteriano vaginal antes y después de la I.A Casos de contaminación.
Es importante señalar que el antibiótico empleado en el diluyente de semen contribuyó a la disminución de la contaminación vaginal posterior a la I.A, lo cual coincide con lo referido por (Arlegui 2006) quien demostró, que los antibióticos en las dosis seminales no impiden del todo la contaminación pero, limita el crecimiento bacteriano.
Podemos confirmar que la contaminación bacteriana presente en las dosis seminales, no influyó negativamente en la microflora vaginal de las cerdas.